Magic History "Ansias De Libertad"

capítulo 9

En ese mismo momento me di cuenta que no podía sentir nada, aquel libro viejo tenía razón, el amor era muchas cosas en una sola. El autor nunca estuvo definido, parecía que estaba rasgado en donde antes estaba el nombre del ser humano o mago que creo estas palabras. Pero eran ciertas, cada vez que yo daba un paso creyendo que era amor, solo estaba pensando un pequeño retazo de alma, no era verdad era un sentimiento piloto que se apoderaba de mi alma, pero al mismo tiempo me daba una idea clara, yo no había sentido nada de amor en mi vida, mis padres se habían ido cuando era pequeña desde eso tiempo me cuide sola y al día de hoy lo sigo haciendo. Después pensé que la vida no me la podía jugar peor, un guardia me quito la pureza que me caracterizaba y ahora vivía en una nación en la que los sentimientos música arte y todo tipo de relación estaba prohibidas. 
Las cosas nunca han tenido sentido en el mundo, cuando estaba en la niñez vi un perro que se comía un hueso, entonces otro perro llego yo pensaba que iban a compartir el hueso, pero por intereses propios y por hambre el perro que estaba comiendo se alejó de él, y empezaron una pelea, yo como niña inocente que era, me metí a separarlos pero a consecuencia solo conseguí que uno de ellos me mordiera, empecé a llorar como no tenía idea. Nunca en mi vida llore tanto, recuerdo que mi padre me tomo de entre los perros y me llevo cargada a casa, mi mama al verme corrió aterrada, nunca pensó que algo así pasaría, apurada busco entre los medicamentos el alcohol y una pasión para calmarme, quitándome  la sangre de la herida, después vio como los colmillos había quedado marcados en mi pierna, entonces uso más alcohol cuando vio la profundidad de la herida. Al final en menos de cinco minutos más ya me había vendado. Yo estaba mejor pero no podía caminar bien sentía como un fuego me invadía cuando pisaba el suelo y ese ardor me duro una semana completa. 
En fin quería que resolver un problema y cause otro, pero el amor de mi madre me salvo y curo de las infecciones y además me preparo unas galletas, amaba esas galletas más cuando las rellenaba con azúcar y chocolate, cuando nos sentábamos juntas en la chimenea a cantar o a contar historias, cuando dibujábamos alguna tontería y al final terminábamos colgándola en la puerta de los dormitorios. Cuando dormía aquellas larga siestas abrazada de mi madre, ese calor creo que sabía cómo se llamaba, amor. 
De tanto pensar me quede dormida, con los libros encima de mí, lentamente cerré los ojos hasta que pude visualizar la luz del cuarto apagarse, o eran mis ojos que se cerraban, estaba tan cansada que no pude darme cuenta de las demás cosas, pero esa noche me aferre a ese pequeño libro que me hizo recordar tan buenos momentos que creía olvidados. Creía que habían desaparecidos esos recuerdos que llenaba a mi corazón de un fuego o mejor un calor que me invadía y me hacía sentir llena de felicidad, con buen ánimo, aquella llama que se nombraba de manera incierta pero que contenía grandes cosas.
El día siguiente desperté muy por la mañana a pesar que me la pase la mitad de la noche leyendo aquel libro. Cuando me levante de la cama puse los libros en la mesilla que siempre me acompañaba en las noches. Hoy mar no vendría, porque iba a estar ocupada, entonces para no quedarme sola en casa decidí dar un paseo. Busque la ropa más simple que tenía, una falda un poco corta y una blusa con escote. Aunque no era revelador me quedaba al cuerpo se me veía bien, me maquille otra vez, para quitar aquellas ojeras que tenía. La verdad estaba contenta con lo que había recordado ayer, buenos momentos de felicidad.  Entonces la silla de ruedas me iba a acompañar al parque, era el único destino el cual quería visitar. 
Desayune algo rápido que encontré en la cónica y Salí de la casa, queriendo solo volver en la noche para seguir leyendo aquel libro. Aunque para ser sincera lleve el libro al parque, no quería estar en algún tipo de aburrimiento, el parque de la zona residencial no es tan grande como el de la ciudad, pero tenía buena iluminación y bonitos arboles de cerezos en los que se podía leer tranquilamente. Fui empujando las ruedas de la silla con poca fuerza para contemplar aquella mañana de buena fecha, el aire era fresco y una brisa fría acariciaba mis piernas destapadas. Salí de mi patio después de cerrar la puerta, cuando entre en la siguiente zona residencial vi a todos como estaban cumpliendo con sus deberes diarios. 
