Más que una simple humana

Capítulo XII

Annie por su parte se había puesto los audífonos sin ser consciente de nadie, cantaba fascinada mientras en su libreta hacía apuntes, recostada en su cama boca abajo y recargando en su diestra su mentón, su rostro iluminado mientras pensaba. Sólo necesitaba que Loki se hiciera cargo de la casa por unos días en lo que se iba acercando a Alexander y sobre todo, para que le ayudara a cambiar su apariencia, necesitaba ser otra persona para realizar su misión.

A la mañana siguiente, cuando despertó, ni se molestó en buscar a Loki, solo hizo el desayuno para ambos sin esperar que bajase a desayunar con él. Sin embargo, cuando su ausencia se hizo más notoria, sí que se preocupó ¿y sí ya se había ido? Era un dios, tenía magia, la cual estaba recuperando, era más que factible, dio un suspiro frustrado poniéndose de pie, tirando la silla, así como las cosas que había en la mesa. Sus ojos centellaron apenas perceptiblemente, un gruñido salió de su garganta y se sintió otra persona solo por una fracción de segundo, miró las cosas en el suelo y suspiró, fue por un vaso de agua para intentar calmarse.

― ¿Y a ti que te pasa? ―cuestionó la desdeñosa voz del dios del engaño, que bajaba las escaleras lentamente, su mirada escrutadora barriéndola de arriba a abajo, pronto llegó al pie de las escaleras y se mantuvo estático unos segundos en su posición

― ¿Dónde estabas? Llevas mucho tiempo sin salir de tu habitación, suponiendo que estabas ahí―le miró, ambos pares de ojos se encontraron

― ¿Cómo te atreves a hablarme de esa manera? ―enarcó una ceja y acortó la distancia entre ellos, entrando a la cocina frente a ella―además, no es algo que te importe...―entrecerró los ojos, en una lucha de miradas que ninguno quería perder

―Me importa porque vives aquí―cruzó los brazos alzando la barbilla de manera altiva, frunció el ceño ligeramente al darse cuenta de algo importante― ¿Qué les pasó a tus ojos? ―

Sin darle más importancia a sus palabras, le tomo de la barbilla acercando sus rostros más de lo que debería y sonrió cuando la mortal jadeó de sorpresa, delineó los labios ajenos con su pulgar, disfrutando de la imagen que ante él se presenciaba pues se le veía sonrojada, haciendo que el mismo se relamiese los labios en expectación a lo que podría hacer con ella, era una imagen tierna y erótica a la vez, pero logró frenar sus instintos a tiempo, solo acercando su boca a la oreja ajena, haciendo que su respiración se cortara y él se sintiera satisfecho por provocar tal reacción en la más bajita.

― ¿Para que quieres esas pelucas? ―susurró y luego, sin más, la soltó alejándose lo suficiente como para no ser herido en algún desplante de la mujer, con una sonrisa burlona en los labios

La miró, ella se mantuvo quieta unos segundos, la vio morderse el labio inferior con algo de fuerza mientras cerraba los ojos con fuerza, más roja de lo que estaba, notó sus manos cerradas en forma de puños y supo que fue buena idea alejarse, al paso de unos segundos de incómodo silencio, la mujer abrió los ojos, la pupila más afilada que de costumbre, cosa extraña.

Sabía que no podía reprocharle lo que acababa de hacer, lo necesitaba, ¡necesitaba su ayuda para su venganza! Tuvo que usar todo su autocontrol para no ir hasta él y darle una bofetada, se tragó el orgullo herido y calmó sus emociones tanto como le fue, le miró, los ojos más fríos que alguna vez haya usado, con la mandíbula tensa, necesitó darse unos cuantos segundos más antes de hablar, dio un suspiró y se sintió lista para ello.

― ¿Recuerdas que necesitaba tu ayuda? ―dijo, con voz trémula―pues necesito que me ayudes a cambiar mi apariencia―

―Vaya...―ciertamente, no se esperaba aquello―pensé que querrías ayuda con las labores domésticas de este... lugar―echó una mirada a su alrededor

―Y así era, pero esto es mucho más importante que algo tan estúpido como eso―concedió poniéndose en cuclillas comenzando a recoger las cosas del suelo

Loki la miró, verla así le provocó... De nuevo. Pero se calmó tan rápido como la idea de tenerla de rodillas frente a él ocupando su boca en otro asunto en vez de usarla para regañarle llegó a su mente.

―Debes estar desesperada―dijo resueltamente

―Lo estoy―puso las cosas en la mesa y se sirvió más agua― ¿podrías hacerlo? ―

― ¿Ahora? ―alzó una ceja sin comprender la necesidad palpable en su voz

―Ahora... confío en tu buen juicio para escoger mi nuevo estilo―dejó el vaso en la encimera y se plantó frente a él con un gesto derrotado

El hechicero asintió,

EL fulgor verde característico de la magia se desprendió de sus manos y las posó sobre los hombros ajenos, apretando estos suavemente, pronto un fulgor dorado envolvió el cuerpo de la más joven por breves segundos, segundos suficientes en que su magia escaneó su anatomía haciéndole estremecer, jamás había sentido su magia vibrar cuando la utilizaba en otro ser vivo, pero eso no fue lo que más le sorprendió.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.