Matthew

15


 

Han pasado lo tres días de reposo que me indicó la doctora Coleman — quien por cierto, no sabía, es la mamá de Matthew y Danny — y hoy finalmente regreso a la universidad. Ya no tengo los puntos y solo quedan muchas, pero muchas líneas rojas en signo de cicatrización de cada una de las heridas.


 


 

No hemos tenido ni una sola señal por parte de Caleb, y eso me preocupa, aunque esté acompañada siempre estoy alerta, ni estando a lado de Matthew me permito bajar la guardia, ya no se hasta qué grado de obsesión puedan llegar sus acciones.


 


 

Bajo por el ascensor del edificio junto a Matthew, quien estos días ha estado viviendo en mi departamento, nos despedimos de pasada de Dean y caminamos hacia su Jeep, abre la puerta para mi y me ayuda a subir, me ha estado cuidando demasiado y yo le digo que no es necesario; porque no lo es, todavía duelen las heridas, pero ya están cerradas, y eso es lo importante.


 


 


 

— ¿Y Danny? — pregunto por ella.


 


 

— Ya ha de estar de camino igual que nosotros. Tiene su propio auto, pero es muy floja para manejar — se ríe.


 


 

El camino sigue en silencio, con la música de Conan Gray de fondo, llegamos a la misma hora que los días en los que iba a la USF. Baja del lado del piloto, y antes de que pueda reaccionar lo tengo frente a mi puerta. Me tiende su mano y bajo de la camioneta.


 


 

Caminamos hasta la entrada del edifico de mi carrera.


 


 

— Me marcas cualquier cosa ¿Okay?


 


 

— Claro — me despido de él dándole un beso en la mejilla.


 


 

Le da un ligero apretón a una de mis manos — que por cierto, no me había dado cuenta — que teníamos entrelazadas, y me separo de él adentrándome al edificio.


 


 

Lo bueno de que la gente madura en la universidad, es que no se interesan por uno ni se meten en lo que no los llaman. Sigo mi camino hasta mi casillero, donde busco los libros que me tocan para las siguientes clases de hoy.


 


 

— Noah — volteo a ver a mis espaldas y veo a Danny caminar hacia mi.


 


 

— ¿Me extrañaste? — pregunto divertida.


 


 

— La verdad si — alarga la ultima letra de "si" — las clases sin ti eran un martirio de aburrimiento — dice exagerando un poco la voz.


 


 

— ¿Qué? Por Dios, solo fueron tres días los que falte. Aparte, nunca hablamos bien en clases, preferimos siempre tomar apuntes 


 


 

— Cierto, pero si fue extraño no tenerte. Vamos — me jala de la mando mientras rápidamente cierro mi casillero y camino con ella.


 


 


 


 

Las clases se van igual a las anteriores, o bueno... algo así.


 


 

Claro que me perdí de muchas cosas y aunque Danny me pasó los apuntes estos días que estuve en el departamento, hay varios temas que no comprendí muy bien a falta de explicación.


 


 

Entramos a la cafetería y buscamos a Becky entre las mesas del lugar para ir con ella. Cuando la divisamos bien, vemos que no está sola. Su hermano se encuentra con ella.


 


 

¿De qué me perdí?


 


 

— Hola... — saludo al llegar a la mesa.


 


 

— Hola Noah — saluda este alegremente — ya no te habíamos visto estos días.


 


 

Volteo a ver a Becky, espero que no le haya dicho nada.


 


 

— Si, tuve unos problemas personales — contesto.


 


 

Tomamos asiento y las cosas se sienten un poco tensas. Pero no puedo hacer nada, es el hermano de una amiga y lo más probable es que ya hallan arreglado las cosas entre ellos sobre el fin de semana antepasado. Aquí la pregunta es ¿Y Jordan y Flynn?


 


 


 

— Pero miren nada más, la desaparecida ya aprecio — escucho la voz de Jordan.


 


 

Hasta parece que los invoqué.


 


 


 

— Chica, ¿qué te paso? — pregunta Flynn sentándose a mi lado — no te vimos durante tres días y ellas nos dijeron que no sabían nada — las señala — te extrañe, aunque no se si ya nos perdonaste — lo último lo dijo en voz baja, su voz sonó apenada.


 


 

— Creo que los hicimos  sufrir bastante la semana pasada — contestó dotando una risa. Aunque quisiera no puedo estar enojada con ellos, son lo único que tengo aquí en San Francisco.


 


 

— Te quiero — dice este abrazándome haciendo que soltase un pequeño gemido de dolor, porque si, apretó justo en esa parte.


 


 

Instantáneamente las chicas voltean a verme preocupadas, pues saben que aún siento dolor y tengo muy sensible ciertas áreas del cuerpo.


 


 

— Yo también, pero necesito que me sueltes — digo con voz magullada.


 


 


 

Lo bueno, es que lo hace, Flynn me suelta y podemos seguir la conversación con más normalidad.


 


 


 

• • •


 


 


 

Me encuentro platicando con Matt en la clase que compartimos, es una materia de relleno y no estamos haciendo nada. Que desperdicio de dinero, nos cobran una muy buena lana por ella y no hacemos nada.


 


 

Unos toques se escuchan en la puerta y posteriormente es abierta. Toda la clase queda en silencio.  Un chico un poco más grande que todos nosotros aquí se asoma y creo que es quien me recibió cuando vine a pagar el semestre.




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