Lumaria

Capítulo 1

“Anhelas los aplausos pero odias la atención”

Gang Of Youths.

—El día de hoy nos acompaña una persona muy importante, este hombre en las últimas dos décadas ha demostrado no solo ser el soltero más codiciado, sino que, además, el más talentoso de su generación.
 >Damas y caballeros, por favor démosle una cálida bienvenida con un fuerte aplauso al señor Lynn Habira.

El público y la voz de la presentadora me parecen de lo más fastidioso esta mañana. La migraña vespertina con la que me levante me recuerda lo miserable que es mi vida últimamente. Arrugó el ceño mientras que los aplausos siguen y siguen como si fuera un dios venerado.

Ridículos. Todos son unos ridículos.

—Gracias, muchas gracias a todos por sus aplausos —miente—, es un gusto estar con todos ustedes el día de hoy —siempre miente.

—El sr. Habiara…

—Por favor quería —interrumpe, de seguro dirá algo bobo—. Dime Lynn, el sr. Haibara es mi padre.

La presentadora suspira enamorada ante aquella mirada y sonrisa coqueta que le dedica el demonio frente a ella. Figuradamente hablando claro, aunque, no encuentro mucho la diferencia la verdad.

—Amm… sí… ¡sí claro! P-Por supuesto, yo… bueno, como les estaba diciendo. Lynn nos hizo un espacio en su ajetreada agenda para darnos una entrevista exclusiva sobre el nuevo proyecto que está desarrollando la compañía.

—Exactamente, querida —sonrió—, nuestra compañía es la mejor y el futuro de esta ciudad. Creceremos tanto que el gobernador del estado y el mismísimo presidente del país querrán elogiarnos, eso ténganlo por sentado.

Sus palabras llenas de arrogancia y confianza excesiva logran convencer al público presente, seguro a la audiencia entera. No puedo evitar preguntarme cómo exactamente lograra eso, pero lo que sí sé perfectamente es el sentimiento de descontento que llevo dentro.

Se gana tan bien a las personas con sus mentiras, siempre tramando algo, siempre le dan lo que quiere con solo un chasquido de dedos o a penas abra la boca, lo tiene. 

Me desagrada.

Para él las personas no son más que míseras herramientas sin valor, si no sirves te vas. Apenas cometas un error estás perdido, si haces algo que no le gusta no dudara en un segundo de acabar con tu autoestima. Si te atreves a retarlo, estás perdido.

Para aumentar el sentimiento de desgana, ¡no hay nada de malo con él estéticamente! Su cabello corto y negro siempre va bien peinado, ese traje negro hecho a su medida se le cierne bien a su cuerpo bien ejercitado, tiene la nariz perfilada, y unos ojos grises que a cualquier mujer que mira le causa un infarto haciendo muy buena combinación con aquella mirada tan fría y llena de desprecio que detesto.

—Si sigues mirando a tu hermano de esa forma, te saldrá una bala en el entrecejo que traspasará la pantalla, Kenma.

— ¿Cómo quieres que lo mire si lo primero que escucho al despertar en la mañana es el estúpido televisor a todo volumen en el noticiero mañanero?

El suspiro cargado de pesadez por parte de mi padre es notorio. Se gira a verme malhumorado.

—No pudimos acompañar…

—A mi hermano por la cita de hoy —terminé por él—; si querías ir a su dichosa entrevista, hubieras ido y ya. Yo perfectamente puedo ir solo, sé dónde queda el psiquiatra —sentencie.

— ¿Y dejarte solo para que no fueras? O peor aún, ¿para qué hicieras otra locura? —Sus palabras están cargadas de decepción, la voz le suena impostada reflejando que no teme expresar lo siente o piensa de mí.

Debo admitirlo, me dolió.

 Salió de la sala dejándome solo, seguro fue por el saco que dejó en la habitación antes de volver, para cuando dirigí la vista al televisor, gran parte de la entrevista ya había pasado. Yo tome el control remoto apagando esa cosa, no quería seguir escuchando aquella odiosa voz cargada de falsedad ni siquiera a lo lejos o seguir viendo la cara del “don perfecto” de mi hermano. 

Rasqué mi cabeza con frustración, “bonita forma de empezar la mañana”, dije para mis adentros apartando algunos mechones que estaban de más sobre el rostro. 

Papá nunca ha dicho que quiere a uno más que el otro, todo siempre fue parcial. Cariño, amor, regaños, dinero, escuelas. ¿La única diferencia? Emprendimiento.

Mi padre siempre ha expresado lo mucho que está orgulloso de mi hermano, ya sea con acciones o con palabras, él siempre hará entender el inmenso amor por las “grandes” hazañas de mi hermano sin poder ver el trasfondo.

“—Ni para morir sirves…”

— ¿Estás listo para irnos hijo? —Su me trajo de vuelta, cosa que agradecí internamente. Ya tengo suficiente esta mañana para que aparezca un mal recuerdo en el peor momento.

El viejo extiende su mano, ver los lentes oscuros hace que suspire fuertemente. 

—Sí, estoy listo.

Coloco los lentes y la capucha de la sudadera sobre mí cuando salimos de la casa, al subir al auto que nos esperaba afuera, el viaje se torna silencioso por mi parte mientras que por el contrario de mi padre es distinto. Se la pasa hablando por teléfono con los ejecutivos de la compañía y muy seguramente con mi hermano referente a la entrevista.

Rodé los ojos.

Sin prestar el más mínimo grado de atención, sigo diseñando la nueva estructura para el videojuego que estoy creando, el proyecto beta salió hace medio año y muchos compradores están interesados en él. Después de terminar la parte de la estructura, cerré la aplicación contestando los mensajes más importantes que pude en este momento mirando por el rabillo del ojo de vez en cuando a mi progenitor.

No es que no esté interesado en que papá lo vea o sepa de lo que “su inútil hijo” menor no es tan inútil como él piensa, pero trabajar en anonimato por ahora es mi mayor prioridad hasta que las cosas se concreten, o, al menos hasta que me sienta listo para decírselo.




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