Las declaraciones han dado y las demás mujeres en la vida de famoso empresario, que asegura no tener nada que ver con lo sucedido y que como siempre policía no hace su trabajo como debería.
A pesar de que existen pocas pruebas de que Loreta Adama en realidad estaba asesinada, policía sigue su investigación que hato a la de Ángela Galicia por tratarse del mismo sospechoso.
Dicen en la televisión.
-¿Habrá día que yo pueda entrar en mi empresa sin mirar sobre mi hombro?
-Por eso hemos entrado por la puerta trasera.
-Míralos. - Mirando por la ventana, le dice frustrado.
Refina se sitúa a su lado frente a la ventana mirando la entrada llena de periodistas. - Es normal con lo que pasó.
-¿Y qué yo tengo con eso?
-Vendes mucho.
-Y a mi, papá me mata si perdemos trabajo.
-Tu papá comprende y sabe que no es tu culpa que eres su presa. Anda vamos a trabajar.
-Sí nos queda.
-Sí. - Responde Leonel al toque de la puerta.
-¿Cómo estás? - Entrando, pregunta Sarina en una voz baja.
-¿Qué quieres Sarina? - Pregunta, reclinado sobre el respaldo. - ¿Has olvidado lo que te dije la última vez?
-Como olvidarlo. - Dice Sarina, con la pequeña risa quitando la importancia a lo que le sigue doliendo.
-¿Entonces que buscas?
-Saber de ti, te dije. - Con el tono triste sigue hablado.
-No es necesario, estoy bien, ahora puedes irte. - Insensible, dice Leonel, enseñando hacia la puerta y volviendo la atención en el computador.
-Leo, por fa, no seas así.
-¡¿Y como quieres que sea, Sarina?! - Gritando de provocación. - No me dejan en paz, destruyen todo lo bello que tengo y en sima tengo que cargar con las calumnias y los periodistas.
-Eso no es mi culpa. - A punto de llorar, dice.
-Nunca nada es culpa de ustedes. Sabes la misma frase siempre uso Ángela, son las mismas, las cinco.
-Esta bien. - Entre los sollozos, Sarina se levanta. - Adiós, Leonel. - Espera desde la puerta que Leonel le devuelve el saludo, pero cuando ve que no lo hará cierra.
-Ahora debes ser feliz. No solamente eres famoso en los periódicos y en el mundo sino que y sin amiga me dejaste. - Enojada le reprocha la madre.
-No sé dé qué hablas. No obstante, si esa amiga te abandono por las mentiras y no es una amiga.
-Te estoy hablando de Brigite, esta mañana vino a despedirse, se va definitivamente.
-Nada más que no sea como la última vez cuando lo dijo. - Indiferente dice, mientras acerca el trozo de la carne a la boca.
-Gggrrr. - Deja salir Justa de su boca antes de abandonar la mesa por el comportamiento indiferente de Leonel.
-No debiste ser tan duro - Le dice papá. -, sabes que le molesta estar sola.
-Con Brigite no ganará la lotería. - Centrado en comer.
-Inspector. - Al escuchar que lo llama una voz femenina, Marceles voltea.
-Señores Galicia. - Pronuncia con sorpresa.
Phedora envejeció en la cara y se ve nerviosa, exactamente como sonó su voz, a su lado Ugo perdió el porte de fortaleza que llevaba la última vez cuando se vieron.
-Hemos escuchado lo que pasó con la pobre muchacha y hemos pensado que deberíamos presentarnos para ver si con eso hay algo nuevo en nuestro caso. - Le informa Ugo.
Marceles primero bajando la cabeza y poniendo las manos en jarras para volver a levantarla y mirándolos, dice. - Lo siento por el momento, sigamos sin pistas.
Las palabras hacen que Phedora comience a llorar y que hunda la cara en el hombro del esposo.
-¿Hasta cuando? - Pregunta Ugo.
-De verdad, señor, nosotros no dejamos de buscar, sin embargo, lamentablemente el caso es en un callejón sin salida. Les prometo que les informo cuando encontramos algo, no abandonaré el caso. - Promete, poniendo la mano en el otro hombro del hombre.
Editado: 31.01.2023