Magic: Luciérnagas

EL MAGO RÚNICO

— Así que Rei Zerete ¿Eh?... —dijo en voz baja Ratfel— una pregunta, ¿Quién te enseñó a usar magia?

     El niño ignoró la pregunta de Ratfel desviando la mirada « Maldito bastardo, espera que salga de aquí y verás» pensaba el niño mientras trataba de encontrar una forma de salir del círculo. Ratfel al ver que el niño se mantuvo en silencio negándose a responder su pregunta trató de intimidarlo.

— A ver niño, no puedo hacerte daño físico mientras estás dentro de ese círculo, pero eso no te mantiene a salvó de mi magia, podría electrocutarte hasta la muerte…—dijo Ratfel mirándole, pero al percatarse de que el niño todavía no acedía a contestar su pregunta decidió hacerlo a su modo. Revisó sus bolsillos y sacó una moneda de oro— ¿Ves esto muchacho? Es una moneda de oro, vale al menos cien monedas de plata. Esto seguro es más de lo que podrías conseguir nunca robando a los de esta ciudad, que aunque es prospera todavía, sólo ha ido en decadencia durante la última década, así que te propongo un trato: Tú respondes mis preguntas y a cambio te daré esta moneda—dijo mientras la moneda flotaba encima de su mano derecha gracias a su magia

     El muchacho veía la moneda que flotaba sobre la mano de Ratfel asombrado, creía que era imposible que esa fuera una autentica moneda de oro, nunca había visto una, sólo había escuchado de ellas en las conversaciones de otros ladrones como él que decían y afirmaban que quien tuviera una sólo podría ser un rey o al similar. Intrigado por saber quién era aquel hombre y asombrado de que poseyera una moneda de oro le preguntó si era auténtica.

— ¿Por qué no lo compruebas tu mismo? —dijo Ratfel mientras deshacía el círculo y le arrojaba la moneda al pequeño niño

     Rei atrapó la moneda y la sostuvo en su mano por un momento, Ratfel creyó que seguro intentaría llevar la moneda a su punto de fusión, pero olvidó que él era sólo un niño y Rei en vez de hacer lo que creía Ratfel tomó la moneda y la llevó hasta su boca, con sus afilados dientes la mordió y al ver que su mordida dejó una marca en la moneda confirmó que esta si era una verdadera moneda de oro, «No puede ser, es verdadera». Asombrado todavía miraba la moneda que tenía entre sus manos con ojos brillantes.

— ¿Sorprendido? —le preguntó Ratfel

— Algo—respondió Rei intentando disimular su asombro, aunque no sirvió de mucho

— Entonces, ¿Responderás mis preguntas?

— Podría hacerlo o tal vez no. ¿Quién sabe?

— Ya veo—dijo Ratfel mientras atraía la moneda hacia él

— ¡Hey! ¡Espera! ¡Lo haré! —decía Rei mientras la moneda se iba a Ratfel

     Ratfel al oírlo detuvo la moneda en el aire justo cuando iba a mitad de camino, la moneda se encontraba a la misma distancia de ambos, estaba en el medio de ellos. Ratfel miró al muchacho y le sugirió que no tentará a su suerte, ya que si él estaba vivo todavía era porqué él quería que esto fuera así. Tras esto él hizo que la moneda fuera hasta Rei quien la atraparía en el aire, y entonces una vez que el muchacho tenía de nuevo la moneda en su poder le preguntó si le ayudaría, el niño accedió a ayudarle mientras guardaba la moneda en su bolsillo.

— A ver, tengo unas cuantas preguntas—decía Ratfel mientras miraba el cielo desde la cima de aquel edificio—… ¿Quién te enseñó a usar magia?

— ¿Ah? ¿Te refieres a esto?—dijo mientras abría su mano creando una llama encima de su palma—No recuerdo que alguien me haya enseñado a hacer esto, siempre lo he podido hacer.

— Así que así es…

     Ratfel quien era un hombre que no mostraba emoción alguna estaba impresionado y al mismo tiempo un poco aterrado del poder del pequeño, aunque intentaba ocultarlo. Él en toda su vida nunca había visto a alguien como aquel niño, había tenido no cientos, sino miles de aprendices a los cuales abandonaba siempre al poco tiempo tras comprobar que ninguno cumpliría con sus expectativas, les faltaba talento innato para la magia o habilidad en su defecto, pero Rei, ese pequeño niño poseía ambas. Cuando a una persona normal le hubiera tomado una década para descubrir su magia, él con catorce años cuando mucho, poseía un manejo de su poder más que decente. Para Ratfel era imposible creerlo, no podía creerlo, incluso él había tardado años en descifrar lo que ocultaba su magia, aunque todo sus pensamientos se dispersaron al escuchar el rugido del estomago de aquel muchacho.



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En el texto hay: acción espíritus comedia drama

Editado: 04.02.2019

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