CAPÍTULO 1: Algo más que historias

16, Enero 2025

La casa estaba sumida en un silencio sepulcral; ni siquiera era un silencio tranquilo, es ese silencio que oculta secretos, misterio... Venganza.

El sonido de las noticias presentadas en la televisión se escuchaba desde la sala y era lo único en llenar el silencio.

—Las bolsas de basura ya están en la entrada – informa Seth al entrar en la cocina. — ¿Y papá?

Papá... Ahogándose en alcohol.

— Debe de estar en el trabajo, estará por llegar.

Su ojos me miran sin creer lo que he dicho pero yo continúo cortando los vegetales mientras trato de no pensar en que momento nuestra vida se volvió un caos.

— Gray... ¿Extrañas a mamá? – miro hacia mí hermano, que se había acercado a la foto de nuestra madre puesta sobre el estante.

— Era nuestra madre, claro que la extraño. – No fue una madre ejemplar; pero a final de cuentas, le debíamos mucho a ella.

Ya habían pasado dos años desde su muerte, el acontecimiento nos tomó por sorpresa a todos los miembros de ésta familia. Seth sufrió crisis por mucho tiempo, nuestro padre no soportó el golpe y se refugió en el alcohol, y yo; que puedo decir sobre mí, su muerte la causo alguien, estoy seguro, y seré yo quien lo averigüe.

Las historias que nos contaba siempre fueron trágicas; muertes, venganzas, desolación. Al final siempre llegaba a la misma conclusión, el amor siempre será un puente hacía la traición, quien te ama tarde o temprano te traicionará. Esa es nuestra naturaleza.

La puerta principal se abre forzadamente y al salir de la cocina, nos encontramos con nuestro padre sosteniéndose de las paredes tratando de no caerse.

Los ojos de Seth se llenan notablemente de lágrimas y se acerca hasta él para ayudarle a mantener el equilibrio. Por el contrario, yo me quedo en el mismo lugar en el que estoy.

Seth cuenta con tan solo diecisiete años pero aún así, su capacidad para razonar y comprender a los demás es algo que lo sobrepasa incluso a sí mismo; siempre fue el tipo de persona con dificultad para socializar con los demás. Pero también, de las que en todo momento se fijaba en lo bueno y especial de todos; quizás por ello, siempre creyó que las historias de nuestra madre solo eran ficción; pero para mí no, había algo más, siempre lo hubo.

Por otra parte nuestro padre. Caleb Roberts, era el típico hombre empresario que no sufría de ninguna incomodidad; pero quién perdió casi todo por no tener la suficiente fuerza mental para soportar un golpe de la vida. En éste caso, la muerte de nuestra madre.

De ella no tengo muchos recuerdos; nuestra relación no fue precisamente madre-hijo, cada quien vivía metido en su mundo. Sus historias, algunas fotos en el álbum viejo de la familia, y el amargo ambiente que habitaba ahora la casa que hace un tiempo atrás, tratabamos de llamar hogar son lo único que nos queda de ella.

— ...Lo acosté en su cuarto. – La voz de Seth me saca del ensueño en el que me había sumido. No me había percatado de que me había quedado allí incluso, cuando ellos desaparecieron de mí vista. —No podemos seguir de ésta manera, Grayson.

— No me digas algo que ya tengo claro. – volví a la cocina tratando de huir de algo que ya nos llevaba ventaja, estábamos destruidos.

El sonido de la televisión llega hasta donde estoy y algo dicho allí, roba mí atención.

—... Y cuéntenos Sra. Kepler, ¿Que supone para usted éste nuevo proyecto propuesto para toda su familia? – La reconocida periodista de cabello rojizo extendía el micrófono hacía la susodicha.

— ¿Que podría decirte, Katlyn? Es una nueva experiencia y una gran oportunidad para mí familia y para mí...

— ¿Grayson...?.

— Shhh... – Lo corto al instante, a esa mujer ya la había visto antes. — Déjame oír.

— ...Es una gran oportunidad para todos, cabe decir que tuvimos que esperar mucho tiempo para la aprobación de ésta nueva evolución para la educación; pero como recompensa de un arduo trabajo hecho por todo el equipo, 
La respuesta fue la esperada. Ahora, un gran porcentaje de los estudiantes juveniles tendrán la oportunidad de obtener un cupo en uno de los mejores colegios ubicados en Beaufort, Carolina del sur.

Los ojos de Seth se abrieron al mismo instante en que me gire completamente hacia él.

— No. No podemos dejarlo solo. – dice como si leyera mí mente, refiriéndose a nuestro padre lógicamente.

— Por favor, Seth. No podemos desaprovechar la oportunidad de cambiarlo todo. – digo con una efusividad que hace mucho no sentía. — Además, está tan perdido en su depresión que ni siquiera le importará.

— ¿Que pretendes que hagamos?. – Seth me sigue a través de la casa hasta llegar a nuestro cuarto.

— Empaca lo necesario. –Tomo una hoja del escritorio y escribo un mensaje en ella. Salgo nuevamente hacía la cocina y Seth continúa siguiendo mis pasos.

— Nos vamos a Carolina del sur. – digo mientras ubico la nota sobre la puerta del refrigerador sosteniéndola con un imán.

"Nos vamos, estaremos bien"

El rostro de Seth muestra indecisión.

— Siempre hemos estado juntos. – Tomo su rostro para mirarlo fijamente. — Y siempre vamos a estarlo.