En un momento íntimo, Ominis Gaunt comparte un deseo sincero con Maxine, pero ella, en tono jocoso, le advierte sobre la importancia de no decirlo en voz alta para evitar que se cumpla. Esta interacción añade una ligereza encantadora a la escena, mientras Ominis, obediente, en su mente su deseo: "Yo... te deseo a ti toda una vida llena de éxito, amor y bondad." La paleta emocional se expande con la respuesta de Maxine, quien siente que se ha enamorado un poco de Ominis. Este matiz sutil añade una nueva capa de complejidad a la relación entre los personajes, mostrando el desarrollo de sentimientos románticos.
Ominis, agradecido por el muffin y el deseo, expresa su felicidad y muestra su deseo de compartir la alegría con los demás. "Muchas gracias, Maxine, por el muffin, y por el deseo. Quiero hacerle saber a todos, justo lo bien que me lo has hecho pasar. Gracias, Maxine", dice, revelando la gratitud y la disposición de Ominis para expresar sus sentimientos. Su oferta de ayuda a Maxine sugiere una conexión más profunda entre los personajes.
Maxine, en un gesto de generosidad, le pasa una servilleta a Ominis cuando ve que se ha manchado con crema. Su risa ligera y la interacción despreocupada resaltan la camaradería entre ellos. Ominis, con cierta disculpa, acepta la servilleta, revelando una vulnerabilidad inusual al expresar que no se siente listo para enfrentar a su padre. La escena concluye con una nota de ternura y empatía, dejando una puerta abierta para el desarrollo futuro de la trama.
Ominis, enfrentándose a la perspectiva de ver a su familia, muestra una vulnerabilidad rara. "Sabes, Maxine... no es que no lo necesite. Lo que no necesito es... no me siento... cómo si fuera capaz. Y honestamente no sé... qué hacer", confiesa. La complejidad de sus sentimientos se despliega, destacando la lucha interna que enfrenta. Su solicitud de consejo a Maxine revela la confianza y la importancia que le otorga a su opinión.
Maxine, compartiendo su propia experiencia con su padre, brinda una respuesta honesta y empática. "Yo... no lo vería, tampoco me llevo bien con mi padre, Ominis. Así que no soy buena influencia en eso, Ominis", confiesa.
Ominis, agradecido por la franqueza de Maxine, elogia su excepcionalidad. "Oh, pues... gracias, Maxine. Por ser honesta. No dudo que no seas una excepcional buena influencia. Honestamente. Pero, no hay muchas personas excepcionales como tú, Maxine", dice, destacando la singularidad de Maxine y fortaleciendo la conexión emocional entre ellos.
La dulzura del momento se intensifica cuando Maxine acaricia el cabello de Ominis para quitarle una hoja pequeña. "Maxine sonríe de dulzura. A mí me gusta mucho hablar contigo, Ominis", expresa. La acción de Maxine, además de mostrar afecto, agrega un toque de ternura y cuidado a la escena.
Ominis, agradecido, responde con sinceridad: "Gracias, Maxine, de veras que me hace estar feliz el poder hablar contigo, tú me entiendes, ¿sabes? Tú entiendes." La repetición enfatiza la importancia de la conexión emocional y la comprensión mutua entre los personajes, solidificando aún más la base de su relación.
Maxine, ligeramente ruborizada, reconoce las palabras de Ominis y le sonríe dulcemente. Este intercambio inicial destila una sutil complicidad entre los personajes, estableciendo una conexión afectiva que va más allá de las palabras.
Ominis, en un momento de reflexión, revela haber estado meditando sobre algo que Maxine le confesó hace tiempo. Su nerviosismo y confesión sobre su inmadurez pasada revelan una profundidad de pensamiento y un deseo de claridad en su relación actual. La escena se torna emotiva cuando Ominis admite haber sentido algo por Maxine desde hace tiempo.
Maxine, desconcertada por la revelación, no recuerda haber dicho esas palabras. Su pensamiento revela cierta incertidumbre y una posibilidad intrigante: “¿Ominis ha leído mis pensamientos?” El tono romántico se intensifica cuando Maxine se sonroja, añadiendo una capa de misterio y anticipación al diálogo.
Ominis, enfrentando la situación con honestidad, busca la guía de Maxine sobre cómo proceder. Este momento revela la complejidad de sus sentimientos y la dificultad de expresar lo que hay en su corazón. La atmósfera se vuelve más intensa, y Ominis mira fijamente a Maxine, buscando una respuesta en su expresión y en el flujo tranquilo de las flores en la fuente.
Maxine, preparada para cualquier respuesta, elige no decir nada y desviar la mirada hacia las flores flotantes, como si tratara de evadir la gravedad de la confesión. Este gesto añade una capa de drama silencioso, creando una pausa antes de la revelación de Ominis.
Ominis, finalmente, pronuncia las palabras más intensas y reveladoras: "Maxine, te amo. Y... lo hago desde hace un tiempo, desde hace mucho, pero no sé qué decir, ¿sabes? No sé qué es lo que debo hacer...".
Maxine Borage se ruboriza intensamente ante las palabras de Ominis Gaunt, quien lucha por expresar sus sentimientos con sinceridad. El suspense se acumula mientras Ominis revela sus emociones, destacando la delicadeza y amabilidad de Maxine.
En un gesto de alegría, Maxine responde a la confesión de Ominis con un tierno beso en la mejilla, sellando el momento especial. Ominis, visiblemente sorprendido, agradece a Maxine y confiesa que ella le hace feliz.
La trama toma un giro cuando Maxine revela que tenía algo importante que decirle a Ominis desde el día anterior. Ominis, intrigado, anima a Maxine a compartir sus pensamientos. Maxine, con un toque de timidez, confiesa sus sentimientos y preocupaciones, revelando su deseo de cuidar a Ominis y estar juntos incluso después de la graduación.
La reacción de Ominis es de sorpresa y alegría, pero también de curiosidad sobre por qué Maxine no le había comunicado esto antes. Maxine, con honestidad, explica que necesitaba reflexionar sobre ello y finalmente confiesa su deseo de estar siempre con él.