—Después de tanto tiempo, después de todo lo que te ha hecho— cada palabra que decía daba un paso hacia atrás— Tantos años han pasado, años en los que más de una vez te lastimó. Cuando Ginger te atacó ¿que hizo él? Dejarte, él se fue y yo me quedé. Siempre esperé y estuve a tú lado, ¿y él?—
—En que momento dejaste de hablar conmigo.—Deje de hablarle, cuando él se alejó y Mamoru llegó.
— Porque lo aceptas, SI SOLO TE HA LASTIMADO. REGRESA Y TU DE NUEVO CAES, DESPUES DE TANTO SIGUES SIN DARTE CUENTA A QUIEN REALMENTE LE IMPORTAS—
—Entiendo que yo fui quien te alejo. Alejarte fue lo más difícil que hice, fui cobarde quizás, pero quiero que sepas que nunca deje de cuidarte. Siempre eh estado ahí esperando a que volvieras, a que regresaras a mí—
— Aun no entiendes nada— decía el cenizo mientras pasaba su mano por su cabello—Veo que no cambiaré tu opinión, ya no pienso perder mi tiempo— dijo mientras se marchaba
Pensar en ellos ocasionaba que su cabeza doliera y más sabebiendo que aquel día fue el último en que Mamoru hablo con ella, si antes él había estado distante ahora era peor, ya ni siquiera le dirigía la mirada, cuando llegaba él se iba, simplemente la evitaba y eso la lastimaba, sentía que ella era la culpable de todo eso, pero aún no tenía idea de porqué.
—Ale estás bien?— una voz la saco de sus pensamientos
—Por supuesto Rose— una sonrisa fingida siempre soluciona todo— pensó.
—Claro— dijo no tan convencida.
No hace más de unos instantes lo había llamado el Sr. Flamount.
— ¿para que lo habrá llamado?— se preguntó, tenía tanta curiosidad, quería ir averiguar, pero estaban en clase y él era el único que podía salir.
En el despacho del Director no sólo se encontraba Mamoru sino también Kaname.
Flamount los miro determinadamente mientras hablaba— los he llamado a los dos porque ha aparecido una casa muy cerca de aquí.
Mamoru sorprendido pregunto— ¿nos ha citado a los dos por una casa que apareció?
Sin cambiar el semblante prosiguió— apareció de la nada. Y nos han informado que es la familia Gallart.
—¿La familia Gallart?—ahora el preocupado era Kaname, cosa que alertó al vampiro que a la vez se hallaba confuso.
Él asintió, Mamoru que estaba confundido pregunto— ¿Quiénes son ellos?
Acomodandose los lentes Flamount respondió— ellos son una de las familias que terminar con la actual familia real de la luna.
Al escucharlo se apresuro— Eso quiere decir que también quieren acabar con Ale.— el silencio respondió por si sólo. Luego de unos segundos Flamount volvió a dirigirse a ambos— ustedes tienen que protegerla como de lugar.— más que una orden parecia una suplica.
—Mamoru creo que hay que dejar las peleas entre nosotros y unirnos por ella.— ambos se miraban serios.
—Estoy de acuerdo.— asintió.
Para quitar la tensión a su alrededor Flamount sacó una botella de ron destapandola los miro para luego sonreír— Bueno ahora que todos estamos de acuerdo hay que festejar—.
Ambos lo miraron con cara de pocos amigos, para luego cada uno darle un coscorron.
— Bueno si me permiten, me iré a clases.— dijo el rubio cenizo para después salir del despacho.
Una vez que se encontraban solos Kaname miro a Flamount— ¿Seguro que podemos confiar en él?
Al ver llegar a Mamoru tenía ganas de preguntarle para que lo habían citado, pero terminando las clases él fue el primero en desaparecer, siempre era lo mismo, después de tanto buscarlo se dio por vencida, su sorpresas no cabía más ya que tampoco había visto a Kaname, solo a los demás guardianes.
—¿Que pasa aquí?— Se pregunto ella con un suspiro, todo le parecía extraño, sus sueños, Mamoru, Kaname, ella. No había dejado de tener aquellas pesadillas, lo cual sólo la hacían cuestionarse sobre ella, su pasado, presente y lo que podría pasar en un futuro.
Cuando iba de regreso tropezo con Aldo quien veía como Ryuu únicamente estaba con Anní para darle celos a Mika. Sin que lo notará la Ale se acercó a él y en son de burla le pregunto, sorprendiendolo— ¿que te pasa? pareces estar celoso.
