Mausoleo

Capitulo 1.

Capítulo 1: Inexperiencia 

 

¿Cuáles son las personas más fáciles de matar? Es una pregunta que podría hacerse cualquiera, pero Ignis empezaba a plantearse seriamente, ya han pasado dos años desde que decidió aceptar que debía matar, si quería superar su miedo, su habitación estaba repleta de fotos   forenses, recortes de periódicos, testimonios policiales, si este quería hacerlo bien tenía que planearlo con delicadeza.

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Examinó por varias días e inclusive meses a quienes podría asesinar, su agenda y su memoria estaban perfectamente sincronizadas,  primero descarto a las personas cercanas a este, entendió que es muy arriesgado por si lo llegaban a descubrir,  así que daba paseos diurnos y nocturnos con el fin de conocer a los pobladores más vulnerables, si de cuenta de un patrón y de una lógica urbana, se trataba de aquellos rechazados por la sociedad: los vagabundos.

 

Al determinar que su primera víctima  sería uno, este empezaba a estudiarlos, dibujarlos en su cuadernos y recordar sus hábitos, el lugar donde más habitaban eran en el terminal de transportes de la ciudad, en las noches  estos se amotinaron en los asientos, eran bastante famosos por ello tanto así que la mayoría de gente en el transcurso del día se negaban firmemente a usarlos.

 

Ignis se mostraba agotado físicamente, su trabajo como personal de ayuda tenía un horario contraproducente a su nueva meta, él pensó en retirarse muchas veces, pero también al llegar a casa y ver toda la información que compiló lo hacía querer seguir esforzándose, a disfrutar todo este proceso, a deleitar la cacería.

 

Aunque estas sensaciones lo hacía sentir incómodo, él no hacía esto por placer, todo lo contrario lo hacía para someter su oscuridad,  dedujo que como ser humano vicioso y corrompible este tenía una debilidad astillada en su espíritu, pero al desapropiarse de todo logra estudiar sus emociones y pensamientos.

 

Este ejercicio lo mantenía cuerdo, ignis  inició otra noche de investigación, se camuflaba con los viajeros  de la mañana y los nocturnos a esas altas horas de la noche, eran escasas personas, pero   este lograba hacer las filas fingiendo ser un cliente, este ya lo había repetido por una semana y estaba muy atemorizado  con que descubrieran que no era un cliente, tenía que tomar la iniciativa, logró ver como un hombre de la calle salía del terminal paro fumar un cigarro

 

Ignis conocía  su comportamiento,  era un drogadicto,  algo famoso por tener la costumbre de fingir sus artes marciales    en pleno sol del mediodía, era como una especie de bufón citadino, ya había tenido problemas con la policía por situaciones sanitarias, Ignis sale  de la fila a paso normal para no levantar la atención, no sería raro que dejara alguna mochila dentro, eso pensaran todos.

 

El siguiente paso es muy importante, el arma homicida, ¿qué debía de usar para matar? Existen muchos objetos  para matar a un humano, pero la pregunta real que se hacía Ignis era ¿Qué arma me haría sentir más la muerte? Es una  cuestión ya rozando límites estéticos, así como al pintor le preguntas sobre colores, así como  al escultor le preguntan de materiales, al asesino le preguntan de armas, por lo que debía ser algo íntimo.


 

Pero este joven y  aun inocente ser no lo interpretaba para nada como un arte, más bien lo vería como una terapia, como una filosofía de vida casi religiosa que lo haría madurar, que lo haría ascender, este se prometió nunca ver estos actos como si se tratasen  de algo hermoso, era horrible y este lo sabía, por pura nostalgia y recordatorio  utilizará la misma arma que una vez este vio que usaron, sentía un peso mayor a su filo y una  practicidad que evocaba emociones, utilizara en su primer asesinato un puñal de campamento que se guardaba en el bolsillo interior de su saco.

 

A paso torpe este logra salir del terminal de pasajeros por la puerta principal, su andén estaba algo sucio, el mayor problema sería la pregunta número tres ¿dónde debería matar? Esa situación es la que más limita y ya no se basa en cosas intrínsecas de Ignis, tenía que ahora evocar a la inteligencia  y creatividad para la resolución de estos problemas, las cámaras de seguridad apuntaban directamente  hacia la puerta del terminal, pero tenían un punto ciego   a una cuadra siguiente en la cual había un profundo callejón oscuro al cual todos recurrían de día, pero temían de noche.

 

Guiado por el olor a nicotina y la pobre luz que guiaba la flama del cigarro, era como una especie de fuego espectral que flotaba y bailaba en la oscuridad nocturna, Ignis  respiraba hondo, pensaba con delicadeza lo que pasaría, sus sentidos estaban teniendo su  potencialización más fuerte en su vida,  usaba su mirada periférica para guiarse, pero cuando ya estaba a unos escasos metros de ese vagabundo, se da cuenta de que había otro tirado en el suelo hablando con él, al parecer estaba traspasando  una droga o algo así, estos al percatarse de ignis   empezaron a gritarle para intimidar y decidieron acercarse.

 

Ignis camino unos metros más para atrás, su mente le fabricó la idea de que esto era una locura, vio como  ellos dos sacaban una navaja  y lo amenazaron con ello, ese miedo, ese miedo a morir,  volvió a encarnarlo y lo paralizó, solo respiraba fuerte y miraba a todas  las dirección , por un momento pensó que estos dos años donde su mente de forma ininterrumpida con la idea de matar se había escondido justo cuando más la necesitaba.



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En el texto hay: muerte, miedo, superarse

Editado: 12.10.2022

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