CAPITULO 52 ESO
Ámbar
Londres
12 de noviembre 2018
20:51 P. M.
Te abrazas a ti misma en busca de consuelo.
Te aferras al pasado y dejas que esa prisión te aleje de los demas
No cierres la puerta, es tu unica salida
Estoy por hiperventilar cuando el que esta tras de Kennedy entrecierra los ojos llevándoselo cerca suyo para ver que he colgado por tercera vez cuando intenta marcarles de nuevo y le digo que no.
Pero aún asi sigue insistiendo a que hable con él.
— Soy una mujer independiente y ni siquiera estoy casada para que me reclame algo o me busque, no soy una niña — Estoy replicando luego de que entrará a la sala de la suite hace unos 10 minutos, pero no lo dejo hablar, sé más o menos lo que me quiere decir.
Kennedy lo miraba con aburrimiento cuando suelta un bufido ya molesto.
— ¿Ese golpe fue proporcionado el señor Octavio Black? — niego con la cabeza ante la pregunta.
— Que no Cam, a ella la amenazaba otro tipo, creo que es otro de los Black, dile a papá que no quiere hablar con ellos y listo, no la trates de obligar — Oh Dios, no puedo creer que todos sepan de todo ahora.
Trato de calmar mi respiración y las ganas de llorar que aún están atorados dentro de mí, pero las alejo de esta conversación.
— Aparte de Octavio Black, están Paul... Y Miguel, sin contar los señores Black en la oficina de padre, Kennedy tienes que comprender que esto es necesario para calmar las aguas entre nuestras familias — expresa, bien Ámbar, no puedes cambiar de parecer en estos momentos. Todos están allá — Creen que la has secuestrado con su familia y no quiero que mi familia se vea involucrados en un escándalo — Lo dice como si fuera lo más horrendo del mundo mirando a Kennedy para que comprenda, tal vez la situación.
Este parece no prestar atención a las palabras que le dice
— Disculpe — Llamo su atención para que me vea — No quiero volver a ver a nadie de ellos, estoy bien. Hui porqué mis hermanos sufrieron un ataque de nervios, peor con recuerdos tormentoso de nuestro pasado. Termine mi relación con el señor Octavio Black, Kennedy es testigo de ello ¿Cierto? — Lo miro, este asiente varias veces cuando lo miro, aparto mi mirada — estoy en todo mi derecho de irme sin pedir permiso a nadie — Abro y cierro con cuidado mi boca, ya que la mandíbula me duele. Capto sus ojos en mis movimientos de dolor — lo siento, ya me ... Duele demasiado, pero estaré bien — Asiente al parecer comprensible.
El moretón en la mejilla debe dejar mucho a la imaginación para todo aquel que lo vea.
— Por su seguridad, nadie sabe dónde está. Esta suite está a nombre de mi hijo por ello no descubrirán su ubicación. No se las razones porqué huyo, y mi hermano ha hecho bien en ayudarla del tipo que la golpeo. — asiento lentamente y sigue hablando — Pero el señor Octavio está en la oficina de mi padre, ha puesto el lugar patas para arriba toda nuestra empresa por usted — Dejo de sorprenderme cuando habla el español tan parecido al mío que su hermano suelta un gruñido en reclamo a que lo excluimos de nuestra conversación. ¿Octavio que estás haciendo? — Llamaré a la oficina de mi padre, hay gente con ellos y hablé con él. Tal vez, con sus padres ahí comprendan para dejar a mi familia y la ayudaremos a volver sin problemas a su país señorita, no queremos que esto se nos haga mas grande — la pienso.
Hablar con Octavio.
— ¿No tengo opción no? — Niega mientras saca su celular nuevamente.
Le temo a ese celular cuando veo que va a marcar.
— Es eso o reunirse con él en el primer piso — Niego rápidamente cuando suelta aquello — Haré las modificaciones ahora mismo y hablare con mi padre, vuelvo en dos minutos — asiento con la cabeza cuando el sale hacia uno de los pasillos de la suite. Al tratar de apoyarme en el sofá, dolores en la espalda me reclaman en punzadas que no es favorable hacer eso ahora.
Otra vez dormiré sentada.
Solo aquel pensamiento me quiso hacer llorar, pero la bote por el momento a la parte oscura de mi cabeza.
No es hora de llorar, vas a tener que hablar y no sollozaras por cada palabra que digas, caray hay que ser valientes.
— ¿Estas adolorida? — Volteo mi rostro para ver a un Kennedy preocupado. — Ah... Mi hermano habla muy bien tu español ¿Cierto?, él es sorprendente pero al veces es muy molesto — sonrío tratando de ocultar mi nerviosismo por lo que tendré que hablar.
Creo que tiene unos años más que yo, pero tiene una actitud infantil cuando se dirige a su hermano, es amable y despreocupado.
Asiento con la cabeza y él sonríe
—Ojalá le den una buena a ese tipo, no mereces que esto te suceda — lo dice sin mirarme.
— Estoy acostumbrada no... — mierda se me salió, sus ojos se abren de sorpresa al escucharlo — Duele, pero pasará — Bien, no pude corregir mis palabras, belleza.
— aunque tengo preguntas, no las hare — agradezco internamente a ello.
Asiento con la cabeza
— Lamento mucho los inconvenientes — levanta los hombros quitándole importancia a lo que hizo. — No pensé que todos ellos irían allá a molesta — digo arrepentida por low problemas ocasionados.
— Es la primera vez que ayudo a alguien — suena orgulloso de ello — No iba a dejarte con esa escoria. Además, no me metí en problemas y no me arrepiento de nada, mi padre no me gritara por lo que he hecho — sonríe gentilmente como un adolescente.
Yo dejé esa sonrisa hace tanto años y no supe como volvieron hasta no hace unos meses atrás.
Había cosas que Octavio hizo que una sonrisa amable y tierna, llenas de paz volvieran a mi vida, recogían pedacitos de mi corazón y los colaba con pegamento.
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Editado: 25.01.2023