Cassy
Han pasado dos días desde que vi a James, aún está ese "asunto" pendiente entre nosotros dos o eso creo. Ahora me he recuperado por completo, mi herida ha sanado y también lo hace mi corazón.
Bree me convenció de preparar una lasaña, me dijo que era la comida favorita de James, aunque no sé cómo lo supo, creo que la amistad entre ella e Ian está haciendo que esta pequeña sea más ocurrente. Aunque debo decir que me alegra verla así, ya no es aquella niña asustadiza que conocí, está cada vez más segura de sí misma.
Bueno yo también me siento así, libre para decidir hacer lo que quiera. Algo que nunca experimenté en mi manada, vivía con miedo escondiéndome de todos, haciendo lo que me pedían.
Es como si los chicos hubieran liberado mis hombros de una pesada carga que llevaba a cuestas ofreciéndome un lugar donde puedo ser mi mejor versión.
Una que quiere ser feliz, que se ha encontrado así misma, y que siente la cabaña como si fuera mi hogar, el verdadero hogar.
Un lugar donde estoy rodeada de seres que se preocupan por mí, que me cuidaron cuando más lo necesite. Un sitio donde mis sentimientos importan, donde un hombre de ojos azules me mira como si quisiera devorarme.
La piel se me pone de gallina al pensar en el rubio que me atrapó, es intimidante pero a la vez un hombre maravilloso que salvo mi vida en dos ocasiones.
He extrañado tanto a James hasta el punto de sentir que mi vida no tiene color hasta el momento que lo vuelva a ver, siento temor a depender tanto de una persona que acabo de conocer, no sé si él siente lo mismo aunque debo decir que me siento nerviosa y ansiosa de volverlo a ver.
James es un hombre difícil de leer, provoca en mi sensaciones contradictorias, pero ése día cuando tomó mis manos entre las suyas para pedirme que me quedara hasta sanar vi la sinceridad en sus ojos y sus limpias intensiones.
Nada nos ha hecho falta en ésta cabaña, Ian nos cuida al punto de malcriarnos, nunca vi tanta ropa junta, también zapatos y maquillaje. Es tan tierno, nos trajo montones de cosas que ni siquiera sabemos usar.
Apenas lo básico para estar presentables, tengo más ropa en el armario de lo que llegué a imaginar, le rogué a Ian que dejara de gastar en ello pero me dio el último regalo antes de marcharse, lo cual era una fragancia con esencia de vainilla, bastante dulce y agradable.
Mientras estoy en la cocina terminando nuestra cena, Ian y Bree están haciendo algo en la habitación, no sé qué traman ese par, al cabo de unos minutos salen con cara de niños que están por hacer una travesura, son tan lindos juntos. Sacan mi lado maternal a pesar que la diferencia de edad es tan poca entre nosotros.
– Cassy es hora de que vayas a arreglarte. – me dice Bree con una sonrisa maliciosa que me hace dudar.
Su cabello rojo lo lleva suelto siempre, viste el pijama de flores que Ian le trajo con unas pantuflas de patito. A pesar de la hora se ha negado a quitarse la ropa y tomar un baño.
En la cueva era algo normal que no se bañara en semanas debido al frío, aquí en la cabaña ella parece cómoda con esas pijamas de niña.
– Creo que todos debemos prepararnos para la cena. – digo viendo a ambos, Bree necesita bañarse para recibir a James, con Ian no creo que haya problema pues el chico siempre lleva su look informal de jeans rotos, con chaqueta y tenis, lo cual le favorece siempre.
– Ok yo me retiro señoritas, debo hacer algo antes. – le guiña el ojo a Bree la cual suelta una risita y se despide de él de un abrazo y lo veo perderse tras la puerta.
Me dan mala espina, no porque sea algo malo, ellos nunca causarían daño a alguien lo sé pero parecen tramar algo.
– Me vas a decir de una vez que se traen los dos par de niños. – expreso poniendo mis manos en las caderas y golpeando el piso con el pie. Infantil. Lo sé pero si se comportan como niños traviesos yo debo ser la adulta aquí.
Bree sonríe juguetona, algo me oculta lo sé, pero no va a decirme que planea y menos su cómplice que se marchó con cara de revoltoso.
– Nada Cassy solo debo ir a cambiarme y tu deberías hacer lo mismo. Mírate está llena de un poco de pasta. –señala mi camisa
Si será... yo podré estar sucia pero ella no se ha bañado y ya necesita hacerlo.
– Nada de eso jovencita, necesita un baño pronto que apesta a zorrillo. –
– Hey yo no apesto. – se hace la ofendida pero no puede evitar reír.
– Señorita que es lo que esconde, última vez que pregunto o la dejo sin cena. – amenazo a lo que Bree vuelve a reír.
Es tan bonito ver como su mirada triste desapareció para dar paso a una llena de luz. Incluso mis intentos de regaños la divierten, ya no es una niña temerosa escondida en un rincón y eso también me hace feliz.
– No escondo nada Cassy – responde mordiéndose los labios para no reír.
– Hmm no me trago eso, pero en realidad no tengo que ponerme. –le digo derrotada.
La cena es en honor a James y me gustaría estar un poco presentable, es importante para mí.
– Yo tengo algo para ti en tu cama, ve a prepararte. – Me dice – prometo poner la mesa y los platos ve tranquila. –
Aunque no me siento totalmente confiada voy a hacerle caso esta vez, no quiero que James me vea toda sucia, la idea es una cena sorpresa, bueno en el caso de Ian no pude ocultarlo ese chico se la pasa cuidando de Bree todo el tiempo.
Me dirijo al baño, necesito tomar una ducha para quitarme el olor de la cocina encima. Me relaja sentir el agua mojar mi cuerpo al cabo de unos diez minutos me siento mucho mejor y cuando salgo envuelta en una toalla veo un precioso vestido azul colgando de una percha en la puerta del armario.
Bien por Ian y Bree estuvo fantástico el detalle, espero que ella también tenga un bonito vestido.
Procuro secarme bien el cabello y peinarlo para dejarlo suelto, aplico cremas corporales, veo mi cicatriz que ahora es apenas una línea pálida. Me pongo la lencería que me regaló Ian, es algo atrevido pero nunca antes usé algo así.
Ese chico sabe tanto de moda que me pregunto cómo logra ser el beta de la manada y estar pendiente de nosotras.