Baje la pequeña elevación para llegar al parque y tomando impulso llegue a la siguiente calle, las personas estaban entretenidas en sus cosas, la mayoría se dirigía al trabajo y puesto que no podía ir a la escuela tenía que hacer algo para que mi cerebro no explotara del todo. No me gustaba estar encerrada entre aquellas calurosas paredes y menos en la soledad de la casa, Mar no iría hoy así que era mejor salir de aquella vivienda llena de caos. Buscaba escapar, pero no era propio de mí, aunque cuando estás cansado de algo buscas la manera de no regresar a ese lugar, o no por el mayor tiempo posible. Así que me ubique en el mejor cerezo a una de las esquinas del parque donde el sol no caía sobre mi directamente, sino que las hojas de los arboles me tapaban de sus rayos y así mismo de la brisa y demás factores climáticos.
La vista era maravillosa en este día, la pequeña fuente estaba llena de pájaros, el césped del mejor verde, además las personas se veían felices. Varios animales pasaban por el pequeño parque, entre ellos las ardillas y las palomas que en su mayoría eran un ejército que oscurecía el cielo cuando volaban. Yo estaba contenta me sentía feliz, llena como si nada me faltara, disfrutaba cada rayo de sol que me daba con escaso pudor en la cara. Y me acariciaba el rostro como si fuera un amante que me diera amor puro. Yo cerré los ojos para disfrutar de la brisa el sol y los sonidos. Que maravillosa vista. Un maravilloso ambiente. La paz era sorprendente en aquella zona. Recordé que nunca había echo esto, entre las clases y demás cosas que hacía con Mar. Yo olvide mi vida, la deje de lado ya era necesario un momento para mí. Un momento para volverme a conocer, porque no era yo la que estaba viviendo en aquella coraza que llamaba cuerpo. En ocasiones parecía que el viento susurraba mi nombre e imagine aquella ciudad distante donde había libertad. Las nubes chocaban con los rascacielos, la gente caminaba por montones en las calles, las familias estaban felices, cualquier ciudadano podía vivir como quisiera, las montañas cubrían a este edén, los atardeceres eran del más bello rojo y las mañanas ávidas con peso de ciudad, Pero de nuevo ponía los pies en la tierra. Volví a la dictadura. 
Mi sonrisa en la cara llena de felicidad desapareció. Y se fundió con una mueca. Era como un contador que subía de nivel. Las cosas se acumulaban y no fluían. Después de un rato cuando el sol estaba en su punto más alto, apareció más gente en el parque, era la hora del almuerzo. Entraron tantas personas que los caminos se llenaron en un santiamén. Yo quedé sorprendida era la primera vez que veía tanta gente junta. Todos llevaban un almuerzo en las manos y casi todas las personas que entraban allí estaban sanadas, ya habían recibido su poción, su cura, pero me di cuenta que su mirada estaba vacía. 
Entonces que podía hacer yo, sus ojos estaban muertos, ya sabía que ser sanado no era la mejor opción para resolver problemas. Los manuales de requerimiento antes de la sanación dice que después de la cura cada día, de tu vida va a estar controlada por tu marido, además deberás servirle y atenderle un todo, lo que hace una esposa normal, lo único contrario que nadie decía, era que esa pareja la seleccionaba el gobierno. Así que pasaras el resto de la vida con quien elija un empleado sentado en una oficina, cosa que a mí no me interesaba para nada. Ni la idea del matrimonio ni la selección. Yo solo quería ser libre como un soplo de aire, que se va con la corriente y nunca más lo vuelves a ver. 
