Más allá del bosque.

Capitulo tres.

Capítulo tres: "Secretos del pasado (Segundo fragmento)".

 

Alexia Warren.

 

Despierto por un gran dolor de cabeza, trato de abrir los ojos, pero es como si estuvieran pegados, al tercer intento lo logro con un gran esfuerzo. Logro visualizar que estoy en mi cuarto y en una esquina se encuentra Ashton en un sillón y con una posición visiblemente incomoda. Trato de levantarme, pero el dolor de cabeza se intensifica y con ello me llega un mareo y vuelvo a caer acostada.

—Hey, chico...—Digo tratando de despertarlo.—Ashton.—Esta vez lo logro y el al verme se acerca rápidamente y se sienta en la cama.

—Hola, hermosa. Al fin despiertas.—Dice con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Puedes traerme un poco de agua? ¿Por favor?—Digo sonriendo un poco.

—Claro, ya vengo.—Se dirigió a la puerta y la cerró detrás de el al salir.

Dicho eso salió y yo me dispuse a levantarme para dirigirme al baño a hacer mis necesidades y darme una ducha.

Con todo lo que ha pasado en mi vida en poco más de un año me ha dejado de experiencia no confiar en las personas de mi entorno. Aunque con él siento que podría llegar a bajar mi guardia. Llegó justo a tiempo para salvarme y se quedó toda la noche a cuidarme.

Al salir de la lluvia artificial envuelvo mi cuerpo en una toalla y utilizo otra para mi cabello. Cuando salgo del baño me llevo tremendo susto al encontrarme con Ashton frente a la puerta mirándome fijamente, lo cual me aterra mucho.

—¿Podrías salir?—Digo bajando mi mirada.—Necesito cambiarme.

—Claro, aquí te dejo el agua.—Dijo con voz ronca acercándose a la mesita de noche sin dejar de mirarme para luego salir del cuarto.

Me voy en dirección al armario para sacar un conjunto de ropa interior rosada y un suéter rojo con negro y blanco acompañado de un short con un cinturón negro y unas converse blancas. En el cabello me hago una media cola dejando mechones de al frente suelto. Respecto al maquillaje me retoco las cejas, delineo los ojos, rímel y polvo compacto.

Salgo del cuarto y me dirijo a la cocina en busca de alimento porque siento que no he comido en días y la verdad, la comida es mi fuerte. Al entrar lo primero que me encuentro es con "Mis abuelos" sentados uno al lado del otro en la isla y al otro lado a Ashton haciendo el desayuno se ve tan lindo.

Espera... ¿Qué? ¿Tanto dormí para que ya fuera el desayuno? ¿Y por qué carajos digo que Ashton es lindo?

—A sí que... ¿Soy lindo?—Dice con una pizca de egocentrismo y burla junto con una gran sonrisa.

—¿Lo dije en voz alta?—Pregunto poniendo cara de terror.

—No, bonita. Puedo leer tu mente.—Dice en tono burlón y encogiéndose de hombros.

—Mentiroso, a ver...—Dije haciendo una pausa mientras veo como mis abuelos salen de la cocina.—¿Qué estoy pensando?

Tu comida huele delicioso

—Muchas gracias, tomé clases de cocina.—Dijo dejándome impactada.

—¿Cómo es posible? ¿Lees la mente de todos aquí?—Pregunto sentandome en la isla de la cocina.

—Solo funciona contigo, es por la conexión de mates.

—¿La conexión de tomate?—Pregunto sin entender y el suelta una carcajada.

—No, bonita. Es la conexión de mates, lo que te explicamos ayer, en estas horas que llevamos de conocernos, se ha estado formando un pequeño, pero fuerte lazo entre tú y yo.—Dijo poniendo un plato frente a mí para luego sentarse.

—Entiendo, pero...—Dije haciendo una pausa para probar los panqueques que Ashton había hecho.—Para la próxima, procura no meter...—No termino porque un gran dolor se forma en mi pecho y luego recorre todo mi cuerpo haciéndome dejar caer el cubierto.

—¡Alexia!—Grita Ashton llamando la atención de mis abuelos.

—Cariño, tienes que dejarlo fluir, no lo retengas.—Dice mi abuela.

Hago lo que ella dice lo que me lleva a dejar de sentir tanto dolor y ver todo negro, pero aún seguía estando consciente. Tras pasar un rato fui escuchando todo cada vez más lejos y dejé de sentir dolor, me sentí más liviana. Luego todo volvió a la normalidad, me encontraba acostada en el sillón y al levantarme todos tenían la vista puesta en mí.

—Tienes el cabello blanco.—Dijo Ashton acercándose.—Y los ojos rojos.

—Hola, me llamo Kaixo.—Salieron las palabras por si solas, era mi voz, pero no fui yo.

—Majestad.—Dijo mi abuelo haciendo una reverencia junto con mi abuela, mientras yo seguía sin entender.

—Tienes que volver a la normalidad, Alexia.—Habló Ashton después de un rato.

—No soy Alexia, Ashton. Tenlo bien presente,—Otra vez palabras que no se de donde salen.—Pero está bien, ya se las devolveré.

Sentí un leve mareo y luego todo se volvió borroso. Al parpadear varias veces, mi vista volvió a la normalidad.

—Descansa, cariño.—Se acercó mi abuela.—Luego te explicaremos todo.

—No quiero dormir, he dormido lo sueficiente.—Dije caminando a la cocina.—Si no me quieren contar ahora, está bien.

Detrás de mi venía Ashton, atento a cada paso que daba, temeroso a que me llegara a pasar algo. Yo simplemente trataba de mantener distancias y no tener contacto físico.

—¿Puedes contarme de ti?—Preguntó Ashton mientras se sentaba frente a mí en la isla de la cocina.

—Claro,—Dije algo nerviosa.—¿Qué quieres saber?

—Todo... Tu edad, color favorito, todo.

—Aún no te puedo contar todo de mí. Siendo sincera, no confío mucho en ti, pero puedo contarte lo básico.—Digo terminando mi desayuno.

—Eso dolió, pero está bien, con eso me conformo.—Dijo sonriendo un poco.

 

[...]
 

Hoy pude conocer un poco a Ashton, me contó sobre él, su hermana, su manada, aunque el insiste en que "Es nuestra manada" palabras de él. Me contó que tenía mucho tiempo buscándome y que está inmensamente feliz de haberme encontrado.

También hablé con mis abuelos, junto con Ashton me han hablado un poco sobre los hombres lobos y diferentes especies, gracias a eso entiendo un poco más sobre este mundo.
 




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