CAPITULO 22 RECUERDOS DOLOROSOS
Ámbar
01 de julio 2018
Casi medio día
La cosa que aprendí de ti fue:
Nunca entregues tu corazón a quién no lo merece, eso duele más que no tenerlo.
Estábamos en la cama recostadas sin hacer nada. Alexis estaba dormido en su habitación mucho mejor de lo que esperé.
Hanna y Anahí estaban cansadas, hoy domingo queriamos hacer algo, pero no sabiamos qué hacer
— ¿ Y si vamos dónde Octavio? — Sugiere Hanna quien no dejaba de jugar con sus muñecas.
— ¡Si!— levante mi cabeza de la almohada.
Yo justamente pensaba en él.
— No niñas — Logro sentarme en la cama mientras mi cabello cae por mi cara. Ellas me miran confundidas — No todo el tiempo tenemos que estar juntos, cada uno necesita... Espacio — Trato de explicar mientras me amarro el cabello, pero ellas no entienden.
— Pero son novios... Se quieren — casi hago una mueca por esa palabra.
Algo
— Miren yo... — Cuando estoy tratando de excusarme e ir a cocinar algo para comer, el grito de Alex me hace poner mis manos en mi rostro.
— ¡Octavio está viniendo! — las niñas salen corriendo hacía su habitación mientras yo quedo viéndome en el espejo tras que ella corren por todos lados.
Un día
No puedo pasarme un día sin verlo
— ¡Me retracto! — Con poca fuerza me levanto de la cama a regañadientas — ¡Ya está aquí! — cuando estoy afuera, Alexis viene con un vaso de agua y trato de reirle un poco de emoción en sus ojos se nota
— Gracias — camino hacía la entrada, topandome con Octavio en la puerta apunto de golpear el portón
— Hola — Saludo amablemente mientras despego el candado.
— ¿no será bueno ponerle un timbre? — abro la puerta chica y Nicol entra saludandome con su manita.
— Hola tía — la saludo con la mano.
— Hola Nicol — le sonrio mientras la dejo pasar, Octavio se me acerca — No creo que sea necesario... — Le digo con simpleza.
Él niega con la cabeza, se acerca, dandome un beso en la frente y me toma de la cintura.
Inesperadamente
— Buenas tarde — Y se adentra a mi casa conmigo tomándome. Perpleja por su acción, trato de cerrar la puerta lo menos nerviosa posible.
Cuando la cierro este se me acomoda a mi lado derecho y suelta mi cintura juntando nuestras manos.
Bajo la vista a ellas, que se cerraban juntando nuestros dedos, lentamente elevo la vista, topandome con la de él, mirándome divertido.
— Aún no me acostumbro — Le digo en voz baja
— Es nuevo, lo entiendo — asiento pero me da un poquito de colera que se ría.
— ¿ Por qué vinieron? — caminamos hacía uno de los árboles de atrás. Justo la ropa estaba colgando en las sogas. Nos detenemos bajo el árbol de mandarina — Yo pensé que no había nada... — Trato de encontrar algo que me haya olvidado. Pero recuerdo — No te siguieron ¿Verdad? — lo miro preocupada ya que puede ser que los periodistas lo siguieran.
— No — Niega con la cabeza y me da cierto alivio. — Vinimos a pasar un domingo en familia — me responde de lo más tranquilo soltando mi mano — La verdad, no trajimos que comer yo...
— Espera — Le detengo antes que hablé. Sacudo mis manos frente a su cara — ¿ Domingo de familia? — es que no entiendo sus palabras.
Vinieron... ¿ Él quiso?
Siento pánico al recordar como estoy vestida. Short corto con blusa de tirantes y mal peinada Que iba a saber de este hombre y sus ideas
— Eso dije — Trago la poca saliva que me queda en la boca, ay no — ¿Tienes algún problema? — Lo miro perpleja. ¿ De verdad?
— ¿En serio preguntas? — Trato de hablar suave — Ni siquiera me avisas, ¡Hey! Espero mínimo que te comuniques conmigo — me señalo con ambas manos — Puede que hasta no estemos, y así tú vengas — pero no dice nada, más bien solo se limita a verme.
Eso me choca
— Por eso le pregunte a Alex — Cálmate, cálmate Ámbar — Pero está bien — Cierro mis ojos escuchando como trata de apaciguar mi enojo.
— ¿Gracias? — digo sarcástica
.— Bien — Solo dice eso
¡Solo eso!
— Eh... Escucha, voy me cambio... — Siento que le explicó a un niño
Él parece así
—Y veré que cocinó para todos y tú — Con mi dedo indice y frunzo mi ceño al verlo fijamente a los ojos. — me vas ayudar — Con disimulo le miro de pies a cabeza, una camisa dd mangas cortas blanca y unos pantalones de tela color negro. Nada mal
Solo es una cabeza mas alto que yo
— Bien — asiente mientras bajo mi mano y salgo corriendo hacia mi habitación sin decirle nada.
¿Para qué? Si ya se siente como en casa
Niego con la cabeza ante esa idea
Basta Ámbar
Entro a la habitación viendo como tres pares de ojos me ven.
Están jugando con los peluches y en la cama. Enciendo el ventilador ya que hace una calor y el cuarto se vuelve caliente.
— Sigan — Camino hacía mi ropero y veo la blusa que me puedo poner. No pienso cambiarme del short porque hace calor y... La blusa en tirante es lo único que deja ver gran parte de mi espalda.
Dándole la espalda me saco la blusa y rápidamente me pongo el sosten y la blusa morada que si tiene mangas y cubre mi espalda. Me amarro en una coleta el pelo y me volteo a las niñas quienes me ignoraban por completo.
Suspiro antes de salir y me topo a Octavio en la puerta de mi cuarto.
— ¡Que sus...! — Quedo a mediad palabras cuando este me acerca a su pecho y me abraza delicadamente.
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Editado: 25.01.2023