Desperté por un fuerte dolor de cabeza, antes de empezar el día con el mal genio rápido me tomé una pastilla y me di una ducha para ayudar a relajarme, me alisté, me puse un poco de maquillaje, era sábado no había mucho que hacer, bajé a la cocina para desayunar y no me sorprende encontrar a mi madre y mi hermano desayunando.
--Buenos días-- saludé mientras entraba a la cocina.
Mi madre me sonríe y me devuelve el saludo, --Buenos días hija.
--Hola hermanita-- saluda mi hermano con la boca llena de comida.
--Eres un asqueroso-- le digo dándole un golpe en la cabeza.
--No empiecen a pelear tan temprano-- comenta mi madre.
Ya no digo nada, mejor me pongo a desayunar rápido, duramos un rato en silencio hasta que mi madre se retira de la mesa y se pasa a la sala para ver su novela.
Siento que me miran y volteo, --Que me ves tonto.
--Más respeto que soy el mayor enana-- se queja mi hermano.
Volteo los ojos y salgo de la cocina.
--Mamá voy a salir un rato con mis amigos--
Mi madre voltea y dice: --Claro sólo ten cuidado y no regreses tarde.
Me fui caminando varias cuadras para llegar al parque, me falta poco para llegar, puedo ver a mi amiga Angela sentada en una banca terminandose de arreglar. A ella la conocí desde primaria se puede decir que es como mi hermana, es un amor de persona pero a veces fastidiosa y muy enojona.
--Hola Natalia-- saluda mi amiga levantando la mano, como si no la hubiera visto desde cuándo.
--Hola Angy, puedo ver qué se te hizo tarde-- le digo eso para que me cuente.
--Si, me desvele viendo películas y chateando ya sabes, se me hizo tarde y me faltó maquillarme-- dice Angy
--Ya veo amiga, entonces que haremos.
--Que te parece ir por un helado-- propone Angy
--Claro, así nos distraemos un poco.
Mientras caminamos, mi amiga me cuenta que conoció un chico por internet, según ella es guapo, lindo y claro se llama Eduardo solamente la escucho veo que está encantada pero ella sabe lo que hace.
Llegamos y pedimos nuestros helados, obvio a mí me gusta el chocolate y mi amiga la vainilla, buscamos un lugar para sentarnos.
--Bien Natalia, cuéntame de los encuentros con tus amigos.
--No son amigos, son muertos buscando ayuda es todo.
--¿Te has encontrado con uno últimamente?-- mi amiga siempre tan curiosa.
--La verdad no, hace semanas que no veo uno, quizás pierdo el don de verlos-- que más quisiera que fuera así.
--No lo creo, se me ocurre algo-- dice y sé que es algo que no me va gustar.
--¿Que idea tienes?
--Y si vamos a visitar casas abandonadas, ¿Que te parece un hospital? Sería divertido-- dice emocionada.
--Sabes que para mí no es divertido-- le digo un poco molesta.
--Oh vamos, anímate no seremos las únicas, invitamos a los otros dos tontos.
--Sergio y Alex son unos miedosos.
Ellos también son mis amigos, pero apenas los conocí en preparatoria, son unos comelones y son graciosos, pero invitarlos a estás cosas no van ayudar en nada.
--Con más personas es mejor, di que sí-- dice Angy esperando mi respuesta.
--De acuerdo-- dije derrotada
--¡Muy bien!-- gritó emocionada, --Está noche visitamos un lugar embrujado.
--Que rápida, pensé que en unos días más.
--Nop, está misma noche.
Espero todo salga bien sino mataré a mi amiga por convencerme hacer esto.