Prefacio
Antes de dormir dejo el libro al lado mío, mi buro no era la gran cosa y es que a pesar de que era de un color bastante soso y cliché me gustaba, tomo una bocanada de aire y cierro mis ojos, poniendo mi cabeza en la almohada. Trato de dormir, pero no lo logro, mi cabeza llegaba a pensar en otras cosas menos en dormir y estaba hartándome hasta no más poder, levanto un poco mi cuerpo y me recargo en la cabecera de la cama, agarro mi celular y me pongo a buscar foros sobre el nuevo libro que leí. Miles de chicas en el foro ponen cosas como «Quiero un Sean Campbell» o «Alguien que me cante y baile conmigo canciones de High School Musical, por favor» y no podía parar de pensar en que tener un chico así sería divertido, de algún modo.
Siempre he pensado que el pedir deseos era algo inútil y que nunca sucedería, pero esta vez lo hago sin pensar y lo digo:
—Haz que Sean Campbell sea real.
Mi padre siempre decía que tuviera cuidado con lo que deseara, pero nunca pensé en las consecuencias que podría pasar con esto.