¿Qué estaba haciendo? ¿Quería besar a Trent? No, no, no y no, bueno quizás...no Mels, no.
—Debes dejar de hacer eso— hablo mientras me alejo del tacto de su mano.
— ¿Qué cosa? — se muerde un poco el labio para luego hacer un puchero, ese labio se veía totalmente apetecible.
—Eso— apunté su boca— me estas provocando— admití a mi amigo. Bien Mels, te acabas de dejar en evidencia.
Levanta una ceja divertido.
— ¿Así que te provoco? — Se muerde el labio inferior lentamente, logrando lo que quiere, provocarme aún más. Creo que quiere jugar.
Me acerco lentamente gateando a un Trent que estaba sentado a la mitad de la cama- yo en la cabecera- sin dejar que reaccione me siento en su regazo mirándolo de frente, logro que caiga sobre su espalda y acerco mi rostro al suyo lentamente, el me está mirando sorprendido y su respiración está muy agitada . Mis labios están a solo centímetros de juntarse con los de él, Trent cierra los ojos. En un ágil movimiento le doy un beso en la mejilla y me acomodo rápidamente en el lugar que estaba hace unos minutos.
— Pero... ¿Qué? — se vuelve a sentar confundido.
— ¿Querías jugar? —pregunto divertida por su cara de confusión.
— Ya verás Mels, ya verás— su semblante se había endurecido.
— ¿Qué cosa? — inevitablemente suelto una risita, lo que causa que se enfurezca más.
—No te sorprendas si una noche entro a tu habitación con la llave que me dio tu madre y luego te hago mía— su expresión seria logra que comience a retener una carcajada.
—Lo que acabas de decir se parece a la letra de una canción— hablo después de algunos minutos, ya que intentaba controlar mi risa.
—Simplemente no te sorprendas si algún día llega a pasar— guiña mientras me hace un gesto de beso y para luego escabullirse por la puerta de mi habitación.
Sus palabras me habían causado un pequeño congelamiento, lo que podría haberse causado por dos razones, porque me dijo que entraría a mi cuarto y porque en mi mente se reprodujo la noche en la que nuestros cuerpos se unieron, gustándome la idea de que volviera a pasar.
Luego de almorzar con mi madre, le dije que tenía una cita con un lindo chico, ella se sorprendió de que no fuera Trent, pero de todas formas me llevo de compras y así poder verme linda para mi cita.
Las compras en el centro comercial fueron un total fracaso, no encontré algo que me gustara, pero aun así me compre unos jeans ajustados, los cuales encajaban perfectos a mis delgadas piernas.
La hora de que Ashton pasara por mí se acercaba y cada minuto mi nerviosismo crecía. Ashton es un chico guapo, con una personalidad agradable, no quiero perderme la oportunidad de conocerlo más. Es el tercer chico que beso en toda mi vida, mi segundo beso fue por la culpa del famoso juego de la botella, con el primo de alguna compañera de curso, estábamos en su cumpleaños, fue hace más de un año.
Además quizás pueda convertirse en un amigo, agrandar mi círculo de amigos, que hasta el momento solo es Trent. Tal vez es mi oportunidad de tener novio, aunque las palabras de Trent aún me inundan y sigo pensado en que quizás Ashton si es un mujeriego, es la única forma de entender que se haya fijado en mí y que me invitara a una cita.
Había logrado vestirme con algo decente, mis nuevos jeans y una blusa de tirantes sueltas de color palo rosa, mis preciadas zapatillas de lona y aferrada a mi bolso una chaqueta negra de cuero.
Eran las seis en punto, cuando el timbre suena, bajo corriendo, busco a mi mamá en la sala y ahí estaba hablando por teléfono, se despide con la mano. Me acerco a la puerta, antes de abrirla peino mi cabello con las manos.
Limpio mis sudorosas manos en mis jeans y abro lentamente, Ashton está del otro lado con una enorme sonrisa.
—Hola linda— se acerca a mí y besa mi mejilla, sus labios están fríos.
—Hola— sonrío ante su inigualable sonrisa — ¿Dónde vamos? — intento sonar casual para que no se dé cuenta que quiero presionarlo para que me diga, él sonríe. Se dio cuenta.
—Hoy abre una nueva heladería en el centro comercial— me mira con el ceño fruncido —, espero que te guste el helado, si no podemos...— lo interrumpo inmediatamente.
— ¿Bromeas? Adoro el helado— el gesto de Ashton se suaviza inmediatamente, para darle paso a una enorme sonrisa de satisfacción.
Me encanta toda la comida, helado, pizza, hamburguesas, fajitas, papas fritas bueno si sigo no terminaría nunca.
—Entonces vamos, luego debemos ir a un lugar especial— iba a decir algo pero él me interrumpió inmediatamente— no te diré, no lo intentes.
Me crucé de brazos y fruncí el ceño. Ashton soltó una fuerte risa.
Conversamos todo el camino de la escuela, los amigos (bueno sus amigos, yo solo hablé de Trent) y cosas sin importancia cuando llegamos a la heladería pedí mis sabores favoritos, helado de coco y chocolate, Ashton pidió vainilla y Banana Split. La heladería era muy linda, estaba ambientada a los años 50, el piso era blanco y negro.
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Editado: 26.06.2018