Capitulo 11: Un miedo, un troll y un misterio. Segunda parte.
Aunque Maggie deseaba comer los dulces que seguramente servirán en el banquete de Halloween no tuvo corazón para dejar a su amiga sola, la necesitaba y ella no iba a ignorarla.
- En serio, ve al banquete - se limpió las mejillas - yo estaré bien.
- No lo haré Hermione, si me encuentro a Ron fuera del Gran comedor te aseguro que el no quedará casi decapitado - paso un dedo por su cuello - será aceptado de inmediato al club.
Aunque Hermione no entendió esa referencia (😂) si pudo entender perfectamente que el enojo contra el pelirrojo podría causar una desgracia por lo que no insistió.
Así pasaron un largo rato, a pesar de que la niña seguía triste, no fue impedimento para disfrutar de la compañía que Maggie le daba. Ella le comento sobre su habitación y la biblioteca que ella tenía a su disposición donde se encontraban los mejores libros de magia, además de que su ánimo fue en aumento cuando la invito para que ambas leyeran junto al fuego.
Cuando al fin logró convencer a Hermione de ir al banquete un olor desagradable llego a su nariz con fuerza, era tan horrible que Maggie se tambaleó un poco mareada por ese tufo y contuvo las ganas de vomitar cuando su cerebro relaciono rápidamente lo que pasaba.
- ¡¡¡Un trol!!! Corre Hermione - trató de moverla pero le resultó inutil, era tanto el miedo de la castaña que sus pies y su cerebro quedaron en una especie de limbo.
- Hermione no es momento para congelarte - sin más remedio le apuntó con su varita para hacerla levitar, justo cuando la puerta se abrió dejando ver a Harry y Ron.
- ¿¡Que le pasó!? - preguntaron aterrados.
- Nada... tranquilos... el troll... - señaló el enorme bastón que se dirigía hacia ellos. Cómo pudieron corrieron a diferentes direcciones para esquivarlo a la vez que Maggie bajaba a una Hermione más conciente.
- ¡Eh, cerebro de guisante! - gritó
Ron desde el otro extremo, tirándole una cañería de metal.
Los gritos y los golpes parecían
haber enloquecido al troll. Se volvió y se enfrentó con Ron, que estaba más cerca y no tenía manera de escapar.
Entonces Harry hizo algo muy
valiente y muy estúpido: corrió, dando un gran salto y se colgó, por detrás, del cuello de aquel monstruo.
Algo en Maggie pareció reaccionar por lo que sin que nadie pudiera interferir un aura la envolvio y tan pronto extendio su brazo aquella energía se concentró en el trol logrando confundirlo el tiempo necesario para que ella bajara a Harry con ayuda del poder que la rodeaba, también fue suficiente tiempo para que Ron actuará.
Ron empuñó su propia varita, sin saber qué iba a hacer; y se oyó gritar el primer hechizo que se le ocurrió: -¡Wingardium leviosa!
El bastón salió volando de las manos del trol, se elevó, muy arriba, y luego dio la vuelta y se dejó caer con fuerza sobre la cabeza de su dueño. El trol se balanceó y cayó boca abajo con un ruido que hizo temblar la habitación.
Harry se puso de pie. Le faltaba el
aire. Ron estaba allí, con la varita
todavía levantada, contemplando su
obra. Hermione fue la que habló primero.
- ¿Está... muerto? - preguntó con voz temblorosa.
- No lo creo - dijo Harry - Supongo que está desmayado.
- Chicos... - Maggie se tambaleó y estuvo a punto de caer de no haber sido por Hermione quien reaccionó a tiempo y la sostuvo.
- Creo que lo mejor será salir ¡estás muy débil! ¿Cómo hiciste eso?
Un súbito portazo y fuertes pisadas
hicieron que los cuatro se sobresaltaran y la plática entre las chicas se interrumpiera.
No se habían dado cuenta de todo el
ruido que habían hecho, pero, por
supuesto, abajo debían haber oído los golpes y los gruñidos del trol. Un momento después, la profesora McGonagall entraba apresuradamente en la habitación, seguida por Snape y Quirrell, que cerraban la marcha.
Quirrell dirigió una mirada al monstruo, se le escapó un gemido y se dejó caer en un inodoro, apretándose el pecho.
Snape se inclinó sobre el troll. La
profesora McGonagall miraba a Ron y Harry. Nunca la habían visto tan
enfadada. Tenía los labios blancos. Parecían no haber notado la condición en la que la se encontraba.
- ¿En qué estaban pensando, por
todos los cielos? - dijo la profesora
McGonagall, con una furia helada. Harry miró a Ron, todavía con la varita levantada - Tienen suerte de que no los haya matado. ¿Por qué no estaban en los dormitorios?
Snape dirigió a Harry una mirada aguda e inquisidora. Harry clavó la vista en el suelo. De forma repentina giro su cabeza, observando directamente a una Maggie palida, aún más de lo que sería habitual y que por si fuera poco se veía débil.
- ¿Que le pasó? - pregunto frío como siempre, pero los presentes casi pudieron jurar que se le notaba preocupado.
Editado: 06.11.2019