Capitulo 1: El comienzo de todo.

Recuerdo aquellos días donde mamá me visitaba, papá hace mucho tiempo había falleció, los recuerdos no son agradables sin embargo me dejó enseñanzas que utilizare a lo largo de mi vida.

Vivía con mi tía, después de la tragedia de mi papá, mamá no soporto más, había días en los que me trataba bien y hacía ricas comidas, como también días en los que me miraba con odio y asco.

La aldea donde vivíamos era un lugar alejado al imperio de Luxembur, Luxembur era un imperio gigante , gobernado por el rey bestia, llamado Jian, se decía que era una persona cruel y malvada, sus calles eran anchas y angostas, y en todas siempre se vería árboles cuyos colores eran rojos.

Cuenta la leyenda cada tiempo los árboles dejan caer au hojas, las cuales brillan, como si fuera una lluvia de sangre, pero como cada leyenda, esta tiene su historia.

—Tia, ¿po que las hojas de los árboles son dojas?—pregunto aquella niña

En aquella habitación que era ilumina por unas velas, sus cabellos siendo peinados por un peine de madera, una joven de apariencia cálida le respondió:

—Según cuenta la leyenda, es por las lágrimas del sol.

La niña que se encontraba sentada, junto a sus manos le miró con curiosidad, se metió una uva en la boca y preguntó.

—¿Ládimas de so?

Una suave carcajada escapo de sus labios, al sentir ternura de sus palabras aún mal pronunciadas, dejó el peine de madera en la mesa del costado.

—Lágrimas de sol, Celia—puso una orquídea en sus cabellos.

La suavidad del viento causó el tintineo de unas campanas, y el suave cantar de los pájaros llenaban de gozo la mansión.

La pequeña Celia miraba con curiosidad a su tía, en busca de la respuesta, ojos inocentes en busca de su llegar su curiosidad.

—Cuenta la historia de que existía maestro de larga cabellera, como rayos del sol, llamado Yian, cuyo hermano era el príncipe LuxeZan, ellos eran muy unidos, a pesar de no ser hermanos de los mismos padres—acomodo su vestido—crecieron en diferencias, el padre del principe era más amable con su hijo Yian, desatando celos en Luxe, sin embargo la Reina era alguien cruel y fría.

Se paro frente a su sobrina y hiso gestos graciosos, desatando una carcajada en ella.

—Un día Yian sintió la lejanía de Luxe, cada vez pasaban menos tiempo juntos, el tiempo pasó y el salió a escondidas de la mansión, como cada fin de semana, en el camino a la salía, justo en el campo de entrenamiento estaba su hermano Luxe, quiso preguntar que hacía ahí pero antes de hacerlo se escucho un fuerte latigazo, junto a quejidos contenidos de dolor, ¡Era su hermano! Sin poder contener su enojo salio en su defensa, encontrándose con la Reina con látigo en mano, le reclamo por los golpes y antes de que la Reina saque su espada y el su arco Luxe se metió en medio, quiso llevarse a fuerza a su compañero, en medio de la pelea salieron palabras que nunca imaginaron ​​​​​"¡Te odio!"

La joven señorita se detubo, metiendo drama a la historia:

—El principe Yuin escapo con ladrimas en los ojos, y al dia siguiente no se le volvio a encontrar, largos años pasaron y Luxen se convirtió en Emperador, uno frio y malvado, los libros lo describen como un Emperador que cumplía con su deber, pero ganaba muchos enemigos de otros Imperios ya que le gustaba ser invensible, se quedaba con las riquezas y territorio. Sin embargo un dia el Imperio fue imbadido, gritos de dolor amgustua adornaban las calles, después de tantas peleas, el Imperio de Luxembur iba a ganar, y en la ultima batalla con la espada en alto, a pumto de vencer a su enemigo, una flecha fue dirigia hacia el, antes de poder reaccionar, la flecha impacto—coloco una cara de dolor, tirándose al suelo dramaticamente.
Celia la miro con curiosidad.
—Tia, ¿que mas pasho?—pregunto metiendo una uva a su boca
Unas risas salieron de la joven, miro con ternura a su sobrina y le dijo:
—Eso todavia no es apto para niños.
La pequeña niña hizo un puchero.
—¡No es justo!

En otro lugar desconocido.

—¡Y en cuestion de segundos, el Emperador Luxen grito! ¡Su hermano Yuin, se desparramo dejando caer gotas de sangre en las raices de unos arboles, junto a su cabello que brillaba bajo el sol! como el aletear de una mariposa...—El joven tio, miro a sus sobrinos, aquellos niños que estaban vestidos con tunicas rojas
Uno de ellos se levanto con su muñeca en manos, una pequeña niña con regordetes megillas y con total entusiasmo exclamo:
—¡¿Que mas paso tio?!—abrio la boca sorprendida dando a revelar la falta de un diente
—¿Que no lo ves Ling?— el pequeño niño todavia sentado en la alfombra hablo, ganando la atencion de los otros dos—lo que esta diciendo nuestro tio es mentira—volteo el rostro con el ceño fruncido
La niña con la idea de que su hermno arruine la tarde de historia dijo:
—¡Callate Xiao!
—¡Tu no me callas Fang!
Los gritos de los pequeños se escucharon cada vez mas fuertes, en su deseperacion la pequeña Fang le tiro un peluche en la cara a Xiao.
El joven tio aun nervioso intento calamarlos pero lo ignoraban y en ultimo acto de desesperacion dijo su arma secreta:
—¡Si siguen asi se acaba la tarde de historias!
Xiao en mano tenia la cola de cabello de su hermna mientras esta le moria el braso, al escuchar esto se sentaron rapidamente.
Con miradas complices los pequeños hermanos se miraron y asintieron con brillos en los ojos.
—¡Esta bien tio escucharemos!—gritaron a la par
Y antes de poder continuar dos toques en la puerta se escucharon.
—¡Señor Zimo, su majestad el Emperador y la Emperatriz se encuentran aqui!—la vox del guardia se escucho
Inmediatamente la mirada del mayor se dirigio a sus sobrinos, ellos tenian sus miradas bajas y postura rectas, imposible imaginar que eran los niños de hace unos minutos.
Soltando un suspiro also a su sobrina en barzos y agarro de la muñeca a su sobrino.
—No tengan miedo, y postense de manera educada— les dijo con una suave sonrisa mientras miraba a Xiao.
—¡Su majestad el emperador y la Emperatriz estan pasando!