[8. “¿En serio te casarás con ese?”]

—¡____! ¿Qué haces? —grita JiMin.
—Nooo, ¡no puede ser! —grita Haneul.
—¡Quédate quieta! —grita Sun Hee.
—¡Señorita! ¡No el...! —La vendedora intenta sostenerme.

Todos esos gritos escucho mientras me tropiezo y caigo boca arriba.

Cierro los ojos.

«Tierra, trágame» pienso mientras escucho el sonido de que algo se va rompiendo poco a poco.

—¡El vestido! —exclama la vendedora y me ayuda a levantarme.

La silueta, la cual fue producto de mi torpeza, se está riendo de la situación.

Me miro al espejo y está desgarrado a la mitad, no puede ser.

—¿Cuánto cuesta este vestido? —pregunto avergonzada mientras a la vendedora se le llenan los ojos de lágrimas.
—Alrededor de ochocientos dólares —Su voz está quebrada.

Miramos sorprendidas a JiMin, ¿quería pagar un vestido a ese precio?
Bueno, lo tendrá que pagar sí o sí, ahora que lo rompí.

Hundida en mis pensamientos, maldiciendo la hora en que mi curiosidad me jugó en contra, el grito de la vendedora me hace volver a la realidad.

—No van a tener que pagar el vestido porque tiene una falla. Menos mal que lo rompiste ahora y no el día de tu boda. ¡Qué vergüenza! —murmura.

Agradezco a todo ser divino, me siento más tranquila.

—¿Tiene uno similar? —pregunta JiMin mientras revisa su cartera. 
—Sí, sí.
—Pruébatelo y lo llevamos.

Este vestido me queda mejor y es aún más precioso, me hacen caminar para que no pase vergüenza y JiMin lo compra.

—Estás demente... —murmura Haneul mientras subimos al auto.
—¿Quién? ¿Yo? —preguntamos al unísono con JiMin.
—Las dos, la que eligió el vestido de ochocientos dólares y la que lo compró —Completa Sun Hee.

Se crea un silencio incómodo que es roto por la notificación de mi celular.

Lixie: ¿A qué hora vienes? Estoy aburrido.
 

Yo: En un rato, ¿quieres hacer algo?
 

Lixie: Vamos a comer, te espero en la entrada.
 

Las tres chicas tienen la mirada puesta en mi celular.

—¿Qué? —pregunto molesta—. ¿No puedo tener privacidad?
—Uy, no molesten a la futura casada —JiMin da comienzo para que comiencen a burlarse.

El poco camino a casa fue de pura burla, no veía las horas de llegar. Lo vi en la entrada del departamento jugando con sus manos.

—Ahí está tu príncipe —exclama JiMin y luego toca la bocina haciendo que Lixie se asuste.
—No seas así —Le pego en el brazo.
—Bajate y deja de defender a tu novio —Haneul ríe.
—El vestido lo llevamos nosotras así él no lo vea —dice Sun Hee mientras lo acomoda.
—Bueno, adiós. Las quiero —murmuro—. matar...

Las tres ríen y gritan que me divierta.

—¡Hola, Lixie! —Lo saludo.
—¡Hola, pequeña ___! —Desordena un poco mi cabello—. ¿Quieres ir caminando? El lugar está cerca.
—Sí, no tengo problema —Ambos sonreímos y él me abraza por los hombros.

En el camino vamos charlando y le cuento lo que sucedió mientras me probaba mi vestido.

El lugar es muy lindo, nos sentamos y esperamos a que nos atiendan.

—Nos saquemos dos fotos —Habla de repente.
—¿Por qué dos? —pregunto extraña.
—Una para tu fondo de pantalla y una para mi fondo.
—Qué ingenioso —exclamo y saco mi celular—. 1... 2... 3...

Al final terminamos sacándonos más de dos, se las envío y revisa una por una. Luego me muestra su fondo de pantalla.

Repito su acción, pero al mostrarle, su expresión cambia a una de enojo.

—Recibiste un mensaje —Incluso, su tono de voz cambió.

Miro de quién es el mensaje y no puedo creerlo, por eso está así.

Es mi ex, la persona la cual me hizo la vida imposible y ahora tiene el descaro de preguntarme con quién me caso. Lixie sabe de su existencia y es por eso que está enojado.

—No le respondo, ¿qué opinas?
—Es lo mejor, también bloqueálo —Sigue serio.

"¿En serio te casarás con ese?" decía el mensaje acompañado de un emoji riendo.

Me hierve la sangre cómo se atreve a ser tan descarado, me hizo la vida pedacitos y manda un mensaje riéndose de Lixie.

Él extiende su mano, no entiendo que quiere y poso mi mano sobre la suya.

Él comienza a reír y me pide mi celular, toda avergonzada se lo paso y veo como escanea algo.