Elliot detuvo su auto frente a la entrada de la prisión. Se mantuvo dentro escuchando música en volumen bajo. A pesar de hacer lo mismo todas las semanas, aún no lograba acostumbrarse
Bajo del auto, entró al lugar y espero a que los guardias le avisaran al recluso que tenía visitas
--Y aquí está de nuevo -habló Saúl, el recluso número #434- ¿Por qué vino esta vez?
--Porque quería ver que tan miserable te has vuelto -lo miro con rencor- ¿Qué tal tu vida en prisión?
--Está bien -se sentó frente a él- No es tan malo como parece
--Así que disfrutas ti estancia aquí -rio de manera burlesca- Al parecer era mejor matarte que encerrarte tras las rejas
Saúl se rio irónicamente sin importarle estar frente al esposo de la mujer que asesino
--¿Acaso quiere que me sienta culpable y me lamente por lo que hice? -su rostro no reflejaba ningún remordimiento- Su esposa no es la primera persona que muere por mi culpa, ella sería la tercera
--¿Hubo más personas antes que mi esposa? -le causaba curiosidad la declaración del hombre
--Hubo dos
--¿Quiénes fueron? -continuó interrogado al señor
--Dos niños...-confesó- Mis dos únicos hijos
Elliot apretó los puntos con fuerza logrando que sus nudillos se pusieran de color rojo. Trató de tranquilizarse, pero al no poder hacerlo, opto por mejor salir del lugar. Se sentía demasiado frustrado por no poder hacer nada, él solamente deseaba golpear a ese idiota, no merecía seguir con vida después de todo lo que había hecho, estar en prisión no era el peor castigo que pudo haber recibido
Subió a su auto y manejo hasta casa. Se sentía un poco mareado y con náuseas, siempre que visitaba a Saúl se sentía exactamente igual. Sabía que no debía de continuar yendo, pero no podía evitarlo
Llego a casa, abrió la puerta y entró. Alicia estaba sentada en la aformbra de la sala junto a Apolo, estaban armando un rompecabezas de Disney. El niño había terminado sus tareas a tiempo, así que, mientras la cocinera preparaba la cena, estaba jugando un poco
En cuanto el niño escuchó los pasos del hombre, se levantó y corrió hacia él. Sus ojitos brillaban cada vez que veían a su padre
--Hoy llegaste temprano papi -abrazo la pierna derecha del hombre
--¿Hiciste tu tarea? -pregunto
--Si -se entusiasmó- Alicia me ayudo mucho. Ella es la mejor -le susurró
Elliot se agachó para estar a la altura de su pequeño
--¿Por qué no me dijiste del show de talentos que va a haber en tu escuela? -cuestiono colocando sus manos sobre los hombros de su hijo
--Iba a hacerlo, pero no pude porque te fuiste a trabajar
--Aun así debiste de habérmelo dicho -se indignó un poco
--Lo siento, papá -agachó la cabeza avergonzado
--Tocaras el violín en ese show -le informó
--Pero...-jugo con sus manitas- Yo quería cantar una canción
--No digas tonterías y has lo que te digo -se incorporó- Vas a tocar el violín te guste o no
--Disculpe -hablo Alicia llamando su atención- Creo que Apolo debería de presentarse en el show de talentos con una canción, después de todo, es lo que él quiere hacer
--Apolo, ve a tu habitación -le ordeno
Sin protestar el niño subió las escaleras y entró a su habitación. Se sentó en su cama, abrazo su Koala de peluche y derramó un par de lágrimas. Él no quería tocar el violín, él quería hacer otra cosa
--Señorita Beltrán -caminó hacia ella- ¿Quién cojones pidió tu opinión?, yo soy el padre de Apolo, y sé que es lo que le conviene y lo que no, si canta solo va a hacer el ridículo
--Claro que no. Por favor, déjelo hacer lo que le gusta -insistí- No se comporte de esa manera con él, es solo un niño de 4 años
Alicia aún no podía creer como Elliot podía ser tan estricto con su hijo
--Yo puedo ayudarlo a componer la letra de su canción y puedo ayudarlo a practicarla -expresó la joven con la esperanza de convencer a su jefe
Alicia quería una sola cosa, ver a Apolo feliz
--¿De verdad estás dispuesta a hacerlo?
--Claro que si -aseguró
Elliot noto que Alicia estaba demasiado decidida. No la conocía a la perfección, pero podía ver que era una chica que siempre lograba lo que se proponía
--De acuerdo -accedió
Alicia se emocionó tanto que no se contuvo y a abrazo a Elliot de manera inesperada. Él se quedó paralizado al sentir los brazos de la chica
Cuando Alicia se dio cuenta de lo que estaba haciendo, se alejó y bajo la mirada apenada
Elliot se aclaró la garganta, se puso firme y se acomodó el saco del traje azul que llevaba puesto
--Lamentó haber hecho eso -se disculpó- No volverá a ocurrir
Elliot se sentía algo nervioso, sentía como su cuerpo emanaba más calor de lo normal
La tensión entre ambos era bastante notoria. Ninguno de los dos sabía qué hacer o decir para relajar el ambiente. Apolo salió de su habitación y bajo las escaleras una por una. Al verlo, Alicia se apresuró hacia él, tomo su mano y lo ayudo a bajar cuidando que no se cayera y se hiciera daño
--La cena ya está lista -aviso la cocinera
Sin decir ni una sola palabra, los tres se dirigieron al comedor.