Luzbell: Reflejos

Capitulo XXVII.

— ¿Qué hiciste qué?— Preguntó Sandra abriendo mucho los ojos, sin esconder si quiera la sorpresa de lo que acaba de escuchar. Parecía tan novelesco pero en el peor sentido posible.

—Le dije a su novio lo que paso— Volvió a decir Gabino, sin expresión alguna.

—La cagaste, wey— Sandra finalmente golpeo su frente con una expresión de “La cagaste” en el rostro.

—No hubiesen sido mis palabras, pero si— Irene le sonrió con nerviosismo mientras rascaba su mejilla.

Sandra no esperaba nada de eso. No sabía que tan idiota podía ser ese chico, y finalmente pudo medirlo. No lo conocía mucho pero se lo estaba dejando claro. Casi pudo ver a Alejandro y José.

—Bueno, ya lo hiciste, ni modo— Sandra no podía hacer más— ¿Y ella te ha dicho algo? ¿O sea, le dijiste que le dijiste sobre eso?

—Sí, le avise pero ella no me respondió— Afirmo Gabino.

—Ah, no pues si esta cabrón—Le confirmó Sandra mientras se sentaba recta en su lugar—  No podemos hacer nada, honestamente, ni aunque pudiéramos hacer algo. Ahora todo depende de ellos pero ¿Por qué? ¿Qué te obligo a hacerlo? ¿Tu idiotez?

—Supongo que lo último y mis ganas de ser honesto— Aseguró Gabino mirándola con una firmeza que sorprendió a Sandra— No podía vivir con ello, ella sí, pero yo no, no me parecía lo correcto.

— ¿Lo correcto?— Preguntó Irene mirándolo— ¿Lo correcto para quién?

—Para mí, claramente— Gabino le regreso la mirada— No es correcto andar como si nada  cuando paso esto y aquello y ella tiene novio ¿No creen? No es justo para él ni para mí. Yo… Lo hice por egoísmo.

— ¿Egoísmo?— Sandra se mostró curiosa.

—Durante un tiempo la puse en una encrucijada, una decisión— Gabino bajo la mirada— Era él o yo, no me parecía que jugará conmigo, nos usa y nos desecha a su gusto. Por eso lo hice, para que ella eligiera a fuerza.

Sandra podía entender su punto de vista.

—Que injusto— Irene levanto la voz hacia él— ¿Pensaste en ella? ¿En lo que sentía? Ella no es un objeto, es una persona que puede elegir lo que quiera que la haga feliz ¿Por qué obligarla a elegir algo que no quiere elegir?

— ¿Ahora te pones de su lado?— Gabino le miro por encima de sus lentes.

—No se trata de eso, ambos son mis amigos— Le aseguró Irene con el ceño fruncido— Claro que entiendo que es injusto contigo también pero te estas equivocando en algo. Será cruel, pero tú eres al único al que usa.

Sandra no supo que decir en ese momento. Las palabras de Irene eran suaves, pero como papel, cortaban. Sandra hizo una mueca disimulada.

Gabino se quedó totalmente quieto, mirando la expresión de Irene, que estaba dolida también de decir tan horribles palabras. Lamentablemente eran la verdad.

—Supongo que tienes un punto— Gabino se encogió de hombros.

Irene frunció los labios, molesta. Nuevamente le hablaba a oídos sordos. Como con María.

—Me gustaría conocer un poco más sobre el contexto— Sandra interrumpió cuando  el silencio se volvió insoportable— Si aún lo quieres, claro, así podrías esperar a una opinión muy imparcial.

La opinión de Irene ya lo era bastante pero ella estaba preocupada por ambos y por ello, podría buscar un punto intermedio, mucho más intermedio.

Gabino asintió.

Cuando entraron a la escuela, justo al segundo día, se les obligo a hacer equipos para una materia.

Nadie se conocía así que Gabino esperaría a con los rezagados como hacia siempre. Muchos parecían haber encajado en grupos rápidamente porque se conocían de antes o porque iban a preparatorias similares y aunque nunca se hubieran visto antes, ya tenían un tema del cual hablar y romper el hielo.  

Para su sorpresa dos chicas quedaron solas, una de ellas era Irene y la otra era María.

—Un gusto— Saludo rápidamente Irene mientras se sentaba cerca del chico— Si no tienes equipo ¿Te molestaría hacer equipo conmigo? ¿Y a ti, nos acompañarías?

María se sorprendió de que la pregunta fuera para ella, pero asintió finalmente acercándose a ellos.

Gabino pensó que ambas chicas eran muy lindas, desprendían el mismo tipo de aura tranquila. A su vez, eran diferentes al hablar, pues mientras que la sonrisa de Irene era natural, María hacia un esfuerzo por simplemente hablar.

— ¿Qué es eso?— Preguntó Gabino mientras miraba algunos dibujos en la libreta de María— ¿Son tuyos?

María rápidamente cerró su cuaderno y asintió.

—Lo siento, eran curiosos­ ¿Qué eran?— Gabino tenía que desviar la conversación para olvidar que ella no quería que viera los dibujos— Siento que los he visto antes pero no sé exactamente dónde.

—Son populares— Aseguró María mientras lo miraba de reojo. Gabino no pudo evitar sorprenderse por ello— Son dibujos que hago cuando me aburro, eso es todo, tampoco es que sea buena.

—Eran buenos, pero no puedo estar seguro— Gabino pensó que requería tiempo si quería hacerla hablar con soltura. De hecho hablaba mejor con Irene pese al poco tiempo.



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En el texto hay: traumas, espejos, luceros

Editado: 03.04.2021

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