Kaname buscaba a Alejandra y en el camino encontró a Dean- ¿has visto a Ale?- pregunto amablemente.
Dean sonrió de la misma manera- ya somos dos que la buscamos, si quieres la podemos buscarla juntos.- este asintió y ambos comenzaron a caminar.
-Dean- el chico lo miro- no te agradecí por haberme acompañado ese día a buscar y traer a Ale. De verdad gracias.
Negando comenzó a reírse - no tienes porque, ella es mi amiga. Y sinceramente tú no me caes mal.
Kaname comenzó a reirse- tu tampoco.
-ALEJATE DE MI!!!- se escucho una voz bastante familiar, ambos corrieron hacia donde había provenido.
-Sólo ALEJATE de ELLA- Mamoru estaba dando cara a Ginger, mientras Alejandra estaba tras él
-¿Qué no puede defenderse sola?- pregunto con sorna- maldito me has lastimado.
-Ya dejala en paz, espero que tú nunca pierdas a alguien de tu familia.
-¿Que pasa aquí?- pregunto Kaname en tono serio. Ginger corrió para abrazarlo, sus quejidos y llantos se escuchaban a todo pulmón.
-Kaname, ellos me han lastimado- chillo ella, antes de que Kaname pudiese hablar la voz sería de Mamoru se adelantó.
- Si Kaname ve de nuevo y acusame con los cazadores, dales un motivo más para que quieran acabar conmigo.-Alejandra y Dean los miraron interrogantes. Con furia Mamoru miro a Kaname.
-Es algo que debía informar y lo sabes.- contestó tranquilo.
En un acto de furia Mamoru empezó a descontrolar por completo sus poder el suelo comenzó a temblar.
-PARAAA- se escucho el grito de terror de Alejandra. Las rocas comenzado moverse, el viento parecía inestable, sin controlarse miro hacia Kaname y una ola de poder llegó, sintiendo querer expulsarlos la libero hacia él. Una gran oleada de viento que había formado fue dirigido hacia él, una persona se atravesó y siendo expulsada violentamente hacia el otro lado, atravesó unos cuantos robles que estaban en su camino hasta toparse con un gran muro.
-GINGER- gritó cuando esta por fin cayó. Tanto Kaname como Dean corrieron hacia ella para poder auxiliares.
Mamoru seguía en su lugar callado, no podía creer lo que había hecho, por un arrebato de furia había herido a alguien, él la había lastimado a una persona. Nuevamente se sintió miserable. Él realmente se merecía que acabarán con su miserable existencia. Si sólo haría daño no se merecía estar ahí, siempre había apoyado la convivencia entre humanos y vampiros, aunque eso le haya causado infinidad de problemas, pero ¿cómo decir que la defendía si probablemente en otro arrebato de furia podría dañar a otra persona inocente?
-Es mejor dejar de existir- pensó para si mismo. Sorpresivamente un pequeño calor inundó su frío ser al sentir unos brazos rodearlo.
-¿Estás bien? Tranquilo todo esta bien, solo fue un pequeño rasguño. ¿entendido?- aquella pequeña pelinegra lo abrazaba fuertemente- No pasa nada Mamoru, fue un accidente. Esto no volverá a ocurrir, tú eres más fuerte que esto.- aquellas palabras lo tranquilizaron, solo necesitaba de ella. Aunque supiera que quizás fuese imposible, ¿un vampiro con alguien como ella?
No era la primera vez que los veía en una situación familiar, sin embargo, no le gustaba lo que estaba pasando. Sabía, lo sabía que en estos años las cosas había cambiado, pero nunca pensó que tanto, cargo a Ginger y comenzó a caminar, decidido, por primera vez seria de lo más egoísta que pudo haber sido antes, no permitiría que sus temores se cumplieran y si tenía que ser el malo en esta historia, que así fuera.
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Rose y Dean se encontraban a punto de salir, sin embargo iban con ropa militar-¿van a salir?- pregunto curiosa Alejandra.
Rose asintió y Dean respondio- vamos a cazar a un vampiro que solo que esta perturbado al pueblo, ya sabes, debemos ayudar a los cazadores con ellos.-
Antes de poder salir por completo llegó Carol para acompañarlos, y agarrar a Dean como si fuera de su propiedad, logrando que él rodará los ojos cansado y frustrado.
Aquella escena logro la risa de Alejandra y otros más que la veían. Dean giro a verla -No creo que haya sido él- fueron sus unicas palabras.
Tiempo después de que se fueran, se dirigió a dar una caminata cerca del bosque, no daba crédito a lo que veía, pero a la vez era algo que le emocionaba. Aldo platicaba muy animadamente con Anni. Sabía que él se traía algo con ella, por lo tanto no sabía como debía reaccionar, si alegrarse o sencillamente preocuparse.
-Bueno ya me voy- hablo Anni, sin ninguno se diera cuenta de la presencia de la morena- no eres tan malo como creí.- dijo este último dando una sonrisa, la cual el no dudo regresaría. Y se fue. Cuando Aldo por fin la vio se tenso un poco- ¿que haces aquí? ¿que escuchaste?.
-No te preocupes, acabo de llegar.-respondio sin más, una gran risa por él se escucho
-Que bueno temía que te pusieras celosa.- dijo mientras se hacia el cabello para atrás, su mirada era prenetante y brillante, por una parte ella no lo entendía.
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Editado: 08.11.2019