░▒▓█ Karel █▓▒░
esa mañana que me quede en casa por orden de lucifer ya que aún seguía resfriada mientras él iba al inframundo a encargarse de saber quién fue quien libero a los pecados capitales.
me estaba agotando de estar solamente en cama además de que me sentía con algo de sudor con frio de la enfermedad y con hambre, me levante para bajar por al menos un vaso de leche con chocolate, baje hasta la cocina viendo todo totalmente solo. solamente estaba yo en casa.
es extraño en otro punto, no he vuelto a ver a ceretic desde hace tiempo, desde el día que los demonios quisieron atacarme. pareciera que la tierra lo desapareció.
tome algunos tragos de aquel cremoso sabor chocolatoso de la leche disfrutando del sabor. sonreí, pero sentí una cierta presencia extraña, el frio que me recorrió en el cuerpo era totalmente extraño, no era un demonio. me gire viéndolo con impresión. un ángel estaba frente a mí.
no sabía qué hacer, si salir huyendo o como defenderme, sentía cierto miedo en verlo y en otro punto me sentía tranquila. su mirada blanquizca era fija en mí. estaba usando su verdadera forma, una túnica que cubría su torso, sus grandes alas blancas. sus plumas eran perfectamente cuidadas y blancas.
-humana_ su voz era baja y grave, lo que me hizo caer de rodillas sin poder dejar de verlo, su mano la extendió hacia mi_ acércate, pequeño cordero de dios_ no se realmente que me estaba pasando, o que estaba causando este ángel sobre mi cuerpo. pero arrodillas me acerque hasta aquel ángel.
cuando estuve cercas de él donde pude sentir las suaves telas de seda de su túnica acerco su suave mano a mi cabeza. podía sentirse como la suave y delicada caricia de una pluma y la calidez de una taza de chocolate caliente después de una fuerte tormenta de nieve. alce nuevamente mi mirada ante aquel ángel para emanaba de su brillante mirada paz y armonía. una tranquilidad totalmente inexistente en la vida, no podía dejar de verlo. sentirme bajo su dominio total.
-quién eres..._ mi voz sonaba en un susurro, parecía no tener fuerza
-soy chamuel, el tercer arcángel de dios. mi padre
-porque estás aquí...
-he venido a salvarte pequeño corderito
-salvarme..._ su otra mano ahora acaricio mi mejilla provocando que mi piel se erizara, no se realmente porque me pasaba todo esto
-corderito, un pastor engañoso os está guiando por un campo del cual no es tuyo. tu pastor te busca, quiere salvarte del terrible destino que provocara ese oscuro pastor sobre ti
-no entiendo...
-dejadme mostrarte_ la mano que tocaba mi mejilla ahora se elevó a mis ojos haciéndome cerrarlos.
los volví a abrir, pero ahora sentía un calor agradable. mire mi alrededor, era un hermoso jardín. tan fresco y verde además de hermosas flores de diferentes colores. pareciera un sueño, aún seguía en pijama, mis pies descalzos. camine por el suave césped disfrutando del olor de las flores y de este. hasta un árbol donde me acerque viendo como si fueran manzanas de cristal. transparentes y tan llamativo color carmesí, como si fuese un Ruby.
al estirarme y arrancar una pude admirar más su belleza, el fino cristal con el que la hicieron. pero escuche una risilla grave que me pareció familiar, me gire para buscarlo a mi alrededor.
-lucifer..._ mi voz sonaba en eco
pero la bella manzana de cristal se opacó en una terrible oscuridad que la hizo derretirse en mi mano dejando ver como el líquido negro caía sobre mi mano. retrocedí sacudiendo mi mano luchando por quitarme eso. pero al caer al que era el bello césped podía sentir como algo sujetaba mi pie. me aterre al ver que eran serpientes.
trataba de quitarlas de mis piernas, pero cuando intente tocarlas estas quemaban mis manos. mire mi alrededor que ahora todo estaba quemándose, quedando en una tierra de muerte y fuego, aquellas serpientes seguían subiendo ahora en mi cintura inmovilizándome.
como un animal me arrastraba por la tierra ardiente, mi pijama sucio de rojiza tierra. mis manos sangrando y el dolor que sentía, mis lagrimas desaparecían por el infernal calor. langostas, bestias horripilantes, serpientes, alacranes, eran bestias que se acercaban a mí. luchaba por separarlos de mí.
-ya basta, déjenme
-hija..._ me detuve al alzar la mirada a aquella mujer desnuda y sangrando que pude conocer inmediatamente
-mamá..._ susurre, solamente que su grito como otros que logre escuchar me hicieron cubrir mis oídos. pareciera que esos gritos los tenía en mis oídos. la sensación de aquellas bestias sobre mi cuerpo y las serpientes inmovilizándome hasta los brazos
-ya basta, por favor... te lo imploro, dios mío..._ susurre
sentía un terrible dolor en mi pecho, un nudo en mi garganta. un terrible temor estaba en mi cuerpo. alejo su mano de mis ojos haciéndome verlo, podía sentir mis mejillas mojadas por mis lágrimas. ahora solamente podía verlo quien se removió de la silla para hincarse frente a mi acariciando mis mejillas empapadas.
-dios camina siempre junto a nosotros mi bello corderito, dios es tu pastor. el pastor que ahora se preocupa por su corderito extraviado
-qué puedo hacer...
-aleja el mal de ti, aleja toda maldad de tu noble corazón_ su voz se hacía más baja y dulce_ mi corderito has sufrió desde el día que dios te brindo la vida, encaminas tomando dos manos. la de tu pastor y la del engaño, dios y luzbel. igual que Eva engaño a adán en probar el fruto prohibido por tentación de luzbel. ahora te está engañando para solamente guiarte a la perdición y al dolor eterno
-yo...
-no tienes por qué preocuparte mi corderito, tu pastor estará feliz de tenerte de nuevo entre su rebaño, se sentirá feliz de recuperar a su amado corderito_ mostro una dulce sonrisa que causo que mi cuerpo perdiera fuerza, se sentía envuelto en un agradable calor que me hacía querer dormir_ no tienes nada que temer mi corderito, ahora. solamente duerme_ aunque sintiera mi cuerpo relajarse un dolor en mi pecho se presento
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Editado: 26.09.2023