Fue Dios quien guió todo, yo sentía que me iba a morir no podía respirar y esa era una sensación muy espantosa, incómoda frustrante, desesperante esa noche no dormí porque me echaba y sentía esa falta de aire así que me senté en cama lloré y hablé con Dios.
Le pedí que me explique porque estaba sintiéndome así que que pasaba, si tenia que morir que me lleve durmiendo, en ese momento vino una imagen a mi mente el de mi perrito y un Ángel que me estaba esperando.
Me puse a pensar que me podía ir tranquila porque ya había vivido, disfrutado, viajado, disfrutado de mi carrera, amado, y mil cosas más. Estaba lista pero no quería sentir esa sensación de no respirar otra ves.
Llorando le pedí a Dios que me lleve dormida esa noche que ya estaba lista para irme y tenía ángeles esperándome arriba.
Esa noche Dios no me dejó Dormir pase la noche despierta y al día siguiente fuimos al Reumatólogo.