Capítulo IX
¿Y vos quien sos?
Mi nombre es Gian Luca, todos en la escuela me dicen Conejo, soy el cobarde de la clase y la mascota de los chicos malos. Sé que suena a cliché pero en realidad las cosas siguen pasando así quiera o no. No sé como defenderme y de cualquier manera me daría miedo actuar pero en el barrio donde vivo eso no es bueno, eso solo significa que sos presa fácil. Me convertí en esclavo de los chicos malos para mantener mi pellejo a salvo, nadie se atrevería a tocar a la mascota de Kevin, con tan solo pronunciar su nombre todos empiezan a temblar.
Kevin, su madre era prostituta y drogadicta, su papa un homicida que mato a sangre fría a su mujer, a su suegra y a su hija de 3 años porque le sirvieron la cena fría, para suerte de Kevin, él estaba aprendiendo a manejar armas reglamentarias junto con su tío, un policía corrupto y actual tutor de Kevin. Con solo 17 años maneja todos los estilos de pelea que uno se pueda imaginar además de tener un control impecable de las armas blancas y de fuego. Suena a típico mafioso de película, salvo por el hecho de que no parece tener más de 3 neuronas en su cerebro y solo las utiliza para manejar su cuerpo. Es tan estúpido como un pez.
Aún así, estoy bajo sus ordenes, pero no me quejo, prefiero ser golpeado por el y sus amigos que a veces suelen tenerme piedad, a ser golpeado por todos en la escuela, incluyendo claro a Kevin.
- Conejo, está tarde nos vamos a juntar ¿vas a venir con nosotros? -
¿Me está preguntando si quiero ir? Este no es Kevin, o a lo mejor lo mal interpreté, tal vez es una orden, eso tiene que ser.
- Entendido -
- ¿Eso es un si o un no? -
- ¿De verdad tengo elección?-
- De verdad te falta un par huevos, no me creo todavía que seas hombre, si te estoy preguntando es para que nos digas si contamos o no con vos -
- Si, yo voy -
- Ese es mi conejo - Tiene una sonrisa que nunca antes vi.
No sé que pasó con él, tal vez me comienza a ver como un ser humano. Es la primera vez que puedo decidir sobre mi persona y elijo seguirle la corriente igual, creo que el que no tiene cerebro acá soy yo.
Esa tarde me dirigí a la casa de Kevin, me hizo subir al auto de su tío, solo nosotros 2, los demás nos iban a esperar en el lugar acordado. Estoy muy nervioso, eso que estoy acá por mi cuenta.
- Hoy te vamos a enseñar a ser hombre, conejo -
- ¿Cómo? -
- No somos como todos piensan, nos tienen miedo por nada -
- Claro, porque pegarle a la gente hasta dejarla inconsciente no es algo que dé miedo, para nada -
- Soy como cualquier persona, en más algo que nadie sabe es que soy Otaku, veo mucho anime y me gusta hacer cosplay, todo lo que sé de pelea es por los animes que vi o los mangas que leí -
- No lo sé Rick, parece falso -
- Jajajaja, es la primera vez que haces una joda, parece que te están saliendo pelotas como para reírte de mí -
- Perdón, pero sos Otaku, nadie le tiene miedo a los Otakus -
- Pues sí, me gustaría que la gente se acercará sin tenerme miedo, pero todos juzgan mi carácter por lo que hizo mi papá. Yo no le pedí que matara lo único que quería -
Veo que algo de tristeza y obscuridad inundan su rostro, está hablando muy enserio sobre todo esto.
- ¿Porqué me tratan como me tratan? -
- Lo pediste vos, un día viniste y te ofreciste a hacer todo lo que quisiéramos, nos pareció divertido asique bueno -
Es verdad, yo me acerqué a ellos y me ofrecí a llevar sus mochilas, al otro día les invité a comer y así se formo un circulo vicioso donde yo mismo me puse a su merced.
- Los golpes fueron para mantener tu posición frente a todos, nadie se iba a meter con vos si veían que te teníamos de juguete, llamalo pena -
- Ya veo -
- Nunca te diste cuenta ¿cierto? -
- ¿Que cosa? -
- Nunca te pegamos o te maltratamos cuando estábamos solos, ni siquiera te pedíamos favores si no había gente cerca -
En verdad nunca lo había notado, comencé a hurgar en mi memoria, pasé mucho tiempo con el grupo dentro del salón mientras todos salían al patio a refrescarse, ellos me contaban chistes o anécdotas con chicas del curso e incluso me preguntaban por mis experiencias amorosas y solían guardar silencio cuando estaba leyendo o estudiando. Nunca me dí cuenta de eso porque estaba ocupado teniendo miedo, pero en realidad me estaban cuidando a su manera.
- Llegamos -
Sequé la lagrima que rodaba por mi mejilla y eché un vistazo al lugar, es como una granja, como la de las películas. Un gran espacio verde se extiende hasta la linea del horizonte, solo ahí una casa de donde veo salir a Martín y a Fer, los amigos de Kevin saludando con mucha energía.
- ¿Y, Conejito, listo para para convertirte en hombre? - Martín me rodea con un brazo, ahora si estoy asustado.
Veo a Fer sacándose la remera y Kevin le imita.
- ¿Que me van a hacer?-
#3801 en Ciencia ficción
#2296 en Terror
zombies, sangre violencia muerte, una pequea histora de amor
Editado: 29.03.2020