Las cosas en la confederación mágicas no eran malas, pero el gobierno si, además ya había dominado a la mentalidad de la gente, y aunque hubiera más lugares a donde ir, el mismo dictador había puesto una barrera mágica que le daba una descarga eléctrica a la gente que quisiera escapar de las fronteras. Cosa que nadie había comprobado por miedo a que alguien muriera, la gente decidió bajar la cabeza antes de luchar, pero creo que es mejor que las cosas hayan pasado así, no me imagino la cantidad de muertos que llegaría a haber en una guerra civil contra el gobierno. Era como caminar por un camino amplio estando solo. No sabes a dónde vas. Pensaba mientras que la gente comía y disfrutaba su almuerzo. 
Pasaron como dos horas más, pensaba que las cosas ya estaban aburridas en el parque, todo era lo mismo, ver algunas palomas volando, y a las ardillas correr detrás de otras buscando alguna bellota para comer. Yo casi me iba a casa, pensaba que aun debía traducir aquellas páginas en el libro de las crónicas. Entonces fui empujando la silla de ruedas poco a poco hasta que escuche nombrar mi nombre. 
—Ya te vas tan rápido Lenya. —gire mi mirada inmediatamente a donde estaba esa voz que me parecía conocida, Héctor venía detrás de mí. Buscándome con los ojos, poniendo su mirada en mí. Que hacia ahí, como estaba en el parque, y que había pasado con la biblioteca, no tenía trabajo, miles de preguntas pasaban por mi cabeza en ese momento, hasta deje de hablar por la misma causa. 
—No te vayas, acabo de llegar. Pero creo que primero debo saludarte.—El sonrió cerrando los ojos— Hola. 
Yo aún no me lo podía creer, era el, ese chico que había conocido una semana antes, Héctor el  joven que trabajaba en la biblioteca. Rápidamente reaccione, y le respondí con una sonrisa en la cara.
—Hola. —Él se acercó más. 
—¿Que te ha pasado?
—Pues… Tuve un accidente.  —Me vio de pies a cabeza. 
—Pero fue muy grave, ¿estás bien? —Me gustaba como hablaba. Enseguida conteste.  
—Si estoy bien solo fue unos moretones. —Me estaba justificando, no quería que supiera lo de la redada, mejor que nadie supiera, pero el pareció que no le importaba mucho y no me pregunto más sobre los moretones— creo que debo irme. Tengo cosas que hacer. 
—No espera un momento. —Su voz me decía que ansiaba el que me quedara un rato con él, pero podía ser peligroso. Inmediatamente saco un algo parecido a un libro de su bolso, algo cuadrado de color negro— Es de Carpinsor. 
Inmediatamente me paso el extraño libro. Yo lo tome entre mis manos, y entonces abrí la portada. 
(Noches de luna llena) Decía en el titulo Yo  lo mire con asombro. 
—Pero como lo conseguiste este libro es… — No pude decir la palabra que seguía. 
—ilegal. —Termino de completar mis palabras—. Tranquila le hice una copia en la PC. Para ti. 
—¿Qué pero?… ¿y cómo?… 
—Te lo iba a dar cuando fueras a entregar los otros libros. 
La gente alrededor de la plaza estaba empezando a verme de manera extraña, pero de cierta manera debían sospechar, dos jóvenes que estaban debajo de un árbol de cerezos en una conversación candente, si no me iba ahora mismo la gente iba a sospechar. 
—Debemos irnos. —Dije con voz autoritaria. 
—Si es verdad, ellos lo notaron llamaran a los guardias si pasamos más tiempo juntos. —El miro a los lados un par de veces— Lenya tengo que irme a la biblioteca e imagino que también debes de tener cosas que hacer. En el libro está un numero de lacrimas al que puedes comunicarte, ya sabes con algo de cautela, llámame en la noche, cuídate. 
El chico me dio la espalda y enseguida se fue por uno de los caminos de piedra del parque, pero antes de que se alejara, saco de su bolso una hoja de papel, y escribió algo en ella, después la doblo, u se giró de talones para verme. Después grito mi nombre, cosa que me asusto mucho. Yo lo miro mientras que el con sus manos hacia un hechizo. De sus manos el pequeño papel doblado en forma de una golondrina empezó a volar, con delicados aleteos el papel se  fue acercando a mí, y al final aterrizo en mis manos con mucha delicadeza lo abrí Yo la recibí con un poco de emoción en el pecho, abrí la el papel y encontré escritas unas palabras.
Aunque estés llena de moretones y de magulladuras te ves muy linda.
 



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En el texto hay: criaturas sobrenaturales, romance, magia

Editado: 05.06.2020

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