Luna Hechizada

Capítulo 30

Ethan

Habían pasado cuatro días desde que los chicos se fueron a averiguar si mis sospechas eran ciertas y que manadas estaban involucradas y ahora que volvían era el momento de hablar; faltaba la presencia de James y recordarlo dolía pero esto lo hacía también por él. 
Estábamos reunidos ahora Ian, Tyler, Luke y dos alfas de manadas cercanas quienes habían confirmado mis peores temores.

Estábamos siendo exterminados desde hace tiempo de manera silenciosa por un enemigo invisible que no podía ser de los nuestros

El consejo nos estaba usando, ellos daban la condena y otra manada la ejecutaba sin rechistar.
Tenían todo minuciosamente controlado, la información tampoco fluia, eso significa que podrían ser culpables de más muertes de las que podíamos imaginar.

Además dicho consejo contaba con más de tres mil guerreros y mi manada después de dos guerras teníamos la mitad activos por lo que ahora no éramos rivales para ellos.

Informe a Ian de lo que había descubierto a raiz de las últimas palabras de James, ya podía hacerlo puesto que la familia de Lara estaba aquí cuidando de ella y de Sonya. Era importante que pensáramos las nuevas estrategias y planes a seguir por ello el beta debía permanecer a mi lado pues el asunto ahora atañe a no solo nuestra manada sino a la existencia misma de los licantropos.

No podíamos atacar de frente, no tenía a todos mis guerreros y eso significaria sacrificarlos en otra masacre lo cual no era una opción o le estariamos dando lo que ellos querian.
Necesitaba hacer esto de manera diferente, jugar igual de sucio que ellos e ir entre las sombras. 
Estuvimos unas horas encerrados hablando, tratando de descubrir una manera de hacerlo sin ser descubiertos.

Necesitaba a Selene conmigo pero ella llevaba días fuera y no tenia idea que estaba haciendo, tampoco tenía tiempo de irla a buscar tenía otras prioridades y entendía que necesitaba su tiempo pero tarde o temprano regresaría a mi lado.

Nos tomamos un descanso y ordene que llevarán a los alfas a descansar un rato, por su largo viaje lo agradecieron. En la soledad del despacho masajee mis sienes, habia tanto trabajo que hacer, demasiada carga para un chico de 17 años que cada vez que estaba solo tenía ganas de llorar al recordarla, por lo cual salí a recorrer mi manada para mantener mi mente ocupada.

Algunos de mis hombres se sentían ansiosos, podía verlo en sus ojos habían miedo, zozobra y preocupación de más guerras que nos habian hecho perder seres amados. Las cosas jamás serian igual en nuestras tierras y no sabiamos porqué la diosa nos causaba tanto daño pero mi gente seguída de pie. Entendía lo que sucedía con ellos pues compartía los mismos miedos.

Mis guerreros me saludaron al salir al bosque lejos de la mansión del alfa, entendía que la presencia de dos alfas y sus hombres de confianza podría causar revuelo pero callé cualquier miedo o duda informando que sólo eran nuevas alianzas comerciales para recuperarnos de la última guerra y suspiraron de alivio.

Les mentí a los míos para protegerlos, para no preocuparlos y para evitar que el enemigo supiera que ya sabíamos su existencia.

En ocasiones las mentiras son necesarias.

Empecé a caminar sin rumbo por horas y fue así que mis pies me guiaron hasta la cueva donde vivió mi pequeña Bree. 
Mi corazón dolió otra vez, este lugar sucio y solitario tenía apenas un mínimo rastro de su aroma, habían pasado meses desde que descubrimos la existencia de las chicas que vivían aquí. 
Meses en los que James se enamoro de Cassy y yo de Bree. 
Y de los cuatro ahora sólo yo quedaba, no pude soportarlo más lloré de impotencia dentro de la cueva, lejos de la lástima de mi gente y mis amigos.

Ojala hubiera sido diferente, ojalá y pudiera cambiarlo, ojalá nunca hubiera hecho el pacto, ojalá... miles de cosas más se venían a mi mente pero nada de ellas serviría para cambiar el final de nuestra historia.

Te amo Bree susurre al vacío, nadie me iba a escuchar pero quería que ella si lo hiciera donde quiera que estuviera.

Pase horas viendo el lugar imaginando como debió hacer mi chica para sobrevivir, conseguir alimento y leña para calentarse, ella no era débil al contrario era una guerrera sobreviviente. Me llenaba de orgullo haber sido su pareja y aunque nunca quise encontrar a mi mate, la diosa luna me había premiado con la mejor de todas.

Cuando sentí que era suficiente de autocompadecerme era el momento de volver me di cuenta que la luna ya estaba en el firmamento alumbrando tenuemente mis pasos, camine sin miedo entre las sombras ya estaba acostumbrado a las noches de luna nueva, hasta que sentí el olor de mi mate en el viento.

Me detuve

Seguro mi mente estaba jugando conmigo, o era mi conciencia que me recriminaba las razones por las que la perdí.

Pero su olor se sentía más fuerte que nunca, jamás lo podría confundir con otro, era única en mi mundo.

Fue entonces que escuché fuertes pasos en mi dirección y estuve alerta.

Selene

No era fácil llegar hasta el antiguo y justo como dijo Klaus estaba muy lejos, nos tomó dos días más llegar.

Estaba al norte de la siempre misteriosa Rumania, en un antiguo cementerio, desde el momento en que puse un pie en el lugar supe que estaba en presencia de un ser poderoso.

Mi cuerpo tembló, y por instinto me pegué a Klaus que caminaba delante de mi. Era extraño pero me sentía segura a su lado lo cual era una locura pues él era un vampiro y yo podría ser su comida.
Pero a pesar de ello descubrí su compañía más grata de lo que lo hubiera imaginado. Hasta podría decir que agradable, el tenía una manera de vivir despreocupada.

Le pregunté porque no tomaba en serio las cosas, le reclame varias veces su manera infantil de ser. 
Pero me respondió que se había pasado la vida en medio de preocupaciones absurdas, y ahora que estaba muerto había decidido vivir la vida. 
Al principio no lo entendí sonaba a una estupidez o me estaba tomando el pelo pero luego sentí vergüenza, al parecer no era tan idiota. La vida era para vivirla y muchos no la vivíamos.




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