Llevo esperando a Matías por mucho tiempo, me estoy desesperando. ¿Le habrá pasado algo malo?
- María...
María esta tan ansiosa que golpeó a Matías con el regalo que le traía.
- ¿Por qué me golpeaste?
- Porque nunca venias, y también, esto es para ti.
El regalo era una almohada de viajes, así que realmente no fue un golpe doloroso.
- Perdón por venir tarde.
- Estás perdonado.
Ambos sabían que tendrían que esperar un poco más antes de vuelo, así que María pensó en cosas para hacer.
- Tomémonos fotos por favor, en algo bonito que encontremos.
- Yo ya vine aquí antes.
- Creído.
- Porque crees que tenia una visa de turista. Por cierto, ¿Cómo le hiciste para tener una Visa?
- Tengo contactos en el más allá.
Para matar el tiempo estuvimos en todos los lugares posibles, fue mi idea llegar temprano, porque es mi primer viaje en avión. Y al final, después de ver todo lo posible del aeropuerto llegó el momento de abordar al avión, espero que no haya problemas con positivo al alcaloide cocaína
- Ya estás lista, no te falta nada ¿todo bien?
- Sí, pero algo nerviosa
- En serio.
- Es que vamos a un lugar muy lejos, sin mi familia. Y ¿tú no sientes nada o eres de piedra?
- Yo estoy bien, no estoy nervioso.
Mamá, no puedes escuchar este mensaje, pero ya me voy, y espero regresar, cuídate mientras no esté.
Nuestros asientos estaban juntos permití que Matías tuviera el asiento junto al pasillo, porque suele ir mucho al baño. Al pasar el tiempo todo parecía tranquilo, excepto por mí, deseaba que la azafata llegará o haría una escena en el avión (Obviamente no).
Me esforcé en no perder la paciencia y explotar. Matías parecía sospechosamente tranquilo y me ayudo a no volverme loca por todas las casi cuatro horas en el avión.