Ominis, sonriendo con entusiasmo, acepta la propuesta: "Bien. Sí. Vamos a hacerlo. En... en la sala común. Más tarde." Su animación sugiere una mezcla de emoción y curiosidad por los resultados.
En la siguiente escena, Maxine y Ominis se reúnen en la sala común, y posteriormente, se aventuran en el Bosque Prohibido para realizar la poción. Ominis, confiado, afirma: "Esto... esto... va a funcionar. Tiene que funcionar." Su determinación destaca, pero Maxine, preocupada por la peligrosidad de la Amortentia, cuestiona: "Pero aún, Ominis, pienso que la Amortentia se considera una poción increíblemente peligrosa, ya que nunca se debe subestimar el enamoramiento obsesivo. ¿Estás seguro?"
Ominis, persistente, responde: "Por eso... por eso... por eso... la vamos a hacer... la vamos a hacer... perfectamente. Debe... debe funcionar correctamente. No... no debe fallar." Su seguridad contrasta con la inquietud de Maxine, quien, consciente del riesgo, pregunta: "¿Por qué quieres hacerla con tanto esmero?"
Ominis, motivado por la posibilidad de descubrir lo que sucederá, afirma: "Pero... pero... es como... como una oportunidad de ver... que pasa cuando... cuando eso pasa. Podría... podría no funcionar, por supuesto, pero... pero es un... un riesgo realmente que me... me gustaría tomar."
Ominis, enfocado en el experimento, agradece la confianza de Maxine y expresa su deseo de descubrir qué sucederá con la poción. Aunque promete informar al Profesor Sharp si surge algún problema, Ominis insiste en que no espera que haya complicaciones.
Maxine, confiando en las habilidades de Ominis, le ofrece su apoyo y dulzura. Ominis, sonriendo mientras continúa con la preparación de la poción, se muestra seguro de que todo saldrá bien.
Ominis, quizás ansioso por explorar los efectos de la poción, sugiere usarla si funciona correctamente. Maxine, que comprende las propiedades de la Amortentia, menciona que podrían usarla. Sin embargo, su pensamiento revela que duda de su efectividad, considerando que la poción tiende a potenciar el gusto de alguien por otra persona, más que inducir el amor real.
Ominis, quizás sin captar las insinuaciones de Maxine o mostrando cierta timidez al respecto, continúa con los preparativos, expresando la posibilidad de usar la poción en alguien en particular.
Maxine, intrigada por el comentario de Ominis, bromea sobre la posibilidad de travesuras. Ominis, sonriendo y aparentemente avergonzado, revela su deseo de entender el amor. Aunque duda de sus propias palabras, Maxine, percibiendo la tristeza subyacente en Ominis, lo consuela, expresando que no es tonto.
Gaunt se encontraba ante el caldero, inmerso en la creación de una poción. Su rostro reflejaba una sonrisa que, aunque persistente, no ocultaba cierta duda. Parecía debatirse internamente sobre la sabiduría de continuar con la elaboración de aquel elixir. A pesar de sus dudas, su expresión facial revelaba sinceridad, pues Ominis no era un buen actor, y sus preocupaciones eran palpables.
Mientras Ominis sostenía la cuchara en el aire, Maxine Borage sentía el latir acelerado de su corazón. La tensión en el aire era palpable, y Maxine no podía evitar pensar que las palabras de Ominis podrían ser su perdición. "Tú me quieres... ¿no?" bromeó Ominis, aunque su semblante denotaba autenticidad y preocupación genuina por la respuesta.
En la mente de Maxine, las palabras resonaban con fuerza, como un eco que retumbaba en su interior. "¿Qué dices, Ominis? ¿No mides tus palabras?, Dios va a matarme", pensó con inquietud. A pesar de sus temores, la respuesta de Ominis llegó con una sonrisa reconfortante. "Sí, te quiero", afirmó, disipando las sombras de la incertidumbre en el rostro de Maxine. La promesa de Ominis de no prohibirle tomar la poción era un bálsamo para su alma.
Ominis Gaunt, con una sonrisa en el rostro, evaluó los resultados de la poción que había preparado. "Por lo visto, sí, la poción se ve bien", expresó, aunque sus palabras dejaban entrever una sombra de duda. Tras una breve pausa, Ominis dio un paso hacia adelante, sus ojos se encontraron con los de Maxine.
"Pero... la usaremos... la usaremos", murmuró Ominis, y su mirada se volvió más intensa al dirigirse a Maxine. "Y... a ti... ¿te querré? De verdad? ¿Me querrás de verdad?", preguntó con una ansiedad palpable en su voz, dejando que las preguntas flotaran en el aire.
Maxine Borage sintió un nudo en el estómago ante la incertidumbre de las palabras de Ominis. "¿Ominis, qué dices?" pensó, mientras la preocupación se reflejaba en su rostro. Ominis respondió con una risa amigable, asegurando: "Yo te quiero ahora, sin los efectos de la amortentia. Eres mi mejor amigo", y su sonrisa tranquilizó las preocupaciones de Ominis.
La respuesta de Ominis provocó otra sonrisa en Maxine, quien se dejó llevar por la cálida sensación de afecto. Ominis, aún sonriente, correspondió a sus palabras: "Bueno, de verdad, me quedo con eso", dijo con sinceridad, dejando en el aire una declaración que resonó en el corazón de Maxine. Tras una breve pausa, Ominis añadió: "A ti también te quiero".
Maxine, con una sonrisa, respondió con cariño: "¿Vas a probar la amortentia?", sugiriendo con ligereza el giro de la conversación, mientras el ambiente se cargaba con la complicidad de sus sentimientos.
Ominis, con una sonrisa serena que iluminaba su rostro, se acercó con calma a Maxine, tomando suavemente su hombro. "No... no creo... que lo necesite...", dijo con tranquilidad, dejando que sus palabras fluyeran pausadamente en el aire cargado de expectación.
Tras una breve pausa, Ominis continuó, sus ojos fijos en los de Maxine, "No creo que la necesite para... te querré... sin... sin la poción", añadió con una sinceridad que resonaba en sus palabras. Ominis, con confianza en sus sentimientos, volvió a sonreír, como si sus emociones fueran un secreto compartido solo entre ellos dos.