—Sube idiota— hablo desganada.
— ¡Melanie! — regaña mi madre, sonrío mostrando mis dientes, ella niega divertida.
Arrastro mis pies hasta el segundo piso, llego hasta mi habitación, Trent cierra detrás de él.
—Sharon es genial— habla mientras se lanza a mi cama, cruza los brazos detrás de su cabeza.
—Ajá— digo sin presentar alguna emoción.
Trent se sienta y me queda mirando, suspira.
—Mels, en serio, hasta hoy no sabía lo fabulosa que era.
— ¿No que ya habían estado juntos? — hago un gesto intentando explicar a qué me refiero.
Trent.
—Sí, pero es distinto, hoy pude ver como es ella realmente — miento descaradamente, ni siquiera sé porque sigo intentando causarle celos a Mels con Sharon, sé que ella no siente nada por mí, por lo que no debería sentir celos de Sharon.
—Por favor Trent, sigue siendo puta— suelta con rencor— no debí decir eso— se tapa la boca riendo, Sharon se haga ganado una mala reputación en la escuela.
—Mels, quiero que la respetes— de verdad quiero que lo haga, ninguna mujer, nunca debería ser llamada así, mucho menos por otra mujer— además es mi novia— claramente debería coser mi boca. Mels asiente aburrida.
— ¿No te parece increíble? — Pregunta tocándose el mentón con un dedo— ¿Quién iba a pensar que los dos empezaríamos una relación el mismo día?
—Y con distintas personas— susurro, logrando que Mels no me escuchara.
Luego de algunos segundos, en donde la sigo mirando disimuladamente, ella está perdida en sus pensamientos, fija su mirada en mí, yo le hago un gesto para que hable.
— ¿Por qué te vestiste así hoy? — habla tímida, mientras una mueca se dibuja en su rostro.
—Para la cita con Sharon— digo encogiéndome de hombros.
Claro que no fue para Sharon, fue para impresionarte a ti, para llamar tu atención, para saber si existía una pequeña esperanza de que te gustara, claro que ni siquiera te diste cuenta de que la usaba, las palabras en mi mente dirigidas a Mels suenan en mi cabeza, esperanzas de gustarle.
— ¿Te viste para impresionar? — alza las cejas un par de veces.
—No, ángel, yo me desnudo para impresionar— recuerdo cuando Mels me decía que un personaje literario decía eso, sé que le encanta. Empiezo a sacar mi chaqueta.
—ni lo intentes— bufó, supo enseguida lo que quería hacer— ni siquiera intentes compararte con él, además, ni te pareces.
—pero te encantaría que yo fuera él ¿No Melsita? — arriesgo mi vida al llamarla así, pero necesito jugar un rato con mi amiga y romper la tensión, desabrocho mi correo lentamente.
Ella sonríe ante mi gesto.
—Me encantaría Trensito chu chu — hace el gesto de tirar del claxon de un tren, comienza a acercarse a mi lentamente.
Está jugando conmigo también, rodea mi cuello con sus brazos, se muerde el labio, instintivamente cierro mis ojos.
Mels.
¿Quieres jugar conmigo? Yo también puedo jugar, me acerco a él lentamente, se ve realmente bien con esa ropa, muerdo mi labio inferior desde dentro. Rodeo el cuello de mi amigo con mis brazos, ahora muerdo mis labios coquetamente para jugar con Trent. El cierra los ojos, por acto reflejo miro sus labios, están a mi disposición, lo que hace que quiera besarlos.
La imagen mía besando a mi amigo pasa por mi mente, me alejo de mi amigo empujándolo suavemente.
—Mels...— Trent me agarra por la cintura y me acerca hasta él, comienza a acariciar mi rostro, causando leves cosquillas.
—Para...— hablo alejándome lo que más puedo de él, ya que aún me tiene sujeta por la cintura. —, tengo novio Trent.
—Lo sé, pero...— se levanta de la cama y me tumba en ella. Se saca la camiseta, veo su pantalón medio abierto, un escalofrío recorre mi cuerpo por la imagen.
Se pone a horcajadas sobre mí, besa mi cuello, dejando rastros de húmedas, se separa de mí un poco, poniendo atención a mi reacción, mi cuerpo no reaccionada a nada, ni golpearlo, ni acariciarlo.
— ¿Quieres que te haga el amor, bebé? — susurra tierno, atento a mi respuesta bebé ¡ASHTON!
— ¡TRENT! — lo aparto de mi rápidamente— vístete y sal de mi habitación ahora— mi voz sale firme, más bien no me encuentro gritando.
—Pe...pero Mels— comienza a hablar pero lo interrumpo.
—Se supone que ahora estamos de novios, tenemos que respetar a las personas, me lo acabas de decir — lo miro con un gesto de fastidio.
—Sí, bueno— rasca su nuca, una clara señal de que está nervioso.
—Lo que casi sucede, no se volverá a repetir ¿Entendido?— el me mira y me sonríe pícaro.
— ¿Lo que casi sucede? — mueve las cejas para arriba y para abajo. Su sonrisa se amplía un poco más.
— ¡Trent! — grito riendo ante su gesto.
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Editado: 26.06.2018