Una fuerte turbulencia me despierta de golpe. Sobresaltada veo a todos lados y me doy cuenta del gran caos qué hay.
— ¡Vamos a morir! — gritó Dean desde su asiento.
— ¡No vamos a morir Dean! ¡Tranquilízate! — escuche como le contestaba Danny de forma desesperada.
— ¡¿Por qué tanto alboroto?! Solo es una turbulencia — solo dije eso y el avión se estabilizó.
Todos guardaron silencio y hubo un momento de paz.
— Bien, ya no vamos a morir — volteé a ver a Ian.
Una azafata salió a ofrecernos algo de agua y disculpas por parte del piloto por el movimiento. Pero que ya todo estaba estable.
No estábamos muy lejos de llegar a Perú. Según nos habíamos informado, todo lo que teníamos que seguir eran las 7 maravillas del mundo. Al estar en el mismo gran continente no había mucho problema con el tiempo de llegada.
Se que suena ilógico, pero estos diarios fueron esparcidos al rededor del mundo y uno de ellos está escondido dentro de una de las maravillas. Creo que ese es el cuarto, el primero lo tengo yo y lo encontré en un lugar lejos de ser considerado una maravilla.
La persona que los escribió realmente se las ingenio muy bien para perderlos.
Otra fuerte turbulencia volvió a dar y todos nos volvimos a sacudir. Creando el caos de nuevo.
— Moriremos todos — dijo simple Blanchard desde su asiento y todos volvieron a guardar silencio volteándolo a ver.
— Se los dije — seguido de eso se escuchó un golpe — Auch, no entiendo porqué tanta agresividad, Daniela.
— No seas dramático, Dean — se escuchó otro en la parte trasera de mi asiento.
— Estamos sobrevolando el Océano Pacífico, yo creo que está en su total y pleno derecho de dramatizar todo esto si se llega a caer el avión — Dios mío. Blanchard ni ayuda.
— Señor, le pido de la forma más respetuosa y amable posible que cierre el hocico porque no está ayudando — Danny alzo las dos cejas.
— Yo digo que todos se callen, nadie hable y esperemos a aterrizar en Perú — dijo Matt con tono de fastidio.
Recargue mi cabeza en su hombro y sonreí al escuchar el silencio. Me dolía la cabeza, creo que es por la altura.
Ian estaba en su computadora junto con Joe checando unas cosas. Los tenía enfrente y podía observar cada uno de los gestos que hacían. Al lado de ellos estaba Becky intentando ver lo que hacían; su típica cara de interesada se notó cuando su mirada cayó en el rostro de mi mejor amigo.
Paseé la mirada entre toda la fila frente a mi. Hank y Adeus estaban hablando algo entre ellos, a la vez que tenían la mirada fija en mi y en Matthew.
¿Le estará diciendo lo que escuche en la fiesta?
Tengo que descubrir que es lo que es Matt antes de que ello puedan hacer algo o utilizarlo contra nosotros. Aunque según esto ellos nos necesitan para esta misión. Tengo confianza en que lograremos voltearles la jugada. Así como todos quieren voltearla.
Este avión bien viene lleno de hipocresía y falsas promesas que me sorprende que aún no haya caído.
No me gusta seguir perdiendo el tiempo. Me levante de mi lugar y dándole una mirada a Matt le di a entender a donde iría. Tome mi bolso donde llevaba el diario y caminé hacia el baño. Le coloqué el seguro a la puerta y bajando la taza del baño saqué el diario.
Las imágenes de los proyectos y sus resultados eran impresionantes, jamás las superaré. El talento del autor de los diarios tenía talento para esto.
Las expresiones se te quedan grabadas en la mente.
Comencé a leer.
"Noviembre, 1957
Existen leyendas que hablan sobre tecnología de otro planeta. Pero la única manera de conseguirla es yendo a los lugares más recónditos de la tierra. Pero se que no solo es así. Se encontraron unos jeroglíficos con pistas de dónde se encuentran. Anoté varios de ellos, pero aún no logro descifrarlos."
Unos toques en la puerta interrumpieron mi lectura, rápidamente escondí el libro en mi mochila y abrí la puerta. Matt estaba parado frente a mi y se abrió paso adentrándose conmigo en el baño.
— Me aburrí solo allá afuera ¿ya encontraste algo? — negué.
— Esto es muy raro. En una pagina habla sobre todos los proyectos más importantes dadas en esa época y casi al final de todas las paginas hablan sobre una tecnología casi mágica. Es la tecnología de la que habla Hank y Blanchard que viene en los diarios y los necesitan los cuatros para encontrarlos — le expliqué en voz baja. Nadie sabía de esto.
— Cuando lleguemos allá necesitamos encontrar un lugar para poder leerlo y jamás dejarlo solo — asintió Matt comprendiendo mis palabras — sea lo que sea debemos evitar que junten los cuatro. Ahora, ya estamos por aterrizar, vamos afuera —
Asiento y dejo que Coleman abra la puerta para poder salir y otro turbulencia nos pega, sacudiendo el avión. No había terminado de guardar el diario en el bolso y se me cae de las manos junto con la mochila hacia el pasillo. Me agarre del marco de la entrada y levante la vista buscándolo, topándome con Hank y Adeus afuera del baño, y la vista en el libro.
Me lleva la...
Editado: 28.10.2020