Matricidio

CAPITULO: 1

PUNTO DE VISTA DE LA AUTORA

-. Rebecaaaa - Alicia la llamaba desde la cocina, y ella no quería dejar su cama era su mes de vacaciones, y si por ella fuera solo estaría metida en la cama – baja o iré por ti

Rebeca daba vueltas en su cama, su hermana podía ser una autentica molestia, la señorita perfección, tenía 22 años un novio que es un modelo de revista (aparte de abogado), con un gran futuro, un negocio que va creciendo día a día y planeando una boda por todo lo alto.

En cambio ella solo tenía su puesto de gerente en un hotel cinco estrellas, soltera y sin ganas de amarrarse a alguien de por vida. Apenas tiene 28; pero en su familia tanto paterna y materna ya es considerada una reverenda solterona, la cual se quedara a vestir santos o de niñera de sus sobrinos.

-. Ya voy – grita y se despereza sobre su cama esta con una pijama rosa pastel súper pequeña de una sola pieza, que más parece un polo que una pijama.

Se levanta, se asea y se coloca un short para evitar los comentarios de su adorada hermana, en la cocina se encuentra Alicia, Rosa (su nana), Owen (su padre) y Adrián (su hermano que aun estudia psicología y es un adonis andante, también perfecto). Solo ella es considerada la oveja negra de la familia.

Saluda a todos y Rosa le alcanza su jugo de arándanos junto a unos canapés de pimiento soasado, que son sus favoritos. Todos tienen la mirada en ella y su padre es el primero en tomar la palabra.

-. Hija ¿dormiste bien? – era su manera de tantear el ánimo de ella

-. Sí, papá – se estaba preparando mentalmente para el sermón de siempre

-. Me alegra oír eso – esboza una pequeña sonrisa.

-. En serio – comienza a ponerse a la defensiva

-. Pequeña, sabes que te quiero

-. Y yo a ti – responde con algo de desgano

-. Y porque te quiero, ¿me preocupa tu futuro?

-. Ya te he dicho no me interesa estar amarrada alguien, amo mi trabajo y mi estilo de vida…. Y si te molesta tenerme en casa puedo mudarme

-. Rebeca – Alicia es quien interviene

-. Es la verdad – se encoge de hombros

-. No hija, eso no es lo que quiero sabes que aquí en la casa hay espacio suficiente para todos; y aun cuando cada uno decida formar su familia me gustaría que vivan en los alrededores.

Por si lo olvide el padre de Rebeca tiene una finca inmensa y antes de que su esposa muriera habían construida cuatro casas una para cada hijo y su familia y la otra para ellos.

Es por eso que su padre trata a toda costa de que Rebeca acepte, es la única que falta dar su respuesta.

-. Lo sé; y quisiera mudarme para vivir sola

-. Hija sé que con tu trabajo, estas bien; pero en memoria de tu madre debes cumplir su último deseo

-. No estoy segura de querer aceptar esa condición y la herencia; ellos me harán daño, no me quieren

-. Cariño – su voz tiene un dejo de melancolía – sé que la familia de tu madre es complicada; pero llevas su sangre aunque ni a ti ni a ellos les gusta

Alicia y Adrián se mantenían al margen ellos sabían lo que le costó aceptar la muerte de su madre… Ellos eran hijos de la actual esposa de Owen.

-. Y es por eso que me odian – dejo su plato y salió rumbo a su cuarto, nadie fue capaz de pronunciar algo al respecto.

Rebeca en su habitación trato de retener las lágrimas, era muy doloroso recordar todo lo que la familia de su madre le había dicho; ellos en serio la odiaban.

Se vistió necesitaba alejarse de todo y por eso llamo a Cristian él era el único amigo en el cual confiaba, y el único que la soportaba.

Le había tendido la mano innumerables veces, y él era más como su hermano que otra cosa, sabía cada cosa que le había sucedido y estaba con ella en las buenas y en las malas.

Su amistad empezo con "me caías mal"




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