Marie Him

21. Fiesta

─ ¿Qué les pareció la ceremonia? ─era la tercera persona que preguntaba. Primero nuestros padres, ahora los dueños del hotel. No me sentía con ánimos de responder, así que solo sonreí y miré a Byron, esperando que respondiera.

─Maravillosa, Wade y Sophie tienen un gran evento digno de recordar, muchas felicidades a ustedes por la grandiosa organización.

─Así podría verse su boda si lo desean ─apreté mis dientes y me forcé a mí misma para reír y no demostrar mi tención. De verdad que no podía pensar en nada en esos instantes, quería asesinar a alguien, no quería daños colaterales.

─Es lo que estamos hablando, solo veremos a un par de propuestas y les daremos pronto nuestra respuesta.

Volví a sonreír. No dije nada.

No pensaba hacerlo.

Era demasiado a procesar, estaba abierta la duda en mi cabeza. ¿Qué pasó en esa despedida? ¿Por qué no me dijo que estaba en la ciudad? ¿Estaba desde temprano con ellos? ¿Por eso no me respondía los mensajes? Debía estar pensando lo peor, solo que no podía visualizar esa imagen en mi cabeza. La escena seguía repitiéndose una y otra vez, sin dar oportunidad a pensamientos lógicos.

Los novios tomaron la pista para bailar, empezaron los bailes sorpresas y la felicidad era contagiosa, quería pensar en solo ser una invitada más, no como una futura novia. Miré a mi hermana quien disfrutaba la boda con un anhelo lejano, ella estaba en su momento de adoración, divertida y encantada con la felicidad de todos.

─ ¿No van a ir a bailar? ─la madre de Byron no se perdía nada, estaba al pendiente de todo. Me sonrió, pero la emoción no llegaba a sus ojos. No pensaba discutir con ella sobre las actitudes de su hijo.

─Voy primero al tocador ─comenté y con un intento de sonrisa salí de ese círculo de incomodidad para dirigirme en busca de mi escape, mi refugio por unos minutos y el santuario donde podría pensar en las decisiones que debía tomar.

Entre sonrisas pequeñas pasé a la gente con quien terminaba haciendo contacto visual a través del camino a mi refugio, el interior tenía a muchas mujeres retocándose, platicando y cómo no hacerlo, dentro del baño había dos sofás junto a grandes paredes de espejos, el espacio perfecto para la vanidad. Todo apariencias, igual que ella.

¿Era buena idea?

Me siento demasiado estúpida por aceptar casarme con Byron, aunque debo admitir que dentro de todo ese tiempo si me he sentido cómoda con él, ¿por qué hasta ahora salen estos percances?

¿Qué tanto faltaba para la boda? Nada, en realidad.

Los medios lo saben, nosotros seguimos preparándonos para nuestra vida ya oficial de casados, con clases de cómo comportarnos ante los medios, reuniones, negocios…  Pero en estos momentos no sé nada.

Me veo en el espejo y busco excusas o detalles inexistentes que retocar, podía pensar lejos del escándalo y la música, sin la presión de la mirada de mis padres o de Byron. Una chica pelirroja se empieza a arreglar a un lado mío, pude ver como me volteaba a ver gracias al espejo así que decidí sonreír a medias, no me gusta ser una perra total con desconocidos, aunque hoy ganas no me faltaban.

─Perdona, es que me encanta tu vestido.

Oh, que linda. Que bueno que no fui mala con ella.

─Ay, gracias. Eres parte de las damas, ¿no es así?

─Si, soy Gina. Un gusto.

─Marie, esos colores te quedan de maravilla. Resalta bastante tu cabello… en el buen sentido ─agregué con una pequeña risa al ver como su rostro cambiaba. Que triste que lo llegue a considerar, se ve maravillosa─. Yo soy solo acompañante.

─ ¿Vienes con pareja? ─le pensé al responder y ella no pareció percatarse porque siguió hablando─ hay un after de la boda, nos veremos en el Club para seguir la fiesta, estás invitada si quieres ir.

Y la conversación no pudo seguir porque la novia entró con intención de ir al baño y como buena dama, Gina fue justo a tiempo para ayudarle a levantar el tul interminable de la falda. Un hermoso vestido tiene sus complicaciones al final de la noche.

Tal vez era momento de regresar.

Decidiría qué hacer más tarde, estoy en una boda y no quiero amargarme la noche, mucho menos teniendo a mi familia de testigos en la misma mesa que nosotros.

Iba a seguir con las apariencias al menos por esta noche.

Saqué a bailar a mi hermana, intenté pasar gran parte de la noche con ella en la pista de baile, porque cada oportunidad que tengo para verla se reduce a distracciones y poco tiempo para nosotras. Hace mucho que no pasamos un rato como hermanas y por qué no aprovechar mis ganas de alejarme de Byron en esos momentos.




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