Mas allá de Ana Ferrol

11. La cabeza del conejo

🌹~Eva~🌹

 

Me encuentro recostada en la cama abrazando mis brazos expuestos al frío de la habitación, mi vista permanece hacia la ventana mientras subo una de mis manos rozando mis labios, puedo notar como Hades corre en mi patio sin ningún tipo de preocupación, el sólo porta un suéter el cuál permanece abierto permitiendo observar su torso desnudó, con el gorro sólo cubre su rostro dejando salir sus cabellos oscuros, el shorts le quedaba algo flojo, me levante de la cama ignorando los segundos en los que pase observandolo, caminé hacía el baño sintiendo como la temperatura hacía que mi piel se erize con rapidez, entré al baño observando mi rostro en el espejo, mi ojo azul lucía algo irritado mientras que el verde lucía como siempre, me dispuse a lavar mi rostro con agua tibia para después colocar los pupilentes grises.

Lave mis dientes para asi observar mis cicatrices entre las piernas, eran las heridas de mi pasado, aquellas que jamás he mostrado.

- Con que esas son las heridas de tu purificación -. Extrañada volteo hacía atrás, - ¿Que haces aqui? -. Ernesto se recarga en el marco de la puerta observando mi rostro.

- No mire que salieras a correr y vine a ver que es lo que ocurre -. Pase un mechón detrás de mi oreja mientras mi mirada permanecía en el suelo, - Sólo estaba agotada, no es nada de que preocuparse -. Sonreí saliendo del baño para asi sentarme en la cama.

- ¿Qué es lo que sucede con ese tal Raul? -. Camino hacia la ventana quedando enfrente de mi.

- Esta enamorado de mi, sólo eso. Lo juro Papá -. Inspecciona mi rostro para ponerse de pie y quedar frente a mi rostro, su mirada fría no me extraña, en veces suele ser muy celoso en este tipo de situaciones, - No quiero enterarme por otra parte sobre tus malas acciones, como ese beso-. Parpadeo ante sus palabras para después sentir sus labios en mi frente.

- Te quiero mucho y enserio perdón por ser tan protector -. Salió de la habitación dejándome completamente sola, me paré para cerrar la puerta con brusquedad,  me tumbe en la cama observando el techo, alce mis piernas observando las cicatrices, me preguntó cuál será la reacción cuando alguien mas las vea, ¿Podrían juzgarme? ó ¿Quizás me tacharian como una persona sin estabilidad emocional?.

Me siento en la cama de golpe al escuchar como alguien se adentra en mi habitación, - Ana, mamá te habla -. Renata me mira algo molesta, -¿Que te pasa mi niña? -. Me volteo la cara mientras se alejaba de mi.
 

(...)
 

Las clases matutinas no me han podido quitar el gran sueño que siento, esa pesadez en el cuerpo me absorbe, no quiero hablar con nadie ni mucho menos quiero ser mirada, mis ojos tienen ojeras y el derecho se encuentra con enrojecimiento, los pasillos son fríos por lo que apresuró el paso, todos se encuentran en clase mientras que yo me dispongo a dirigirme al baño, al entrar observó mi rostro pálido y las venas que se resaltan, - Ana -. Soltó Jade con la voz temblorosa.

- ¿Que pasa? -. La abrazo olvidando todos mis pesares al instante, - Es sobre Raul -. Lágrimas se formaron en mis ojos, me imaginaba lo peor ante la reacción de Jade, -¿Qué pasa con  Raul? -. La separe de mi mirándola directamente a los ojos. 
 

- Ayer -. Su voz se quebranto,  -Calmate, respira, tu puedes -. Tome de sus hombros observando sus mejillas rojas, - Ayer Raul llego a casa todo golpeado -. Abri mis ojos a la par, un frío recorrió cada parte de mi ser, ¿Y si el sujeto se enteró de nuestro beso? lágrimas salieron de mi con rapidez, el aire era pesado, la culpa me carcomia.
 

- ¿Dónde está? -. Le pregunte mientras me sentaba en el suelo,  - Esta en el hospital -. Tome mi bolso con brusquedad para salir de ahí tomando la mano de Jade,  - ¿Como fue que llegó a tu casa? -. Le pregunte mientras pedía permiso a mis padres para ir al hospital, - El llego todo sangrado, estaba sentado en la puerta inconciente, sólo mire como se movían algunas ramas en la lejanía como si alguien lo hubiera puesto ahí -. Estaba más que segura que el sujeto habia sido el responsable de este incidente.

(...)

 

Inquietudes llegaron a mi sin quererlo, sentía pequeños toques en la punta de mis dedos fríos, lágrimas de culpa relataban el dolor de mi corazón, está noche esperaba con ansias al sujeto, tenía tantas cosas que reclamar, quería desahogarme por su acción injusta, no me importaba en lo absoluto lo que tuviera que decir.

Molesta caminé hasta llegar a la banca más lejana de la casa, esta noche quería gritar a todo pulmón lo que pensaba y sentía, me sentia exhausta de guardar tantas cosas, esta noche no quería ser Ana si no Eva. El frío de la noche me hacía olvidar mi pasado, ese dolor en la piel era lo que tranquilizaba cada una de mis malas rachas, mire hacia lo oscuro del bosque mientras limpiaba mis lágrimas que estaban adheridas a mi piel por la temperatura.

- ¿Estas loca? -. Bofeado soltó antes de colocarse a mi lado, con disgusto lo mire, - ¿Te puedes retirar porfavor? -. Volteo mi cara hacia el lado contrario, - Sólo venía a entregarte esto -. Saco de su chaqueta negra un sobre del mismo color, - Accidentalmente llego a mi casa, ah y no es por ofenderte pero sinceramente te aborrezco de la misma manera -. Una sonrisa de victoria se formo en sus labios, - Pues dejame decirte que es mutuo, animal sarnoso -. Rodeo los ojos con una boca media abierta, - ¡Uy que dolor! la niña me ofendió -. Se puso de pie caminando hacia la luz poco visible.

seguí sus actos al notar que ya era tarde y el sujeto aún no aparecía, tome la carta y la guarde en mi chamarra.

- Jodete Hades -. El se volteo con una sonrisa de medio lado mostrando sus blancos dientes, sus colmillos afilados le daban un toque atractivo pero a su vez extraño, - Por eso nadie te quiere-. Solté molesta, - Buenas noches dama enloquecida -. Fueron sus últimas palabras antes de caminar más precipitado desapareciendo de mi vista.




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