Cada cosa por venir se ha convertido en cenizas.
Un ardor me recorre con tan solo verlo.
La sal brota de mis ojos al recordarte, lo habíamos previsto, pero no con tal presteza.
Él sollozaba tras tu partida, yo soltaba aquella risa con ironía al verlo.
La forma más lenta de matar a la persona que amas es nunca amarlos lo suficiente.
Ambas sabemos que tal agresión nunca tuvo tal pesar.
El mismo que sollozaba tras tu partida fue el causante de tu deceso.