Más que amigos

Capítulo 10-. Sacrificios

— ¿Estabas teniendo un sueño húmedo? — una incipiente sonrisa se forma en su rostro.

— ¿Qué te hace pensar eso? — pregunto fingiendo confusión, me incorporo para vestirme he ir a clases.

—Creí oír que gemías— toda la sangre escurrió de mis rostro, mi cara de asombro no se podía ocultar — ¿Soñabas conmigo? — mueve las cejas de arriba abajo repetidas veces.

—Bueno, bueno, sí era ese... tipo de sueño, pero es normal ¿cierto? — saco mi ropa de la escuela del armario.

—Si era conmigo, pues sí, es completamente normal soñar con el chico del cual estas completamente enamorada— dice serio, asintiendo con las cejas levantadas.

—Pues para tu información no soñaba contigo, era con Ashton, soñaba que le estaba haciendo una... — Trent pone sus manos encima de mi boca y no deja que termine de hablar, iba a decirle que estaba soñando que le preparaba una pizza, pero tengo una leve idea de lo que pensó que iba a decir.

—Ni se te ocurra decir eso, no puedo imaginarte haciéndole eso a Ashton— involuntariamente sonrío, a veces logra ser tan tierno ¿lo estoy mirando de una forma tierna? —, cuando ni siquiera me lo has hecho a mí —golpeo su brazo para que quite su mano de mi boca, él comienza a reír a carcajadas.

—Idiota, no quiero llegar tarde— agarro la ropa de la escuela y me dirijo al baño, antes de entrar me giro para hablarle—no quiero llegar tarde, vístete para la escuela— cierro la puerta detrás de mí de un portazo.

Como se me ocurre la mínima idea de que le darían celos a Trent, solo se burló de mí.

Luego de bañarme y vestirme en solo 15 minutos bajo a desayunar, huele a panqueques, obviamente Trent no está cocinando, entro a la cocina y veo a mi madre, una oleada de alivio me recorre, por una milésima de segundo pensé que a mi amigo se le había ocurrido la idea de cocinar y tendría que llamar a los bomberos. Trent está vestido y sentado en el lugar de siempre.

—Buenos días, Mami— me acerco hasta mi madre y beso su mejilla.

—Hola mi pequeñita — saluda animadamente igual que siempre.

— ¿Qué haces aquí idiota? — pregunto y me siento.

—Tienes que aprender modales Mels, pero no la culpo— habla dirigiéndose a mi madre—, usted la ha enseñado bien, ella es una terca. Tu madre me invitó a desayunar amiguita. —se burla.

Me quedo mirando a mi mama con los ojos entrecerrados.

—Hija, a Karen se le quemó la cocina— miro feo a Trent.

— ¿Qué? No me mires así, a ella se le quemo haciendo huevos revueltos— se defiende mientras levanta los hombros indiferente.

Creo que ambos son iguales, un recuerdo de Trent intentando cocinar un huevo en el microondas me invade.

—Ahora aprenderás a cocinar, Mels— un despeinado Trent metía un huevo al microondas.

Mi amigo se dirigió hacia el lavabo y tomo un vaso con agua, me miraba con superioridad, yo lo miraba con admiración, hasta que el microondas empezó a estallar, asustada me escondí detrás de él, Trent me tranquilizaba y como un héroe se acercó al microondas y lo detuvo, el huevo había estallado, yo me comencé a reír a carcajadas.

Sonrío ante el recuerdo, mi madre se acerca y nos entrega dos panqueques a cada uno, luego se aleja y sigue preparando más.

Cuando terminamos de ingerir nuestros panqueques como verdaderos puercos, nos quedamos viendo a la mujer que baila mientras cocina, para que nos sirva otra porción.

Mientras agarra un plato con al menos 10 deliciosos y sabrosos panqueques, con la otra mano agarra el sartén y lo deja en el lavaplatos, tirándolo.

— ¡Ay! Me quemé, arde— se queja mientras bruscamente suelta el plato en la mesa.

—Ajá sí, hola hermosura— le hablo al suculento panqueque que tengo en mis manos.

Mi madre me fulmina con la mirada, Trent coloca una cara de preocupado, fingida por supuesto.

— ¿Necesita algo? ¿Una bandita quizás? — Trent mira a mi madre con preocupación.

—No MI BEBÉ—dice recalcando las últimas palabras— estoy bien. — ruedo los ojos, siempre es así, la mayor parte del tiempo están en contra de mí, bueno, no realmente, pero mi madre y mi mejor amigo se llevan realmente bien.

Desayunamos en silencio, hasta que mi madre habla.

— ¿Cómo han estado? —Nos mira a ambos mientras toma un sorbo de café— ¿Se la pasaron bien en la noche?

Con Trent nos miramos extrañados

—Claro, lo normal— hablo confundida

—Hablo de la otra noche, cuando yo estuve en el trabajo— como un pedazo de su panqueque, lo que quiere decir que es nuestro turno de hablar.

— ¿A qué te refieres? — pregunto confundida, miro a mi amigo y él se encoje de hombros sin comprender a lo que se refiere mi madre.

—Melanie, no soy tonta, y tú— apunta a Trent con el tenedor—, la próxima vez bota el preservativo en tu casa, no me gustan esas cosas plásticas, prefiero al natural.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.