Capitulo 26

Narrado en tercera Persona

La batalla

Dicen que después de la tormenta llega la calma, pero en luna hechizada no existía la serenidad desde la caída del alfa Owen, desde entonces sus hijos se habían enfrentado a un enemigo silencioso que no dejaba de asestarle golpes una y otra vez sin ellos poder retribuirle.
Pero la gota que había derramado el vaso era el secuestro de Jessie y el cruel ataque a sus hermanas.
Los chicos lobos lo supieron, no tenían mas opciones los habian orillado a ser letales.

La ley del ojo por ojo estaba más que vigente, Ethan el nuevo alfa había resultado ser un gran estratega, no solo había organizado la incursión de aliados de manera impecable sino que también estaban fuera del radar de Drack y sus enemigos cazadores.

Esa noche tres mil soldados habían llegado desde distintos puntos para honrar el pacto de sangre apoyarían a Luna hechizada a atacar a sus enemigos y se asegurarían que la ley del ojo por ojo fuera llevada a cabo, era matar o morir y solo el más fuerte quedaría de pie.

Muy pocos sabían que esa sería su última noche al lado de sus seres queridos y que las cosas nunca más serían las mismas.

En cuantos todos supieron de que el ejército estaba listo no dudaron en pasar las últimas horas abrazando a sus familiares para partir de madrugada antes que los rayos del sol iluminara sus caminos

Ethan dejo a su luna dormida en su cama al cuidado de unas lobas, sólo le dio un beso en la frente cargado de promesas antes de partir.

Ian se despidió en silencio de su mate en el hospital dejando besos en su mano, frente y mejillas prometiendo volver pronto a su lado para cuidarla hasta que se recupere, seria el mejor hombre para ella y la reclamaría en cuanto ella estuviera lista

Cassy se despertó cuando James la colocaba en la cama, fue cuando en medio de muchas dudas le dijo que muy probablemente estaba embarazada al tomarle las manos y verlo a los ojos, la loba con un nudo en el estómago esperaba la reacción del rubio que parecía petrificado pero una vez se dio cuenta que ya tenían su primer fruto de amor parpadeó asimilando la afortunada noticia y devoró a besos a Cassy le decía cuanto la amaba entre besos y caricias estaba feliz a más no poder y se arrodilló para dejar besos en su vientre ahora tenía dos razones para volver.
No quiso asustarla con la batalla que se realizaría así que calló su destino.
Una vez más se entregaron a la pasión hasta alcanzar la mayor cúspide de placer en los brazos del otro. La dejó dormida en su cama cubrió su cuerpo desnudo con las sabanas para que no tuviera frío la contempló con tanto amor sin saber que era la última vez que lo haría.

Tyler ya no podía esperar necesitaba saber de Jessie, apenas había conciliado el sueño un par de horas solo para tener las fuerzas necesarias, ella no podía estar en otro lugar que no fuera la manada de Drack la cual volvería añicos para buscar hasta debajo de las piedras de ser necesario. El rubio se juró encontrarla y una vez que ella estuviera a salvo le pediría perdón por haberle fallado, por lastimar su corazón, no importaba el precio que ella pusiera él lo pagaría sin dudarlo por una segunda oportunidad.

Todos tenían razones para volver, pero pocos sabían que sus deseos no serían cumplidos, menos Selene que salió con ellos en silencio con una profunda pena en el corazón, sabía exactamente que muchos morirían y aunque llevaba noches enteras buscando un hechizo para detenerlo no parecía existir tal cosa en este mundo.

Ethan, James, Tyler e Ian lideraban a los soldados, no había marcha atrás ahora tenían personas que les esperaban y a quienes deseaban proteger y también muertos que vengar.

Desde cuatro puntos distintos atacarán a la manada, Ethan estaba al norte, James al Este, Tyler el sur e Ian el oeste controlando que la manada enemiga no tuviera oportunidad alguna de escapar de su destino.
No habría prisioneros
No habría piedad ni perdón 
Nadie debía vivir
Eran ellos o los suyos.

Cuando apenas los rayos solares aparecían tímidamente en el cielo ya todos estaban en posición, más de cinco mil lobos atacaron desde los cuatro puntos cardinales a una manada aún dormida, que no lo esperaban, fue un grave error creer que un joven no lograría atacarlos después de asesinar a su padre, pero al contrario Ethan Alfa de la Manada Luna Hechizada estaba más fuerte que nunca y había llegado a cobrar su venganza.

La muerte misma despertó en luna sangrienta esperando por todas las almas que se llevaría, rondaba ansiosa y codiciosa por esas vidas que iban a ser cegadas, sonreía satisfecha por la estupidez de algunos, no importaba quien empezó la guerra o quien la terminaría, no habían héroes o criminales solo asesinos tratando de justificar sus actos.

La misión era simple, pero la estrategia efectiva, Ethan atacaría al lado de Selene por el lado norte directamente hacia la casa de su alfa enemigo; la vida de éste y la de su hijo le pertenecía por derecho. James al este atacaría los guerreros y acabaría con el suministro de armas, Tyler al sur atacaría el lado más difícil del bosque imposibilitando la oportunidad de huida e Ian al oeste que destruiría a los enemigos y el paso al río tampoco podrían escapar por ese lugar.

El viento movía las ramas de los árboles, un lobo vigilante estaba aburrido y con frío en las afueras odiaba tener que vigilar pero ahí estaba refunfuñando por el clima helado y el hambre, una suave brisa trajo aromas desconocidos a su nariz cuando volteó lo último que vieron sus ojos fue unas garras que le abrieron el cuello, cayó al suelo intentando respirar mientras la sangre salía a borbotones y murió en apenas minutos, ése sería el mismo destino de otros como él a lo largo de sus tierras.

Los guerreros de Drack no tuvieron oportunidad de defenderse, cuando apenas se dieron cuenta que habían intrusos en sus tierras ya estaban siendo masacrados, fueron los primeros en caer. Destruyendo a su paso la primera línea de defensa de Drack cuando lograron dar la alerta ya era demasiado tarde, atacar de madrugada aún en la oscuridad les había dado la ventaja. 
La segunda línea de defensa donde se encontraban los hechiceros no pudieron hacer nada en contra de la magia de Selene, después de todo ella era capaz de controlar el elemento del fuego y antes que ellos intentaran lanzar sus encantamientos empezaron a arder ante una poderosa rival.
No había señal de los vampiros pero no podían confiarse, se movían sigilosos, antes de entrar al campo algunos se rociaron esencias en el cuerpo para no ser detectados a distancia y saltaban sobre el enemigo hasta quitarle la vida antes de marchar a la siguiente víctima.