CAPITULO 49 COLORIN
Ámbar
Londres
12 de noviembre 2018
15:23 P. M.
Se fuerte corazón mio
Las tormentas aun no se acaban y debes resistir
Mirar Londres mientras el coche avanzaba y ver a las parejas caminar por las calles por la que estamos pasando me llenan de un sentimiento de melancolía junto a una fatiga imparable, pero, aun así, me mantengo firme cuando mi hermano se acomodaba en mi hombro para seguir con la mirada perdida hacia los dos hombres que nos llevaban a la mansión Black en silencio, este incomodo lo sé por su forma de moverse cada dos minutos, pero no me lo dice en ningún momento.
Necesitare calmar a las niñas si ven a su hermano así de vulnerable frente a ellas.
— ¿Estamos por llegar? — Pocas veces he visto el recorrido de su casa a la ciudad, pero acabamos de pasar unas rejas y luego varias casas están por la cuadra en la que estamos pasando, son solitarias y calladas las calles.
— Si — responde uno de los guardaespaldas tajante
A más tardar, en cuestión de varios minutos reconozco por la venta el portón que da a la casa de los Black, pero este estaba con el portón abierto.
— ¿Qué está pasando? — el nerviosismo y el miedo me recorre por todo el cuerpo cuando el coche se detiene atrás de la camioneta que está a medio entrar de la casa, toda mal aparcado — ¿Dónde están los que cuidan la casa? — uno de ellos saca un celular y marca mientras que el otro se baja apresurado.
—Señora algo está mal, nadie toma la llamada — el terror de que alguien este ahí o hayan hecho algo me atemoriza por completo.
— Alexis tienes que quedarte en el coche por cualquier cosa, no sabemos que está pasando — me giro apresurada para poder mirar a mi hermano, quien luce aturdido por mis palabras, me sostiene de la manga de mi ropa, pero hago que me suelte, le tomo de las manos — Solo espérame, voy por tus hermanas — les doy un apretón antes de alejarlas y poner mis manos en ambas mejillas para que este salga de este trance en el que no sale.
Solo logra asentir con la cabeza y... Abro la puerta para salir disparada con el guardia que está acercándose sigilosamente por el portón.
— Llamen a más de sus hombres caray... Tengo que...
— Mi deber es protegerla señora, no puede pasar — me sujeta del brazo reteniéndome tras suyo y poniéndose delante mío, no me deja pasar.
—Las niñas estaban en casa junto a Mía, suéltame — Trato de zafarme de su agarre, pero este no me suelta.
— Marcus ha contestado están queriendo sacar a la fuerza a Carlos. el mayor de los señores Black, pero esta con sus hombres — retrocedo cuando aquel nombre es mencionado y la rabia de que él este cerca de Nicol me hacen soltar con fuerza del agarre del tipo.
— Ese tipo no tiene permitido estar con ellas, ni siquiera debería poner un pie cerca de Nicol — el disgusto hizo que mis entrañas se sacudieran.
Nicol debe de estar viéndolo, y peor ebrio
— Tienen la orden de sacarlo de inmediato de la casa, la protección de las niñas y Mia es primero, están junto a un mal borracho — este se pone recto cando no dejo de verle a los ojos — Entrare y quiero que ese hombre este saliendo no me importa cómo — me gire sobre mi propio lugar y camino apresurada hasta el interior de la casa, donde escucho jadeos y gritos de Mia junto a algunas palabras que suelta de que paré, cinco tipos que están en la puerta principal.
No solo son cinco, son más, jadeo de la sorpresa y corro hasta la mansión
— ¡Saquen a Carlos Black! — sin darme cuenta grito para que los tipos hagan algo y se muevan de su lugar, agitada llego hasta ellos quienes se ponen en línea y mirando hacia al frente, tras de mí. — No me escucharon, sáquenlo a la fuerza, y no sé quiénes son, pero será mejor que se lleven a su jefe de aquí — digo entre jadeos cuando pedo hablar.
Pero él esta...
— Esta más que borracho para venir a ver a su hija, eso es un peligro para las menores deberían saberlo a la perfección — Se miran entre sí, dudando de mis palabras al parecer — muévanse yo misma lo saco — sin chistar, dejan un espacio para que yo pase.
La caliente de la alfombra de recibimiento hace que mis pies tengan cosquillas, pero sin fijarme de ello, la pequeña sala que da la bienvenida a todos estaba destrozada, mientras un tipo de unos metros setenta tiraba un jarrón al suelo, soltando un gran estruendo ante el impacto haciendo un gran eco en toda la casa.
Carajo.
Mire a los costados que daban a la sala principal y la cocina, no hay nadie.
Por medio de las escaleras estaba Mia, gritando que pare, hasta que me ve y niega con la cabeza y con su cabeza apunta al segundo piso.
Niega frenéticamente mirando a su hermano.
y veo a su dirección, donde Hanna y Anahí estaban aterrorizadas viendo a Carlos mientras que Nicol lloraba sin mostrar enojo o tristeza, los labios en una línea fina, con los ojos bien abiertos.
— Sal ahora mismo — deje de verlas para caminar hacia Carlos, quien me daba la espalda. rápidamente lo empuje haciendo que tropezara y se diera la vuelta maldiciendo a quien se atrevió a hacerle esto
— La puta de... — Me acerque más a él y lo abofeteo tan fuerte, que mi mano al bajarla palpita y arde, doy unos pasos hacia atrás con enfado y trato de calmar el dolor en la palma de mi mano.
— Vete antes de que llame a la policía, no sé qué mierda le hayas dicho a los guardias, pero ser un Black no te da derecho de venir así, a la casa de tus padres y asustar a tu hija hasta tu hermana — la ira en él era notorio, sus mejillas se enrojecieron, y su mirada se puso en mi cara, Nos miramos fijamente desafiantes uno del otro.
— No eres quien para golpearme ¡Hija de puta! — Cuando se acerca peligrosamente retrocedo.
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Editado: 25.01.2023