Más allá de la Tierra.

Capítulo II

Gala Ravnozk.


Desde que tengo memoria mi padre solía contarme historias de otros planetas más allá del nuestro —Saturno era mi hogar —Padre tenía en sus manos a los mejores hombres encargados de la creación de tecnología de alta gama superior a la de cualquiera, este notable avance nos permitió entender un poco más del universo pero principalmente nos dio la oportunidad de conocer las diferentes culturas en los 7 mundos con los cuales compartimos a "Gran Sol" y aunque estábamos lejos uno de otro siempre estamos en la misma sintonía, danzando alrededor del sol. Muchos pensaran que por estar en un planeta fuera del que creciste y viviste te hace un monstruo con tentáculos como en las películas, pero lo cierto es que en cada uno de los 8 mundos las similitudes físicas son muy notables, son pequeños detalles los que diferencian a las personas de un planeta de otro. En el caso de los Saturnianos éramos idénticos físicamente a los humanos del Planeta Tierra aunque en tecnología y en batalla éramos sin duda superiores pero principalmente los que nos hacía diferente a cualquier raza eran nuestras "Habilidades".

Una de las razones por las cuales poseíamos tecnología avanzada era porque poseíamos a los Eques, los cuales eran unos totales cerebritos en la creación de tecnología de cualquier tipo con una facilidad impresionante; después estaban los Exis los primeros en ir a batalla, los que iban al frente ya que con su habilidad lograban causar estragos ellos tenían la habilidad de emitir a través de sus poros una especie de luz-humo capaz de neutralizar a cualquiera por medio del dolor, era como si cada uno de tus huesos se rompieran uno a uno y por último estaban los Ases su habilidad era la mente, no solo podían controlar cualquier objeto que quisieran, también podían jugar con tu mente —Aunque pocos lo lograban y por un espacio limitado de tiempo —ellos iban detrás de los Exis en batalla, ellos se encargaban de distraer a todos lo que pudieran para que los Exis matarán sin piedad.

A pesar de tener un plan de ataque perfectamente estructurado, solíamos ser una raza pacífica y aunque supiéramos la existencia de más razas preferíamos mantenernos al margen de cualquier problema. Pasamos siglos en completa paz hasta que hubo una traición de parte de la mano derecha de Padre —Mi padre se llamaba Michael —Por causa de esta traición muchos de los documentos con información acerca de los 8 mundos fueron a parar a manos de Zach —Líder de Júpiter —y este se encargó de esparcir esta información por los 8 mundos haciendo así que cada uno de ellos supiera la existencia del otro.

Años después Júpiter empezó una guerra, esos tiranos sin sentimientos lograron acabar con Mercurio para posteriormente crear una alianza con Marte y someter a los demás planetas a su merced y para ese momento mi planeta estaba preparado para cualquier ataque, estábamos seguros de poder acabar con Júpiter y que la vida siguiera su ciclo habitual pero no contamos con una segunda traición: Madre —La más dolorosa traición que se pueda vivir —Logro caer en las garras de Zach, el cual sin saber cómo o cuando enamoró a Madre la cual no dudo ni un segundo en desactivar las defensas e inhabilitar las alarmas, sufriendo un ataque inesperado por lo cual no logramos reaccionar a tiempo y arrasaron con todo lo que pudieron e incluso mataron a Padre...

No sé si quedó algún sobreviviente o que tanto destruyeron mi planeta, solo se por rumores de los guardias del lugar que lograron destruir a Saturno. No se tampoco cuánto tiempo llevo torturada, humillada, encerrada y usada como conejillo de indias en este lugar, mucho menos sabía que tratan de hacer conmigo con cada uno de los experimentos que hacían conmigo hasta que logre escuchar a Zach hablando con uno de los científicos a cargo y ahora todo estaba claro: una híbrida.....era una jodida híbrida de Eques, Axis y Ases, quieren usarme como arma letal, quieren jugar con mi mente para así poder dominar sobre todo el que se le oponga a Zach.

—Gala, necesito que cuando suene la alarma contra ataques tomes tus pertenencias y me esperes —Milo me sacó de mis pensamientos, no me di cuenta ni siquiera del momento en que ingresó a mi celda, yo lo mire con el ceño fruncido; no entendía a que venía todo esto —Activare la alarma para sacarte de aquí Gala —Milo es mi único amigo en este lugar, nunca entendí por qué siempre fue bueno conmigo aun trabajando para Zach.

— ¿De qué hablas Milo?— Se notaba demasiado nervioso.

—Escúchame Gala y presta atención a lo que diré, descubrieron a mi equipo....descubrieron que somos espías infiltrados de Urano y al parecer hay un impostor Uraniano y Mierda que no nos dimos cuenta! — Mire directo a sus ojos y no vi más que sinceridad en ellos.

— ¿Espías de Urano? ¿De qué rayos hablas? Explícame!

—No hay tiempo carajo! —Exclamó —Solo tienes hacer lo que te digo —Y se fue dejándome completamente desconcertada.

Con el paso del tiempo me ponía más nerviosa y con muchas dudas en mi cabeza, aliste mis pocas pertenencias en una pequeña mochila y espere la señal que Milo me dijo. Después de tanto tiempo sin entender el comportamiento protector de Milo conmigo al fin me daba cuenta de la verdadera razón de todo esto...Milo era un Uraniano pero nunca pude notarlo, supongo que usa lentillas para esconder el color de ojos característicos de los Uranianos y no quiero saber cómo diantres pudieron hacerse las marcas de la gente de Júpiter en la piel, debió doler. La alarma me sacó de mis pensamientos y yo me escondí tras mi diminuta "cama", Atrás de la puerta de mi celda se podían distinguir voces y pasos; de repente la puerta se abre asustándome.




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