Mariela

15

Para cuando termino el fin de semana y ambas volvimos a nuestra rutina de siempre, yo estaba casi 100% segura de que no sabría nuevamente de Carlos, debido a que por nuestras personalidades totalmente diferentes.

No lo sé, quizás pensé que le había parecido solo una chica aburrida.

Nos colocamos los incomodos patines para comenzar con nuestra rutina normal de trabajo, Mientras Mara abría la puerta principal para dejar entrar a la joven clientela que pretendía pasar un buen rato en el lugar mientras comían, Yo me observaba en el espejo del baño mientras me hacia una pequeña coleta.

Normalmente las chicas teníamos 10 minutos para arreglarnos mientras la clientela se acomodaba en sus lugares, Era nuestro único momento libre durante el resto de la jornada de trabajo.

Cuando tome la bandeja para comenzar a tomar las ordenes, Me sorprendí por lo lleno que estaba el lugar, observe a Mara y a las otras chicas patinar rápidamente por todos los alrededores con bandejas llenas de comida mientras mi malhumorado jefe gritaba sin parar para apresurarlas, comencé a buscar a algún cliente para tender, Cuando escuche un silbido desde el otro lado del lugar.

Voltee rápidamente mientras sostenía la libreta para ir patinando hacia la mesa, cuando observe a Carlos sentado solo mientras se fumaba un cigarrillo.

Patine rápidamente hacia el mientras intentaba ocultar la pequeña sonrisa que me había causado volverle a ver, pero justo antes de que dijera alguna palabra para conversar nuestra pequeña conversación, tome el cigarrillo que tenía en su mano y tire en un pequeño vaso de agua a un lado de su mesa.

-Aquí no puedes fumar.- Intente mantenerme seria.

-¿Ahora serás nuevamente odiosa conmigo?- Comenzó a sonreír mientras se sacaba una caja de cigarrillos del bolsillo.

-No creo que quieras perder toda tu caja de cigarrillos en ese vaso de agua.- Me cruce de brazos. –A mi jefe no le gusta que fumen aquí.-

-Está bien. Calma.- Se metió la caja al bolsillo. – No me llamaste.- Sonrió descaradamente.

-¿Llamarte?- Subí un poco la voz totalmente ofendida.

Para aquellos años el término "llamada" era algo totalmente diferente, Las chicas esperaban ansiosas la llamada del chico que les pretendía, La mayoría de estas llamadas eran respondidas a escondidas pues no era bien visto por ningún padre ver a su hija hablando por teléfono a altas horas de la noche con un muchacho ni tampoco era bien visto ver a un muchacho tomando el teléfono para molestar a un hogar de familia solo para preguntar por una chica y posiblemente ser insultado por su padre, la única manera de que estas llamadas fueran aceptables y bien recibidas era si se trataba del prometido de la chica quien estaba de viaje o en el caso del novio de Mara prestando servicio.

-Yo no llamo a nadie.- Tome la pequeña libreta para cambiar el tema pues eso me había ofendido realmente. –Dime que quieres comer.-

Carlos comenzó a reír sin parar por unos segundos.

-Mari calma. Estoy jugando- Se cruzó de brazos mientras sonreía.

Me quede en silencio observándole, No pensaba dejar escapar la sonrisa que tenía dentro de mi pues lo menos que quería era que pensara que me estaba derritiendo con su presencia.

-La verdad no quiero comer nada, Vine a invitarte a otra cita..-

 

 



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En el texto hay: maltratomujer, amor

Editado: 06.01.2023

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