Abrí los ojos mientras un terrible dolor estallaba en mi cabeza, toqué mi cara y estaba húmeda, de nuevo había soñado con aquella chica, llevaba tres semanas sin poder dormir bien, ya no sabía qué hacer, sin embargo, me levanté porque este sueño ya había pasado y entre mas lo pensaba más me daba escalofríos.
Me vestí para ir al instituto, me cepillé y me puse lo primero que encontré un jean y una camisa blanca sencilla.
Llegue a la sala y llame a mi abuelo quien de seguro ya se encontraba tallando
—¡Abuelo! ¿crees que puedas llevarme hoy al instituto? —grite a toda la casa para que me oyera desde donde estuviera —no quiero caminar
Escuche ruidos de las tablas de la antigua casa en la que vivíamos
—No puedo hijo, tengo que terminar de lijar esta silla hoy —pronuncio mientras caminaba hacia mi —haz ejercicio
—Pero Abuelo… No quiero caminar, caminar acorta mi periodo de vida —replique con voz de listillo
—Has tenido de nuevo ese sueño —aseguro el abuelo con voz preocupada —tienes los ojos hinchados de llorar de nuevo
—Ya se ira abuelo —trate de tranquilizarlo
—deberíamos ir al doctor —declaró
—No te preocupes abuelo, ya se me pasara —dije restándole importancia —sabes… quiero caminar ¡adios!
Salí rápidamente de la casa, porque últimamente ese era todo el tema de conversación en mi casa, de hecho, solo éramos los dos con el abuelo quien siempre vivía pendiente de mí, y más desde que desperté en medio de la noche llorando sin razón específica, le he contado parcialmente el sueño a mi abuelo Ulises, sin embargo, he omitido que en mi sueño tengo la certeza que él ha muerto, solo sabe que veo a una chica casi muerta.
Cuando llego al instituto entro a mi primera clase en la marea de estudiantes, tomo asiento entre las filas del medio, es mi último año y lo cierto era que no tenía idea de que haría con mi vida, suena la campana y en el momento justo llega Gabriel, quien siempre llegaba tarde o sobre la hora.
—Solé —medio grito mi apellido, todos me llamaban así —como siempre llegando temprano —se sentó a mi lado y golpeo mi hombro mientras comenzaba a contarme como su madre lo obligo a limpiar todas sus flores y lo detesto hasta que su vecina sexy salió a prestarle atención y termino arrancando las rosas o algo así…
Dejo de prestarle atención, porque le encanta hablar sin ser interrumpido.
Mis demás compañeros comenzaron a llegar
—Ya Cállate —dijo Juliana —Garfield a nadie le interesan tus aventuras con tu vecina la anciana
—¡no es una anciana! y me llamo Gabriel
Juliana suspiro fastidiada y torció los ojos
—Cállate
—Cállame
Juliana y Gabriel comenzaron a discutir algo normal en ellos dos cada mañana, Juliana era demasiado estricta y Gabriel demasiado desmesurado.
Llego el profesor y pido la actividad anterior, Gabriel por supuesto no la hizo.
—¿Qué tarea? —declaro confundido
Entonces comenzó a rogarnos a Juliana y a mi que lo dejáramos hacer en el grupo
—Solé, por favorrr
—Dile a Juli, si acepta —ella que estaba en la mesa de atrás suspiro
—por favor Julianitaaaaaaaa
—No me llames así, idiota
—Por favor… —junto sus palmas como suplica
—tendrás que comprarnos un helado a la salida
—Claro, claro
Sabía que Juliana accedería, hemos sido los tres desde siempre, y siempre es así, tomo las siguientes clases, era un día normal y aburrido en el instituto.
Ya era mi ultimo año y me quedaban dos días para salir del instituto, o como diría mi abuelo: para entrar en la vida adulta, hijo; casi podía escuchar su voz orgullosa, se suponía que estudiaría bellas artes y me especializaría en escultura.
Tendría que irme para estudiar y en el fondo no estaba tan seguro porque no quería dejar al abuelo.
Camine a mi última clase y vi lo normal, chicos que discuten, chicos que se besan, drama, llanto, pero lo que definitivamente no me espere es que me llamaran a dirección para darme una noticia que en el fondo de mi alma sentía que sabía
El sueño me lo decía cada noche, y yo solo lo ignoré.
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Editado: 21.01.2022