Maliz se hallaba tarareando con la boca cerrada mientras leía, estaba en la biblioteca y no podia hacer tanto ruido molesto.
Era de mañana y por tener un viaje de bus en su curso decidió no asistir pues sinceramente no le veía sentido productivo.
El lugar se encontraba vacio, la gente no acostumbra a venir por las mañanas a ese tipo de lugares, más aun en un pueblo tan pequeño como en el que estaba. Aclarando dudas, Máliz se encontraba en un pequeño pueblo donde su madre acostumbraba a comprar comida y ropa barata, es decir, no era nada espectacular, tenía algunos negocios aquí y allá pero nada especial.
Maliz se encontraba en la parte más antigua de la biblioteca donde los libros ya eran parte del polvo por lo poco solicitados que eran, hasta llegar a tal punto que ya se captaba un olor caracteristico en dichos objetos.
Estaba leyendo un libro de texto sobre investigaciones varias, investigar sobre espíritus era su hobby sin embargo la información sobre estos era bastante limitada y lo más interesantes que se podría recolectar de esa información que existía en su cerebro era que:
"los espíritus vivían en su mundo, fundamentándose en la propia declaraciones de personas y de los reyes. Pero quitando eso no había nada más a excepción de pequeñas leyendas esparcidas por ahí en algunos libros antiguos y cuentos de hadas donde los espíritus "libres" eran salvajes y podían atacar sin razón a quienes viesen, por ende a la gente que no podía defenderse, gente sin magia, se le recomendaba no salir sola."
"Especies del pasado" se llamaba el libro que leía, libro casero, escrito a mano en bolígrafo con imágenes dibujadas de una decente calidad, se trataba sobre como se veían diversos animales en tiempos antiguos, a Máliz le parecía bastante raro, es decir ¿Cómo los animales podían haber cambiado tanto?, nunca lo comprendería en su totalidad, era un poco complicado, a pesar de que la respuesta estuviera en dicho libro.
Pasaba las paginas hasta encontrarse con otro contenido marcado por un subtitulo titulado "¿Inexistentes o reales?", en dicho segmento se encontraban teorías locas sobre animales que ya de plano en algunos casos aclaraba que eran de un cuento de hadas. Todo lo que vio le interesaba, sin embargo Máliz se fijó más en una especie humanoide cuya historia y apariencia le parecía interesante debido a que fue lo más parecido a un humano que consiguió.
Los Derd son criaturas humanoides registradas como inexistentes cuya leyenda cuenta de criaturas con una fuerza sobre humana, sin limites pero no del todo mágicas, una sola habilidad poseían, sacrificar vidas humanas a cambio de cumplir determinados eventos.
Su apariencia se dice que constaba de un cabello comúnmente no lizo y con tonalidades de verde con negro, su cabeza se asimilaba más a la de un animal a pesar de tener también parecido con la raza humana combinada con detalles de un león. Su pelo solía crecer en los brazos, piernas u otro lugares pero nunca en las manos o en la cara. Solían tener los ojos color negro con una franjas negras que pasaban por encima de estos que cubrían parte de su cara como si fueran alguna decoracion de una tribu indigena. Finalmente tenían cuernos y todas las partes de su cuerpo acostumbraban a tener una combinación de tonos entre negro y verde, al igual que su cabello.
Quitando lo anterior no se sabe nada más sobre estas criaturas a excepción de una curiosidad anotada como tal expuesta de una forma muy ambigua que decía textualmente:
"Una vez, mientras un investigador vagaba por la jungla se encontró con una criatura que según cuenta tenía las características anteriormente mencionada. La criatura al verlo escapó pero el señor presente corrió en direccion a donde escapaba el Derd y únicamente de esto obtuvo un pelo, pues la criatura desapareció, lo analizó y realizó una investigación, sin embargo se dice que su investigación fue revocada por decisión propia"
-Derd, eh?- se dijo a sí misma Maliz, levantó la cabeza y la inclinó hacia atrás para estirarla, le dolía el cuello pues había estado leyendo ya por un rato.
Maliz miraba el techo mientras estaba en esa posición y pensó por un segundo que esas criaturas podían encontrarse en el "bosque trasero". Este era una especia de jardin que estaba detrás de su casa (al cual tiene prohibido el paso) y era la cosa que le llamaba más la atención después de que el sendero de flores se marchitara.
Maliz bostezó finalmente y vio los libros, quería leer más pero tenía sueño, así que se acostó en la mesa de lectura y cerró los ojos pero para su infortunío alguien la despertó.
-Maliz, despierta- le dijo una voz conocida- Sé que no estas dormida, acabo de ver cuando te acostaste- al decir esto la niña levanto la cabeza con mala gana y vio a su hermana frente a ella
-Roxanne- pausa- ¿Qué haces aquí?- dijo somnolienta
-Vine a buscarte, ven vamos aquí no puedo hablar contigo comodamente- Roxanne entonces la cargó y la pusó de pie, Maliz al pensar dos veces lo que acababa de decir su hermana se negó