– ¿ A quién has llamado? – cuestionó Jungkook arrebatándome el teléfono de las manos.
– A mi madre, yo… yo quería hablar con ella – respondí de inmediato a su pregunta para evitar levantar sus sospechas.
Jungkook me miró con profundidad a los ojos, como si estuviera buscando la respuesta a través de ellos. Él volvió a pasar su lengua por el interior de su mejilla y asintió un par de veces, no sabía lo que estaba pasando por su mente en estos momentos, pero esperaba que no tuviera un ataque de ira en esta ocasión.
– Bien – fue lo único que dijo para tomarme del brazo y hacer que me levantara de donde estaba sentada, esta vez no hubo movimientos bruscos de su parte, él estaba más tranquilo que ese día pero aún no podía decir que había creído lo que le había dicho.
– ¿A dónde iremos? – me atreví a preguntar una vez que estuvimos fuera del hospital, pero aún no hubo respuesta de su parte.
Kim Namjoon iba detrás de nosotros siguiendo de cerca nuestros pasos. Llegamos a donde estaba el auto estacionado y Namjoon fue el primero en subirse al coche en donde habíamos llegado, no sin antes hacer una leve inclinación hacia Jungkook.
– Tú irás conmigo – dijo Jungkook al ver el ademán que había hecho para subir al auto junto con Namjoon. Quería negarme pero era más que obvio que iba a ser inútil hacerlo.
Esta vez realmente estaba perdida.
No estaba Jimin con nosotros.
No había sirvientes a nuestro alrededor.
Solo seríamos él y yo.
Cosa que me hacía ponerme nerviosa, era la primera vez desde que yo había llegado, en la que estaríamos Jungkook y yo a solas.
No quería provocar que su mal genio apareciera así que entré obedientemente al auto, y después Jungkook subió en el asiento del conductor. Lo vi acomodar el espejo retrovisor que estaba enfrente de él para que luego su vista recayera en mis manos que mantenía encima de mis piernas, vi como sus comisuras se habían alzado levemente al ver el anillo que traía puesto. Yo me aclaré la garganta y oculté mi mano izquierda poniendo mi mano derecha encima de esta.
Jungkook apartó la mirada y se dedicó a conducir.
En esta ocasión si había podido observar el paisaje a mi alrededor, pues Jungkook había dejado las ventanas abiertas haciendo que el aire fresco de Seúl inundara el interior del auto.
No quería admitirlo, pero realmente estaba disfrutando de la vista de una ciudad que había sido completamente desconocida e inalcanzable para mí, el llegar a Seúl, era un sueño que compartía con Hoseok, ambos habíamos prometido venir juntos y me entristecía el pensar que yo había roto esa promesa.
El viaje en el auto fue silencioso y agradecí que fue más rápido de lo que esperaba.
Jungkook rodeo el auto con elegancia y yo lo esperé dócilmente en mi asiento, esperé hasta que él abrió la puerta donde yo me encontraba y lo vi extender su mano para que yo lo tomara pero me negué a aceptarla y salí del auto por mí misma. Lo escuché chasquear la lengua a mis espaldas pero decidí ignorarlo. No podía vivir con miedo a Jeon Jungkook por todo un mes, además las palabras de Jimin se habían repetido en mi mente y debido a las distintas facciones que había notado de Jungkook, podía asegurar que nunca me haría algo que me dañara, así que eso me daba algo de seguridad para hacer una que otra acción rebelde, porque hay que tomar en cuenta que no se debe provocar la ira de Jungkook más de la cuenta.
Una vez fuera del auto pude observar el gran centro comercial frente a mí que parecía hecho de cristal, el lugar era enorme y totalmente diferente a los pequeños centros comerciales del lugar de donde yo venía.
– ¿Planeas comprarme mostrándome todo esto? – pregunté sin pensarlo. Por quincuagésima vez en el día me había mordido el labio inferior porque no podía dejar de decir palabras sin pensarlo antes. Me giré lentamente hacia Jungkook para ver su reacción pero no parecía molesto.
– No planeo hacerlo con eso – había respondido divertido dejándome confundida ante su respuesta.
Jungkook puso mi mano en mi cintura sin llegar a tocarla, para hacer que yo caminara al interior del lugar. Seguí sus pasos de cerca mientras miraba como algunas personas que transitaban el centro comercial nos veían con curiosidad y supuse que esas miradas se debían porque habían reconocido a Jeon Jungkook. Yo traté de desviar mi mirada de ellos para mirar el piso en un intento de evitar sus miradas, pero era inútil, ya nos habíamos ganado las miradas de todos apenas habíamos entrado.
– Ven aquí – me indicó Jungkook quien parecía no darse cuenta de las miradas que estaban sobre nosotros.
Yo lo seguí de nuevo al ver que entró a un local, no pude ver el nombre del lugar a donde habíamos entrado pero me di cuenta de que lugar era una vez que estuvimos dentro.
Era una tienda de celulares.
Habían teléfonos por todos lados, teléfonos que parecían lujosos al contrario de los que nuestra familia usaba. Los precios de estos parecían sobre pasar mi sueldo de todo un año en la repostería y Jungkook estaba comprando uno de esos como si nada.
– ¿Qué estás haciendo? Realmente no necesito uno de esos – dije en un susurro que solo él pudiera escuchar. Pero una vez más Jungkook parecía no querer responderme.
Supuse que estaba comprando un teléfono para mí por la mentira que había dicho hace unos instantes y ahora estaba completamente segura de que él se había creído mis palabras.
– Es para que puedas hablar con tu familia, te vuelvo a repetir que no eres mi prisionera Minying, si quieres algo solo tienes que pedirlo. Sígueme, aún hay algo más que comprar – dijo entregándome la bolsa con el celular dentro que le habían entregado hace unos segundos.
No reclame nada esta vez.
Me mantuve en silencio al seguirlo después de que él salio del local mientras mordía el interior de mi mejilla para evitar preguntar lo que quería. Quería pedir una explicación a todo esto pero no quería molestarlo ahora que parecía de tan buen humor.
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Editado: 30.01.2021