Tyler
Han pasado dos días desde el ataque de luna sangrienta y su alfa Drack, todos estamos destrozados. Perdí a mi padre y ésta mañana perdí a mi madre también sin mencionar todos los daños ocasionados a la manada, a todos los guerreros que perdimos, el llanto de todas sus madres, sus hijos, amigos y familiares.
El daño material jamás podría superar la pérdida humana, estamos destruidos desde adentro.
No puedo hablar, no puedo comer, no puedo moverme, me duele... Todo me duele.
¿Acabo de recuperarlos para perderlos de nuevo?
Hasta hace poco yo era feliz, estaba en casa finalmente después de irme diez años, había encontrado de nuevo al amor de mi vida y estaba planeando conquistarla para tenerla en mi futuro.
No pude decirles a mis padres quien era la afortunada.
No pude
La aflicción que llevo en mi corazón no se va con nada, porque a donde quiera que vea sigue doliendo, hay tantos recuerdos en cada rincón de ésta casa, de éstas tierras y lastiman, hieren de manera mortal abriendo heridas que sangran por dentro y desatando lágrimas como ríos.
Perder a los seres que te dieron la vida sólo puede compararse con la agonía de respirar, el dolor de que se han ido, la pena de no poder tocarlos, abrazarlos y decirles tantas cosas por última vez. El desconsuelo de no haber estado ahí para ellos, el tormento de haberles fallado de no haber luchado lo suficiente, la tristeza que te ahoga en vida hasta el punto de no tener fuerzas para levantarte.
Estar vivo también duele, porque a pesar de saber que ése día llegará, nunca estás preparado para decirles adiós, porque la muerte de un padre y una madre es la tuya también.
Porque tu mayor miedo de niño es perder a tus padres y de adulto también, y yo simplemente no estaba preparado.
Nunca lo estaría, los necesitaba para toda mi vida, habían miles de sueños que quería compartir con ellos, quería hacerlos abuelos, quería que me vieran con orgullo, que supieran que los amaba y que habían sido los mejores padres que pude tener.
Ethan está peor que yo, no soltó a mi madre ni un segundo, le besaba y abrazaba diciéndole lo mucho que la quería, quizás rogando por un milagro.
Estuvo a su lado todo el tiempo y esta mañana cuando ella amaneció muerta James y yo tuvimos que tomarlo entre los dos para separarlo de mi madre. Luchó, se puso histérico a pesar de que sabía que eso sucedería, tuvimos que sedarlo y ahora está encerrado en su habitación, no quiere hablar con nadie y menos nosotros por enterrar a mamá mientras él estaba inconsciente, no lo culpo es el dolor que lo está matando.
- Ty? - la dulce voz de Natty es lo único que evita que me vuelva loco.
No le contesto estoy dolido, luché por protegerlos a todos pero no serví de mucho... No pude evitar la muerte de mis padres.
Su olor se hace más fuerte a cada paso que da en mi dirección, estoy en mi antigua habitación, aquí fui feliz sin embargo ahora los colores me parecen tristes, la alfombra marchita, los objetos sin valor alguno, todo está sin vida, como yo.
Se posiciona frente a mí, tiene los ojos hinchados y la nariz roja de tanto llorar, ella también los amaba como si fueran sus propios padres.
Estoy sentado en la cama, ella está de pie, no digo nada ni ella tampoco, solo me abraza, rodeo su cintura con mis brazos y coloco mi cabeza en su pecho ambos lloramos.
Me derrumbo de nuevo, no me importa que me vea en éste estado, lo he perdido todo, ambos estamos rotos por dentro y dejamos correr las lágrimas hasta que se acaben.
Ella acaricia mi cabeza y me dice cosas tranquilizadoras, consejos para que me tranquilice y deje de llorar cuando ni ella logra con éxito calmarse.
No lo soporto más.
La tomo en mis brazos y giro con ella acostándola en la cama debajo de mí, ella jadea por la sorpresa pero no se resiste mientras sigue acariciándome.
- Te amo Natty- le digo viendo esos hermosos ojos celestes.
- Yo también te amo pequeño Ty- me dice acariciando mi mejilla.
Sé que no me ama de la misma manera, yo la amo y siempre la he amado como mi hembra, mi mujer, mi todo. Pero ella me ama como su amigo casi hermanito menor.
Deseo tanto cambiar eso, pero mi dolor ahora es demasiado, no puedo siquiera expresar lo mucho que estoy sufriendo.
No digo nada más solo me dejo caer al lado de Natty con mi cabeza en su pecho abrazado a su pequeño cuerpo.
Embriagándome de su aroma, escuchando sus latidos y sintiendo su suave respiración mientras me consuela susurrando dulces palabras y quedándose a mi lado hasta que logro dormir con la mujer de mi vida en mis brazos la sensación más hermosa que he podido experimentar. Me permito esta pequeña felicidad en medio del caos de muerte y sangre en la que estamos.
James
Los destrozos en la manada son enormes, el amanecer del tercer día permite que unos débiles rayos solares iluminen nuestro día gris.
Ethan está en su despacho el dolor de su pérdida lo mantiene encerrado, no nos quiere ver y no puedo perder mi tiempo con él, hago todo lo posible por ayudar a sepultar a los muertos, ayudar a los heridos y reconstruir las casas por el invierno.
La mayoría vino a la casa del alfa donde comparten habitaciones con otros debido a la fuerte tormenta.
La lobita valiente de la cual no sé ni el nombre está inconsciente lleva días con una fiebre muy alta, su cuerpo está tratando de sanar pero no puede expulsar todo el veneno que su cuerpo recibió de la herida por la daga de plata.
La tengo en una cabaña retirada, dejo que el doctor la revise, Ian la cuida también se siente en deuda por su ayuda y yo vengo cada noche a verla, bueno aquí vivo por alguna razón no puedo separarme de ella.
Es una desconocida
Pero no puedo abandonarla.
Después de otro largo y penoso día limpiando los vidrios rotos que dejó el alfa Drack detrás de sí llego hasta la cabaña donde está ella.