Luz de luna

Capitulo 6

ERICK 

Estoy realmente estresado en casa, no salí con mis amigos hoy porque tengo un golpe en mi rostro y no se como explicarles para que no se burlen de mi. Aparte no se nada de Vaiolet,  pensé que me iba a escribir pero no lo hizo. Tomé mi teléfono y tengo un mensaje. 

—Vaiolet escribió—

—Hola Vaiolet. ¿Cómo estás? Me apresuro a contestar.

Un poco triste y tú—

—Aburrido en mi casa—

—No me ha contado ¿Cuál es tu nombre?—

—Oh disculpa, mucho gusto me llamo Andrés— le dije mi segundo nombre que pensé jamás utilizar.

—Andrés ¡Gracias!—

—Cuéntame por qué estás triste.¿Dónde estás?—

—En un parque. Es una larga historia, el hombre que... abusó de mí, va quedar libre. Tengo muchísimo miedo—

—Eso es increíble. Me gustaría poder

acompañarte en este momento. Qué te parece si hacemos algo, imagina que estoy contigo—

—Ya lo hice—

—Ahora cierra tus ojos y piensa en algo lindo, algo que te agrade—

—El mar, quiero conocerlo—

—No has ido, te prometo que algún día te voy a llevar. Mi padre tiene una casa…— hablé de más, se supone que soy pobre, Vaiolet me va a matar cuando se enteré que soy Erick.

—Una casa ¿Cerca del mar?—

—No me hagas caso, te voy a hablar del mar. Imagínate caminando por la playa, las olas golpean suavemente tus pies descalzos y la brisa juega con tu cabello. Quiero que respires  profundo, no hay miedo, ni problemas, solo tu y yo vamos tomando de la mano ¡Te sientes mejor!—

—Sí, gracias. Se me quitó el ataque de ansiedad. Hasta imaginé que estaba en ese lugar

—Me alegra mucho. Espero algún día poder llevarte conocer el mar—

—Yo también. Andrés. ¿Tú no sales de casa?

—Sí, en realidad estoy un poco indispuesto. Me resfríe— le volví a mentir a Vaiolet.

—Estás enfermo—

—Resfriado es todo— segunda mentira del día.

—Andrés. Te escribo al rato—

—Que tengas lindo día Vaiolet—

VAIOLET 

Le escribí al chico del chat. Me contestó enseguida. No se porque pero hablar con él me da seguridad, sus palabras me llenan de esperanza. Voy a regresar a mi casa porque ya estoy más tranquila.

Llego a casa y no veo a mi madre, debió salir pero no me dijo nada, ni dejó nota alguna. Subí a mi habitación  tratando de escapar de los demonios que se encuentran en mi soledad  y nuevamente le escribo al Andrés.

—Hola, ya llegué a casa. ¿Qué te parece si hablamos por mensajes de voz?— no se porqué le dije eso, quiero escuchar su voz.

—Como quieras. Pero te advierto que me encuentro resfriado—

Él empezó a preguntarme cosas, su voz es tan linda me encanta, pero me parece haberla escuchado antes, hablamos hasta media  noche. Es la primera vez que me siento atraída por un chico que ni siquiera conozco. No tiene foto en su perfil, su pongo que no es atractivo y por eso oculta su rostro. Aunque a mí no me interesa su físico. 

ERICK 

Por fin en la universidad otra vez, mi rostro se ve mejor y dudo que se den cuenta del golpe. Ayer hablé mucho con Vaiolet, me muero  de ganas de verle, aunque ella no me reconozca. Me encuentro con mis amigos que se veían extrañados por mi ausencia en la fiesta, trato de inventar excusas y les hablo de mi supuesto resfriado, mientras  Andy no paraba de reír ni un segundo. Agradezco con una mirada que no les contara nada de lo ocurrido con mi tormento.

Veo que Vaiolet viene acercándose y justo cuando trato de abordarla se acerca una amiga y me da un beso en la boca (una amiga con derechos) trato de apartarla pero es demasiado tarde ya Vaiolet nos vio. La mirada de ella se clavó en mis ojos y pude observar celos como si le importara lo que acababa de suceder.

Los tontos de mis amigos empezaron a molestar a Vaiolet con palabras pesadas y Andy habló para mí desgracia.

—Amigos no molesten a Vaiolet, no sea que el señor casanova se enoje con ustedes—

—¿Por qué razón? preguntó Elizabeth mi amiga.

Todos fijaron su mirada en mí, buscando una respuesta. Incluso Vaiolet se detuvo con cara de pocos amigos como solía estar siempre, reconozco que cuando tiene ira el color verde  de sus ojos se vuelven más oscuros como un par de esmeraldas y se ve realmente hermosa a pesar que esa asquerosa capucha no permite admirarla. No supe qué contestar, cualquier palabra sería usada en mi contra. (maldito Andy no podía guardar un secreto, con amigos así para que enemigos) Afortunadamente, unos chicos empezaron una pelea que llamó la atención de todos, incluyendo los profesores y mis amigos que en cuestión de segundos ya estaban en medio de los golpes. A ellos les gusta pelearse por cualquier tontería, yo decidí retirarme un poco porque en verdad no me gustan los conflictos. Soy muy diplomático para solucionar estos altercados siempre envío de mediador a Andy.

Cuando volví mi vista ya no estaba Vaiolet, entonces me aleje lo suficiente para no salir lastimado otra vez.

Voy rumbo al salón de clase, como el alumno ejemplar que en verdad no soy y ahí se encontraba Vaiolet recostada en una pared, no se que demonios le pasaba pero algo no andaba  bien con ella. Me acerqué corriendo, vi que no respiraba bien, al parecer tiene un ataque de pánico. Sus manos se movían temblorosas y sus labios  estaban secos; sus ojos querían llorar pero algo lo impedía. No sabía qué hacer  para ayudarla, jamás había visto una persona en ese estado y todos estaban concentrados en la pelea. Lo único que se me ocurrió fue tomarla cargada y recostarla en una banca. Le quité la capucha de su cabeza y dejé al descubierto una hermosa cabellera desconocida para todos, incluso para mí, destapé su rostro y vi una cicatriz muy particular en su cuello. Supongo ese es el motivo por el que se cubre con la capucha, parece como el corte de un cuchillo. Vaiolet no mejoraba, trate de darle respiración boca a boca pero no sé hacerlo y ante la tentación termine besándola. Pensé que me iba a golpear pero sentí como su cuerpo comenzó a relajarse un poco y a respirar mejor, sus ojos seguían cerrados mientras lágrimas contenidas salían de ellos sin ningún problema. Entonces continúe besando suavemente su boca mientras ella se entregó  sin oponer resistencia, puedo decir que ese beso fue el más maravilloso que he dado en mi vida aunque era evidente que Vaiolet no sabe besar, no puedo describir lo que sentí pero si esta sensación no es amor es algo muy extraño y desconocido para mí, aunque he besado tantas chicas los labios  de Vaiolet me hicieron  llegar al cielo como si estuviera con un ángel. Todo fue perfecto hasta que un maldito nos fotografió, Vaiolet reaccionó y se enderezó en un sobresalto.




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