Quería huir de mi padre y todo su círculo de aliados, pero no me daba cuenta de que solo corría en círculos y mientras más intentara alejarme, más los encontraba por cuestiones de la vida. Esperaría que este encuentro no fuese desafortunado.
-y ¿por que el cambio de nombre Lía?- dijo el señor viendo hacia enfrente
-pues para iniciar de nuevo, ya sabe como es mi padre-
-me entere de tu boda, incluso recibí una invitación, pero al parecer fue cancelada-
-si, me escape, yo no quería casarme con ese hombre por obligación, creo que a mi mama no le gustaría eso-
-sabes que yo conocía bien a tu madre, y creo lo mismo que tu- dijo el señor sacando un cigarro -pensé que en verdad querías casarte- termino de mencionar poniendo el cigarro en su boca
-cierto ya tenemos años de conocernos, y quería agradecerte por no delatarme - dije mirándolo
-desde que llegaste me pareciste conocida y cuando Harb te presento confirme mi sospecha, pero imagine que por algo habías cambiado tu nombre - saco humo de la boca lentamente
-¿le dirás a mi padre donde estoy ?- dije preocupada
-no le diré nada porque sabes que te aprecio, pero sabes que tarde temprano te encontrara-
Sus palabras eran ciertas, yo sabía que no me podía esconder de mi padre para siempre.
-lo sé, por eso quiero vivir todo lo que pueda antes de que me encierre- dije mirando al cielo
-si necesitas ayuda o solo un consejo puedes hablarme y ahí estaré- me extendió una tarjeta con su numero
-muchas gracias, y por cierto no sabía que tenías un hijo- sonreí viéndolo
-es que lo conocí tiempo después de que deje de ver a tu familia, pero esa es historia para otro momento, así que deberás visitarme si quieres escuchar - ambos nos quedamos en un silencio muy cómodo y confortante -iré adentro a ver a más personas- me dio un beso en la mejilla como despedida y se fue.
Aun puedo recordar esos hermosos días en donde mi vida era muy feliz y aun tenia a mi madre. Conocí a Benjamín porque era el mejor amigo de mi madre, él iba a vernos muy seguido y nos llevábamos bien, todo era perfecto; no todo podía ser alegría pues mi padre se empezó a sentir muy celoso de él, por eso dejamos de ver tanto a Benjamín. Después de que mi madre falleció solo lo vi en el funeral y el entierro, no había sabido nada de el hasta este momento, y la verdad me alegraba verlo de nuevo.
Pasar tan buen momento me hizo olvidar mi pelea con Harb y sus celos, sabía que debía entrar, pero no quería la verdad. Sentí algo cubriendo mis brazos y enseguida un abrazo.
-perdóname mi cenicienta, no quiero estar enojado contigo y sé que yo estuve mal - era Harb, el cual termino recargando su cabeza en mi hombro en busca de una respuesta
-al menos sabes que tú te equivocaste- dije sin mirarlo y con un tono serio
-si lo sé, y me arrepiento porque me ganaron mis celos- me empezó a dar besos en el cuello -pero es que me encantas y de verdad te amo, no quiero que me dejes- siguió dándome besos -así que no me tortures con tu silencio y perdóname..., por favor princesa- me empezó hacer cosquillas y de una forma termine riendo dándome la vuelta y viéndolo a los ojos.
-esta bien, solo espero que aprendas a confiar en mi así como yo lo he hecho contigo- puse mis manos alrededor de su cuello .
-no volverá a pasar, ¿y de que hablabas con el señor Benjamín?-
No sabía que responder, no pensé en darle alguna explicación y no quería mentirle, pero no podía decirle la verdad.
-ahh solo me confundió con una chica que conoce, y nos quedamos hablando un rato del clima-
-está bien te creo- me acerqué a él y le di un corto beso
-¿no se supone que debes estar adentro? - voltee a ver detrás suyo, adentro aun había mucha gente
-nada es as importante que estar contigo en este momento- me abrazo muy fuerte y por ese momento sentí el tiempo pasar muy rápido, lo sé es algo cliché, pero era lo que de verdad sentía.
-vamos adentro, para no dejar tanto tiempo sola a Hide- me tomo de la mano y juntos nos dirigimos de nuevo adentro.
Pasamos un rato más platicando con muchas personas que por fortuna no me conocían, Harb no me dejo sola ni un minuto lo cual me hacía dudar un poco sobre nuestra anterior conversación, pues dentro de mi sabía que hacía esto para que Mael no se me acercara.
Por un momento me pude zafar al fin de Har, pues tuvo que ir a platicar con unos posibles socios. Estaba comiendo un poco de fruta cuando un señor mayor se me acerco.
-Hola linda, no te reconozco, ¿Quién eres?-
Era un señor un poco mayor de cabello gris, alto con ojos claros.
-hola señor, mi nombre es Aysel y vengo como acompañante del señor Harb- le ofrecí un vaso con algún tipo de bebida para ser un poco amable-
-oh así que con el joven Harb, me han hablado bien de él, incluso otra persona me invito aquí para que lo conociera-
-si le han hablado bien creo que esa persona tiene un muy buen criterio- solté una sonrisa la cual el señor siguió
-creo que tu tendrías un mejor criterio, cuéntame más sobre el- nos sentamos en una mesa y el señor me hizo una seña para que prosiguiera con la platica
-en realidad es mi jefe, yo trabajo en una de sus cafeterías, y es una persona muy gentil que trata bien a todos sus empleados-
-entonces de verdad es bueno, me generas mucha confianza así que te creeré, espero verte en otro momento y tomar un café - yo solté una sonrisa
El señor se despidió cortésmente y se retiró de la mesa en donde llego enseguida Hide.
-¿Que te dijo ese señor? - fue lo primero que me dijo
-pues me pregunto sobre cómo era Harb y ya- conte con tranquilidad y le di un trago a mi bebida
-no puede ser...- su cara tenía mucha sorpresa
-¿Que pasa?-
-Ese señor es un gran empresario, al cual Harb ha intentado convencer por mucho tiempo y al parecer tú lo has conseguido a la primera- soltó muy emocionada
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Editado: 21.06.2024