Con nerviosismo respondio— no, ¿cómo crees?, yo ni si quiera la conozco— volviendo a ver aquella escena con lástima— pero me da coraje verlo juguar con ella, no se lo merece— miraba a la chica con tristeza y lastima verdadera, cosa que no paso desapercibida por la morena— bueno ya me voy, ¿vienes o te quedas?.— pregunto apresurado mientras daba la vuelta.
—Luego te alcanzo— y sin más siguió con su camino mientras meditaba sobre sus pocos recuerdos.
A pesar de tratar de recordar algo más que el momento en que su madre se fue, no pudo; parecía que algo se lo impedía y eso la hacia llenarse de impotencia.
— ¿Por qué tienes esa carita? estas bien.— esa voz la sacó de sus pensamientos, al voltear, lo vio, era Kaname, quien la miraba.
Ella no respondió, sólo lo miró directamente a los ojos.
—¿qué tienes? ¿Paso algo malo?— su tono parecía bastante preocupado.
— No, simplemente trato de recordar,pero— suspiro tratando de sonar tranquila— no puedo recuerdar, más que mi madre me abandono.—bajo la mirada y pudo sentir unos brazos cálidos abrazaban su cintura y en un susurro le dijo— no desesperes pronto recordarás todo, te lo prometo. Vamos.— Tomandola su mano la llevó a su dormitorio.
Al día siguiente, como era costumbre todos los sábados recibían cartas de sus familiares o uno que otro admirador; sin duda algo llamo la atencion de la ojicafe cuando encontró una carta anónima, por un momento creyo que podría haber sido de Kaname, pero rápidamente rechazó esa idea al leerla.
"Si quieres recordar tu pasado y saber lo que ha pasado con tú madre, ven a las afueras del bosque, donde hallarás una cabaña, te espero a media noche".
La releyo un par de veces tratando de descifrar si sería una buena idea, en esos momentos solo pensaba que podía hacer, no sabía si debía contárselo a alguien o callarselo e ir ella sola, lo que sí sabía era que iría; era una oportunidad única y no la desaprovecharía.
Escucho tocar la puerta, olvidando la nota, se dirigió a la puerta y al abrirla se encontró con la figura que menos esperaba.— ¿Aldo? — pregunto sorprendida, en esos 7 años nunca había ido a su habitación, solo se dedicaba a molestarla entre clases o en los pasillos, pero jamás invadia su privacidad—¿Que quieres?— continuo irritida al notar que no se movía, ni emitía sonido alguno.
—Quiero que me acompañes.— hablo mientras se escogía de hombros.
—No puedo— no sabía lo que Aldo pretendía, pero tampoco deseaba averiguarlo. Se dispuso a cerrar la puerta, pero él la detuvo.
—Por favor.—Se escuchaba suplicante, entonces accedió y salió junto con él.
Caminaron un rato, al llegar ella se sorprendió al notar donde iban, la había llevado a espiar a los prefectos, en otras palabras. A Anni, lo que la puso a cuestionarse— ¿Aldo se habrá enamorado de Anni?— Quién lo diría, el amor es inesperado.— se dijo a si misma.
Ya casi es media noche— se dijo, colocándose un abrigo y sin estar muy segura salió del dormitorio para dirigirse al bosque.
La noche eras muy oscura, y últimamente la Luna no alumbraba tanto como por lo regular era costumbre— quizás no este bien— se dijo mientras se abrazaba, aquella noche era muy fría y a pesar de haber crecido entre ese bosque por primera vez se le hacia un poco escalofriante— pero necesito saber de mí, de mi madre, porque me dejo y lo más importante porque comenzó aquella guerra.— sí, ella recordaba aquella vez donde Mamoru le dijo que la causante de esa guerra era la madre de kaname, sin embargo en esos años jamás le dieron a conocer si era cierto o los motivos— Porque estoy segura que sigue viva, mi madre debe estar viva— tenía esa esperanza y sabía que así era, y una vez que supiera la verdad la volvería a ver y abrazar. Decirle que la queria, aunque hubiese crecido lejos de ella. Ya se acercaba y aún no se encontraba segura si haber ido era lo correcto, por otro lado era tanta la curiosidad que olvido todas sus preocupaciones. ¿Que le esperaría. Por fin sabría información de la Luna, del que se suponia era su "hogar". Aunque eso no le importaba sólo quería saber de ella, su madre.
Estaba tan exorta en sí misma que no noto cuando llego al lugar, era una pequeña cabaña rústica con un estilo un tanto escalofriante.
Al entrar noto que realmente se veía y encontraba deshabitada, polvorienta y sumamente oscura, sacó una pequeña linterna del bolso de su abrigo alumbrando un poco el camino y al hacerlo noto que en una vieja mesa había un papel con algo escrito.
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Editado: 08.11.2019