Capitulo 13.

Un dolor infernal inundaba mi cabeza. No podía levantarme, cualquier esfuerzo que hacía dolía y lo peor es que no sabía porque.

No recordaba nada de la noche anterior, los rayos de sol ya quemaban mi cuerpo. Cerré los ojos para dejar de pensar tanto y tratar de que este dolor se me quitará.

Escuche como la puerta de la habitación era abierta. Seguía sin abrir los ojos, no quería que Christian me viera despierta y seguramente ya con un aspecto terrible.

-¿Qué paso ayer?- pregunte sin contenerme.

mi voz se oía ronca y rasposa. Sentí como el colchón se hundía, indicándome que Christian ya estaba sentado. Coloco una mano en mi pierna y suspiro.

-Ayer fuimos a festejar a un bar, la estábamos pasando bien. Tú estabas en buen estado y quisiste ir al baño, lo cual no quisiste que te acompañará. Al salir del baño un hombre quiso aprovecharse de ti.- con esas últimas palabras abrí los ojos como plato y seguí escuchando atentamente.- cuando llegue al baño, tu te encontrabas tirada en el piso inconsciente. El animal ese no pudo aprovecharse de ti.- mi ahora marido apretó las manos en puños y cerro los ojos.

Aún no podía creer que todo eso hubiera pasado, sabía defenderme pero cuando una persona era mas fuerte que yo, era simplemente imposible.

--Llegué a tiempo, si no de verdad no se que hubiera pasado.- Christian lo decía con enojo, desesperado.

-Hubiera sido violada, eso habría pasado.- me acomode mejor en la cama, para asi tener una mejor postura.

-Pero llegue a tiempo, mi amor, no sabes lo que sentí al verte ahí tirada. Indefensa y sin poder hacer nada tu.- me miraba aterrado, desesperado. Me tomo de ambos brazos y me acerco a el. Su loción se coló por mis fosas nasales y yo también enredé mis brazos entorno a el.

-Gracias, muchas gracias por llegar a tiempo y salvarme la vida.- lo abracé fuerte y unas cuántas lágrimas salieron de mis ojos. El acariciaba mi espalda, tranquilizándome.

-Estoy contigo Jessica, mientras estes a mi lado, nada malo podrá pasarte.- colocó un mechón seguramente alborotado de mi cabello tras de la oreja y me miró tiernamente.

Y no sé porque, pero algo dentro de mi decía que me dejará llevar o guiar por sus palabras. Lo único que pude hacer en ese momento fue besarle. Lo bese con tanta desesperación, agradecimiento y uno que otro sentimiento de cariño que ya crecía dentro de mi.

Christian me correspondió y rodeo mi cintura con sus fuertes brazos. La posición era algo incómoda asi que me colocó encima de el y seguimos con aquella batalla. Introdujo su lengua en mi boca y empezamos una danza suave, llena de algunos sentimientos y agradecimiento en ello. Me separé de el a regañadientes porque no dejaban de tocar el timbre.

Nuestras respiraciones eran como si hubiéramos corrido un maratón, una carrera de millones de kilómetros. Me levante de encima de el para poder abrir la puerta. Seguramente mis mejillas estaban mas sonrojadas que cuando me colocaba rubor, lo miré y el negó con la cabeza al ver que yo quería abrir la puerta.

Me dio un último beso y después de tomar un suspiro, salió de la habitación. Me volví a tumbar en la cama y cerré los ojos frustrada. ¿Cómo era posible que yo me dejará llevar asi? No era posible que yo haya hecho eso. Estoy mal, solamente lo hice por agradecimiento y una gran parte de mi, estaba deseando besarlo.

Me toque los labios, los sentía dormidos, como si los labios de el todavía estuvieran ahí. Sin embargo la soledad me hizo notar que no, mis labios se sentían fríos y sin ningún hormigueó en ellos. Un poco estresada por pensar en eso, me levante de la cama y me puse las sandalias. Fui directamente al baño a echarme un poco de agua fría, no podía estar sintiendo estas barbaridades. Me di una ducha rápida, pues la playa el calor era infernal, insoportable y sofocante.

Tocaron la puerta cuando yo ya estaba por acabarme de vestir.