Mariposas Nocturnas

Parte 3: El Baile

Un escalofrío me recorrió la espalda como un rayo, levantándome de golpe de aquella enorme cama. Pese a estar envuelta en oscuridad, la poca claridad del ambiente parecía estar teñida de un color demasiado vivo y diferente, un color que era casi sobrenatural. Tras la puerta principal de mi dormitorio se podía escuchar un bullicioso sonido.

Salí al pasillo, desde donde por primera vez pude escuchar el armonioso sonido de una orquesta y las melodiosas carcajadas de un gran número de personas.

Justo en las puertas del dormitorio de alado se encontrá Duncan asomado, nuestras miradas de incertidumbre chocaron para seguidamente él hacerme un gesto con los ojos para que fuéramos por el pasillo.

Ambos, caminamos por este mientras que la música se escuchaba cada vez más y más cerca. Llegamos a un enorme salón de baile, maravillandome con lo que había dentro.

Una gran fiesta, llena de invitados vestidos de hermosos vestidos y elegantes trajes, bailan al son de una gran orquesta situada en el escenario. Las risas no inundaba todo y las sobrenaturales luces de teñian de un dorado irreal.

—Lo admito, esto sobrepasa todas mis espectativas. —Confesó mi compañero mientras miraba maravillado como los resplandores revoloteaban por todas partes como luciérnagas—. ¿Se puede saber que es todo esto?

—Ya te lo he dicho, la fisura en el Velo es tan profunda que hace que nuestros mundos se entremezclen. —Me giré hacia él—. Por eso parece que has vuelto a la vida.

—Es algo... Maravilloso. —Duncan, al parecer, se convenció de que aquello era alguna especie de regalo. Pero yo tenía que ponerle los pies en la tierra.

—No, Duncan. —Respondí—. Si dejamos que esto siga pasando el Velo se podría romper del todo, y ya sabes lo que pasa si eso sucede.

Me respondió poniendo los ojos en blanco, haciendo oídos sordos a mi advertencia. Lo mire con el ceño fruncido, haciendo que nuestros ojos se enzarzaran en una especie de duelo. Por primera vez, era capaz de sentir su aliento, su aroma, su calor, cosas que sólo había podido sentir en mis sueños.

Me tomó de la mano, sin que yo pusiera resistencia alguna—. ¿Tan malo es pedirte sólo una noche?

—Duncan no creo que... Que... —Su rostro se pego al mío, quitándome el aliento casi al instante.

—¿Nunca has soñando con esto? —Este puso su manos en mi cintura para mercedme de un lado a otro al ritmo de la música. Era de esperarse esa respuesta por parte de alguien tan emocional como él , ya que tras muchos años muerto, era capaz de sentir una pizca de vida entrando en sus pulmones—. Dame solo un baile, por favor.

—Duncan... Yo... —No quería que nos dejáramos llevar, no en mitad de algo tan importante, pero sus ojos color miel se clavaron en mi imbuidos en profundo desea, mismo deseo que quería yo.

Comenzamos a bailar al ritmo de la música, tomados de la mano y con el corazón saltando de nuestros pechos.
Nuestra danza provocó que el resto de invitados nos siguieran, haciendo que la pista de baile se inundará de gente.

—¿En qué estas pensando? —Le pregunté a mi pareja de baile.

—¿Ya no puedes saber cómo me siento? —Giró la cabeza, sorprendido, mientras que nuestros pies revoloteaban de forma increíblemente cordinada.

—Nuestro enlace parece debilitarse aquí, ¿Tú no has sentido nada raro?

—¿En serio me preguntas eso? —Respondió soltando una amplia sonrisa y me miraba de arriba a abajo mientras me mordía el labio—. Te siento a ti. Tu mano cálida, el ritmo de tu corazón, el roce de tu piel con la mía... Siento tantas cosas que casi no puedo creérmelo.

Yo le negué con la cabeza, pese a que sus comentarios me sonrojaron—. Sabes esto es algo temporal ¿No? Solo hasta que restauremos el Velo.

Soltó un bufido algo furioso, pese a que ya no podía sentir lo que él sentía, sabía que era completamente consciente de que aquella era solo algo extraordinario, algo muy poco probable, pero ahí estábamos.

Nuestros rostros se acercaron tanto que pude sentir su cálido aliento, su sonrisa era más brillante que nunca y nuestros sentimientos, reprimidos por años, se liberaban casi de forma descontrolada.

Nuestros labios se fundieron en un pasional beso, provocando que el resto de invitados se desatarán en cuchicheos.

Tras aquello, Duncan me miró con un deseo que sabía que había estado reprimido durante años y que había fingido no darme cuenta durante todo este tiempo.

Subimos tomados de la mano hacia nuestro dormitorio...

 



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En el texto hay: fantasmas, amor imposible, mediums

Editado: 27.08.2023

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