—Aléjate de ella idiota— la voz de Trent es dura.
Me alejo de Ashton y miro a mi amigo. Sus músculos están tensos, fulmina a mi acompañante con la mirada
—Te advertí que no la tocaras— habla nuevamente, aprieta la quijada.
— ¿Quién eres para decidir quién puede o no tocarme? — decido intervenir en la incómoda escena, Trent no me mira, sigue mirando a Ashton con fastidio.
—Soy tu mejor amigo y tengo todo el derecho a protegerte de imbéciles como él — hace un gesto con su quijada apuntándolo—. Partirle la cara y amenazarlo si es necesario—escupe cada palabra con enojo sin quitar la vista de repugnancia del chico a mi lado.
— ¡¿Lo amenazaste!?
—Hoy fue a la pizzería a decirme que si te tocaba me golpearía— dice Ashton indiferente mirándome— solo la besaba amigo, puedes estar tranquilo.
— ¿Qué solo la besabas? ¿Solo la besabas? ¡TU MANO ESTABA EN SU TRASERO! — Exclama furioso, se acerca rápidamente hasta Ashton, quedando a solo unos centímetros de su cara —. La vuelves a tocar y yo te mato— escupe con odio, tiene los puños apretados.
—Trent vete, espérame en mi habitación, allí hablaremos—mi tono es sereno, para intentar calmar el ambiente generado —, por favor— el me mira directamente a los ojos, por primera vez en lo que lleva la situación, me mira serio y asiente.
Entró a mi casa de mala gana dejándome con Ashton. Lo más probable es que me mire por la ventana.
—Lo siento— digo apenada.
—No te preocupes, aunque…— golpea suavemente su mentón con su dedo índice— podríamos tener una cita y compensar el mal rato— sonríe.
Una sonrisa se forma en mi rostro y asiento tímidamente.
—Estaría encantada, ahora debo irme, gracias por todo.
Él se acerca a mí y me da un casto beso en la mejilla.
—Adiós linda—se aleja rápidamente, me doy la vuelta y me dirijo a mi casa.
Linda, las palabras de Ash tienen un efecto es mis piernas, logran que tiemblen como gelatina.
Luego de pasar el momento Ashton me encamino hasta mi habitación y ver a mi amigo ¿Que le pasará a ese chico?
Arrastro los pies por el pasillo, quiero hablar con mi amigo, pero a la vez no. Estoy impresionada de no tener un dolor de cabeza muy intenso, quizás sea porque vomité todo el alcohol que bebí en el baño de Ashton, siento el calor en mis mejillas solo con recordar la vergonzosa situación.
Llego hasta mi habitación, tomo un largo suspiro y abro lentamente. Trent está sentado en mi cama con los codos apoyados en sus rodillas, su rostro está escondido entre sus grandes manos.
Cierro la puerta despacio y el me mira inmediatamente.
—Mels, yo lo siento... mucho—comienza a hablar calmadamente, recargo mi peso en la puerta.
— ¿Que te está pasando Trent? Tú no eras así ¿Desde cuándo te tomaste enserio el papel de "hermano mayor"?—hago comillas en las últimas palabras, mi amigo sonríe.
—Yo no me comporto como hermano mayor— ríe, sabe que no es verdad—aunque ahora que lo pienso, estoy protegiendo a mi hermanita con locas ideas en su cabeza.
—Muy gracioso— río sarcásticamente.
—Supongo que ahora viene la charla, ya que también tengo que hacer de padre.
Asiento con labios fruncidos.
—Bien entonces Melanie... ¿tú sabes cómo se hacen los bebes?— dice serio y yo asiento mordiéndome el labio inferior, aguantando la risa— cuando el papa pone la semillita en la sisi de la mama y esta gime…
—Para— digo alargando la palabra mientras sigo riendo—, si, lo sé
—No quiero que un hombre te toque, al menos hasta que estés casada y sea en tu noche de bodas— indica con seriedad.
—No sé si recuerdas, un hombre ya me tocó— puedo sentir como el calor comienza a subir desde mi cuello a mi rostro.
—Dime quien es para…— guarda silencio, para luego sonreír de oreja a oreja diciendo ' olvida lo que acabo de decir'—olvídalo— creo ver un leve rubor en sus mejillas.
Nos recostamos en mi cama y comenzamos a hablar, yo le dije que tenía el derecho de conocer a más chicos, salir y disfrutar, él también puede salir con chicas sin que yo le recrimine algo, aunque aún siento una punzada en el pecho cuando recuerdo que él estuvo con Sharon, pero no puedo objetar, Trent es solo mi amigo, puede estar con quien quiera.
El aceptó y me dio la razón, no volverá a importunar en mis asuntos, pero me dejó claro que estaría ahí para mí, como siempre lo ha hecho, como cuando Sharon y sus amigas me molestaban, o cuando mi padre no me llamaba para saber cómo estaba mi vida, o las muchas veces que lo llame solo porque no quería quedarme sola las noches que mi madre debía trabajar.
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Editado: 26.06.2018