Alicia abrió su closet, tomo la poca ropa que tenía y comenzó a guardarla en su maleta, luego abrió uno de los cajones de su cómoda y saco su ropa interior
Al abrir el segundo cajón, Alicia se quedó paralizada, ahí dentro no tenía ropa, tenía una mordedera para bebé y un peluche de cocodrilo
Quiso contener las lágrimas, pero no pudo. Tomo la mordedera y luego el peluche, después los pego contra su pecho. Se sentó en la orilla de la cama y lloro
Ambas cosas pertenecían a Misael y a Ismael, sus dos hermanos menores, los cuales fueron asesinados a la edad de 4 meses y 5 años
El llanto de Alicia era demasiado desgarrador, se podía sentir su dolor
Mientras lloraba se reprochaba no haberlos podido salvar aquel día, si lo hubiera hecho, sus hermanos ya tendrían cuatro y nueve años de edad
Después de llorar, la joven contempló el techo, sumergida en sus pensamientos y en sus recuerdos. Se levantó de la cama y continuó guardando sus cosas. Bajo las escaleras y salió de casa, ahí, frente a ella, seguía el chofer esperándola.
--Lamento la demora -se disculpó algo avergonzada
--Está bien -tomo la maleta de la chica y la guardo en el maletero
Durante el viaje a su nueva casa, no pudo hacer más que recargar la cabeza sobre la ventana del auto y mirar hacia el exterior. Había comenzado a llover, así que los cristales estaban empañados y llenos de gotas de agua
--Señorita -la llamo el chofer- ¿Se encuentra bien?
--¿Por qué lo pregunta? -dirigió su mirada hacia él
--La noto un poco pensativa -tomo una botella de agua y se la paso, Alicia la tomo y la abrió
--Estoy bien -le sonrió y bebió el agua
Alicia llegó a la casa de Elliot de nuevo, dejo su maleta cerca la de entrada y comenzó a buscar con la mirada a Apolo
Según las reglas del contrato, Apolo debía llevar seguir su rutina al pie de la letra, no podía saltarse nada. Debía despertarse todos los días a las 6:50am para darse una ducha. Después debía de desayunar y prepararse para ir al jardín de niños. Tenia que llegar a casa entre las 12pm y la 1pm, si no llegaba entre ese tiempo, las empleadas del hogar debían llamar a Elliot de inmediato. También debía de asistir a clases de inglés, violín y piano los martes y los jueves. Tenía que comenzar a hacer sus deberes escolares a las 4pm en punto y terminar a las 6pm, si no lograba terminar en ese tiempo, no se le iba a permitir jugar el resto de la tarde. Para finalizar, Apolo debía de estar listo para dormir a las 8pm
Unos pequeños pasitos acercándose llamaron la atención de Alicia, era Apolo. El niño corrió hasta ella y abrazo sus piernas
--¿A dónde fuiste? -le cuestiono
--Fui por mi ropa -señaló la maleta- A partir de hoy viviré aquí contigo
Belén, la cocinera, salió con una bandeja de galletas recién sacadas del horno
--Bienvenida a casa señorita Beltrán -le sonrió con amabilidad
--¿Ya sabe quien soy? -se sorprendió
--Así es. El señor Stone nos puso al tanto de la situación. Si necesita algo no dude en acudir conmigo o con Sandra
--Ya veo. Muchas gracias por ser tan amables
--Apolo quiso prepararle una sorpresa -me enseñó las galletas
--Yo las hice -hablo el chiquillo mientras la miraba
Alicia se puso en cuclillas para estar a su altura
--Entonces deben estar deliciosas -aseguró
--Cuando sea grande abriré mi propia panadería y vendere muchas galletas como esas -dijo con ilusión- También haré pasteles y cupcakes
--Yo seré la primera persona en comprarte
--A ti no te venderé mis postres
--¿Ah?, ¿por qué? -mostró una cara afligida
--Porque te los regalaré -respondió haciéndola sonreír de nuevo
Alicia apretó ligeramente la punta de la nariz del niño, él rio
--Apolo, ¿ya viste la hora? -señaló el reloj de manecillas que colgaba de la pared
El niño giró la cabeza, miro con detenimiento las manecillas y asintió
--Son las 4pm -contestó
--Así es, que inteligente eres -acaricio su cabello- Y como ya son las 4pm, ¿sabes que significa eso? -Apolo hizo un puchero
--¿No hay alguna manera de persuadirte? -levanto sus pequeñas cejas- Puedes ser mi socia cuando abra mi panadería
Alicia rio
--No pequeño -se negó de inmediato- Sabes que es hora de hacer tus deberes, así que ve por tu mochila y regresa lo más pronto posible -le ordeno con ternura pero con firmeza a la vez
Apolo agachó la cabeza y camino escaleras arriba para buscar su mochila
La hora de los deberes escolares era la peor para Apolo, era aburrida y sin gracia
Para él, era la peor parte del día.